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— Finn que te hayan dicho que Google lo sabe todo, no quiere decir que te dirá como enamorarnos — Sadie se sentó al lado de el en el sofá de la terraza

— ¿Decías? — Finn volteó su MacBook y apuntó a un link — Como enamorar a la chica que te gusta, ¡Pow! Es perfecto

— Sigo pensando a que esos chicos nos ayuden es una mejor idea, deberías disculparte con ella y pedirles otra oportunidad

— ¿Que? ¡No! ¿Estas loca? — Finn habló — Tiene que haber otro modo — y Sadie sonrió, ella sabía como hacerlo.

Días después, todos estaban en la asamblea esperando ver al nuevo director pero este nunca se presentó, así que Millie salió bruscamente del salón y fue hasta la oficina, encontrándose a su padre sentado organizando papeles

— Que buena forma de marcharse ¿No es así? — Millie entró de golpe sorprendiéndole — Era sola una mala excusa para abandonar a tu hija — Millie alzó sus brazos — Dios mío eres un maldito egoísta, al igual que Charlie, te marchas cuando vez que todo empeora. — sin más que decir Millie salió de la oficina y caminó a grandes pasos hasta el salón más vacío y lejano del instituto. Al estar dentro, cerró la puerta de una patada y caminó de un lado a otro intentando calmarse

— ¡Vaya! Si que es difícil alcanzarte cuando caminas enojada — un chico acelerado entró al salón también

— Lo que me faltaba — murmuró para si misma rodando los ojos — Lárgate, no es un buen momento

— Hey, tranquila toca-bubis — Sadie apareció haciendo que el humor de Millie fuera de mal en peor — Venimos en son de paz — alzó sus brazos

— Necesito que me perdones — Finn trataba de recuperar el aliento — Fui un idiota al dec...

— Sigues siendo un idiota — Millie cortó tajante

— Si, lo se y lo siento much...

— No, no lo haces — volvió a interrumpir

— ¡Oh vamos Sadie! ¡Dile que no me interrumpa! — Finn se quejó mirando a su 'novia' — ¿Que? ¡No! ¡Sadie no te burles! — volvió a quejarse

— Te pagaremos — soltó la pelirroja al notar como Millie salía en un intento de discreción — Pero necesitamos tu ayuda y la de tu chico

— ¿Por que querría ayudarlos? — volteó cruzándose de brazos — ¿Por que después de todo lo que el me a hecho? — Millie lo miró fríamente

— Por favor — suplico — Hare lo que sea — la castaña enarcó una ceja

— Los llamaré — dijo mientras salía de ahí

— ¿Oíste? ¡Nos llamará! Esta chica es muy genial! — soltó Sadie

El día en la academia fue mundanamente normal, clases de anatomía, de castellano y de literatura eran las clases favoritas de los castaños, porque ambos estaban juntos. Ahora, se encontraban en la última del día, literatura, en donde tenían que hacer un ensayo sobre su vida, que título le pondrían a esta, y el porqué. Este ensayo se debía entregar al final del semestre académico y valía el 50% de las calificaciones.

— ¿Así que aceptaras? — Noah volvió a molestar

— No lo se, ahora cállate y presta atención, no volveré a hacer tu ensayo otra vez — susurró Millie

— Uh, estas de mal humor — Noah recargó su cabeza en el hombro de Millie — ¿Estas en esos días donde siempre quieres golpearme y después lloras por hacerlo? — preguntó aun susurrando y la castaña soltó una risita.

— No Noah — rió

— Oigan, ustedes dos — la maestra intervino — Compartan con la clase eso que es tan gracioso

— Su cabello — intervino el castaño — Señorita Potts, ¿usted sabe lo que es un cepillo? — Noah molestó haciendo que Millie riera y dejando a la maestra con  la boca abierta

— Estas suspendida de esta clase Millie, retírate — comenzó a decir — Y tú, ve con el director

Ambos castaños se levantaron y fueron a la oficina del director, los dos chicos lo miraban molestos.

— Bien, suspensión de clase, y suspension de escuela por tres días — terminó de teclear el señor Brown. — Tendran que pasar dos horas en detención, o unirse a una actividad extra curricula... ¿Que están haciendo? — paró de hablar cuando vio que los castaños se levantaban y se dirigían a la puerta

— Irnos — respondió Noah encogiéndose de hombros

— No les dije que se fueran — el director Brown se levanto de su silla

— Creo que yo tampoco te dije que lo hicieras — Millie respondió — Pero los dos sabemos cómo terminó. Irónico ¿No es así? — le sonrió falsamente

— Adiós suegro — gritó Noah mientras corría por el pasillo de la mano de su chica

Limerence.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora