Capítulo 18

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Las palabras de Day aun retumbaban en mi cabeza. David venia en camino y con él la realidad. Una que no puedo cambiar de la noche a la mañana. Es tan caprichosa la vida que nunca imagina pensar en mi novio como una carga, pero en estos momentos lo menos que quería era verle ni enfrentarle. Siendo sincera solo quería volver a casa, mi casa, esa donde mi madre me recibía con una taza de chocolate caliente y galletas recién horneadas. La extrañaba cada día de mi vida, a mi padre igual, pero sin olvidar ese palpito que me decía que por su culpa hoy ambos están muertos. La puerta se abrió y ahí estaba él, y no venía solo.

- ¿Dónde está mi beso de bienvenida? – Comento David luego de dejar su bolso de mano en la entrada de nuestro pequeño hogar.

Lo que sucedió a continuación no sabría decir si fue por la emoción de verlo o por querer molestar a su acompañante, el punto es que fui directo a sus labios, lo besé con tanta impulsividad que sentí como trataba de tomar el control de la situación, no se lo permití. Fue hasta un incómodo carraspeo que nos separamos, no sin antes intercambian una mirada jodidamente caliente con mi novio. Cuando mi mente estuvo más clara vi lo obvio, esto se llamaba inmadurez, pero necesitaba saber si afectaba a Robert como él a mí y mi cuerpo se estremeció al ver la mirada asesina que me dedicaba.

-Ya tendremos tiempo par más... – Dijo David al separarse de mí para luego posar sus labios sobre mi frente en un tierno beso.

-No quisiera ser mal tercio. Me retiro – Intervino Robert sin apartar su mirada de odio de la mía, pero aparentemente tenía más que decir.

– Katherina ya hablé con David con respecto a la absurda situación que se comenta en los medios. Mi hijo es lo suficientemente inteligente y como era de esperarse se percató que las fotografías fueron sacadas de contexto. En ningún momento dudo de ti – Su calma que me sorprendió ¿Cómo se podía mentir tan bien? De mí no dudaría, nunca le había dado motivos, con respecto a Robert su postura era diferente.

-David sabe que es lo más importante para mí y lo más amado que tengo – Respondí con una hermosa sonrisa fingida. Este era un teatro en donde David era solo un inocente espectador, y su padre y yo debíamos seguir el libreto.

- No lo dudo. Le aclare que estoy intentando algo con Day, también le comenté que le pedí que se cambiara conmigo a casa, así uno de invade de privacidad del otro - Bienvenidos a la casa de los espejismos, donde no sabes que es verdad o mentira, en fin.

-Day es mi mejor amiga. Nunca sería un estorbo, pero entiendo... - <<Y la misma cama>> Pensé con rabia.

- Di lo que quieras papá, pero le has preguntado a Kate si le molesta que es acostándote con su mejor, Cariño... ¿Te molesta que Day salga con mi padre? – Pregunto con curiosidad. Él no era tonto y con todo lo que me había contado mi tía sabia como era el modus operandi de su padre.

-No, ambos son adultos y solteros – Dije evitando la mirada de Robert que esperaba captar alguna reacción de mi parte.

-Esto para mi es normal, una más de mi círculo cercano ¿Cierto papá? – Entre estos dos había mucha tela que cortar, pero no sería yo quien tomara la tijera para a hacerlo.

-Muy gracioso... Los dejo para que así puedan acabar lo que comenzaron – Al decir esto su mirada fue directa a donde estaba mano de David y su mandíbula se sentón ya que ya que esta reposaba con confianza en mí trasero mandíbula. Le ofrecí un guiño aprovechando que David no me veía.

- Casi lo olvidaba, podrías preguntarle a tu nueva conquiste si le apetece tomar algo con nosotros esta noche, Ger me comento que hoy el local se viste de gala, pero no me dio más detalles– Le pidió David a su padre con entusiasmo. Salir con ellos una cita doble era un plan que no me hacía mucha gracia. La situación con Day no era la mejor y protagonizar una escenita delante de estos dos no era muy atrayente.

- Tendría que preguntarle a ella... Por otra parte, tu novia podría tenerte alguna sorpresa que incluya encaje...– Su tono sarcástico era evidente. Me estaba empezando a cansar su comportamiento infantil. Pensándolo bien salir con ellos sería mi momento ideal para sacarme esa espinita que llevaba dentro con el nombre de estos dos.

-Tu padre tiene razón... Quería pasar la noche en casa... – Le ronronee al oído asegurándome que Robert pidiera oír.

- Bella... – Dijo David algo apenado. Aparentemente no quería que su padre se enterara que tuvimos una vida sexual activa. Pero yo quería provocarle, que muriera de del disgusto.

-Señor Owen discúlpeme si me he comportado de manera inapropiada. Cuando David está cerca todo lo demás desaparece, pero no me disgusta la idea... La última palabra la tiene su novia – El juego no había terminado Robert Owen, ahora el balón estaba de mi lado de la cancha.

- Nueve en punto en la entrada. Yo conduzco – Respondió Robert y se marchó sin agregar nada más.

Un tempo per vendetta...

Seduciendo lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora