2) La Mujer de Color Rosa

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-¿Habéis visto a Grubbly-Plank? ¿Qué hace aquí? No se habrá marchado Hagrid, ¿verdad?- nos preguntó Ginny.

-A mí no me importaría. No es muy buen profesor.- comentó Luna.

-¡Claro que lo es!- exclamamos Harry, Ron Ginny y yo enojados.

-Sí... sí... Es muy bueno.- comentó Hermione carraspeando levemente.

-Pues a los de Ravenclaw nos da mucha risa.- comentó Luna sin inmutarse.

-Se ve que tenéis un sentido del humor muy raro.- le espetó Ron mientras las ruedas del carruaje empezaban a moverse.

A Luna no pareció afectarle la tosquedad de Ron, más bien al contrario.

Se quedó mirándolo un buen rato.

Los coches traqueteando y balanceándose avanzaban en caravana por el camino.

Cuando pasamos entre los dos altos pilares de piedra adornados con sendos cerdos alados en la parte de arriba que había a ambos lados de la verja de los jardines del colegio me incliné hacia delante para ver si había luz en la cabaña de Hagrid junto al Bosque Prohibido pero los jardines estaban completamente a oscuras.

El castillo de Hogwarts se erguía ante nosotros.

Un imponente conjunto de torrecillas negro como el azabache contra el oscuro cielo con alguna que otra ventana muy iluminada en la parte superior.

Los carruajes se detuvieron con un tintineo cerca de los escalones de piedra que conducían a las puertas de roble y fui la primera en apearme.

Me di la vuelta una vez más para comprobar si había alguna ventana iluminada cerca del bosque pero no distinguí señales de vida en la cabaña de Hagrid.

Luego volví a mirar de mala gana porque todavía albergaba esperanzas de que hubieran desaparecido aquellas esqueléticas criaturas que conducían los carruajes y vi que se habían quedado quietas y silenciosas en la fría noche.

Sus blancos e inexpresivos ojos relucían.

-¿Venís o qué?- nos preguntó Ron.

-¡Ah, sí!- exclamó Harry rápidamente y nos unimos a la muchedumbre que corría escalones arriba y entraba en el castillo.

El vestíbulo resplandecía con la luz de las antorchas y en él resonaban los pasos de los alumnos que caminábamos por el suelo de losas de piedra hacia las puertas que había a la derecha las cuáles conducían al Gran Comedor dónde iba a celebrarse el banquete de bienvenida.

Los alumnos fuimos sentándonos a las cuatro largas mesas del Gran Comedor que pertenecían a cada una de las casas del colegio bajo un techo negro sin estrellas idéntico al cielo que podía verse a través de las altas ventanas.

Las velas que flotaban en el aire sobre las mesas iluminaban a los plateados fantasmas que había desperdigados por el comedor así como los rostros de los alumnos que hablaban con entusiasmo intercambiando noticias del verano, saludando a gritos a los amigos de otras casas y examinándose los recientes cortes de pelo y las nuevas túnicas.

Una vez más me fijé en que la gente inclinaba la cabeza para cuchichear entre sí cuando Harry y yo pasábamos por su lado.

Apreté los dientes e intenté hacer como que no me importaba.

Luna se separó de nosotros al llegar a la mesa de Ravenclaw.

En cuanto los demás llegamos a la de Gryffindor a Ginny la llamaron unos compañeros de cuarto y fue a sentarse con ellos.

Harry, Ron, Hermione, yo y Neville encontramos cinco asientos libres hacia la mitad de la mesa entre Nick Casi Decapitado, el fantasma de la casa de Gryffindor, y Parvati Patil y Lavender Brown.

La Hermana de Ron Weasley (Draco Malfoy y tú) //5//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora