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s e g. t e m p;

Millie abrió los ojos lentamente, y ahogó un suspiro al ver como Sadie estaba sentada al borde de la cama, que le había dado a la castaña para que durmiera, observándola con tranquilidad.

— Si duermes mucho — dijo la pelirroja con una suave risita. — ¿Tienes hambre? — preguntó

— Siempre — sonrió la castaña tomando su teléfono de la mesita de noche mientras Sadie dejaba la habitación

— Fuentes cercanas me afirman que los bombones de la academia andaban juntos por nada más y nada menos que sus chicas los habían botado. Al parecer hay una cosa entre Sadie y Millie. ¿Que cosas no? Quien diría que la ardiente pelirroja y la deseosa castaña pasaran sus tardes haciendo manualidades, ya saben a lo que me refiero, con tijeras y todo eso, les diré más en cuanto sepa. Se despide, los ojos de la Academia Blackburn.

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— Oh Dios — Millie dejo su celular de lado, suficiente lectura por hoy.

— Okay, para ser alguien que en toda su vida no ha cocinado, creo que no lo hice tan mal — Sadie entró con una bandeja y una gigante montaña de pancakes en ella — Nuestro desayuno — canturreó

— Esto es muy lindo — dijo la castaña sentándose para empezar a comer el desayuno, recordando esa vez cuando se fue a quedar donde Noah por primera vez y este también le había cocinado pancakes, y el hecho de que también era primerizo en la cocina hizo reír a Millie, ya que el castaño había confundido el azúcar con la sal, y bueno, creo que pueden imaginar como terminó todo eso.

— ¿Quedaron muy malos? — dijo Sadie cubriendo su boca con preocupación

— ¿Que? No, están geniales — dijo Millie aun con esa suave risa

— ¿Entonces por qué te ríes? — preguntó con una expresión juguetona y Millie dejó de reírse, se supone que ella debería estar pensando en la chica que tenía al frente, no en Noah.

— Porque eres bastante dulce, y a decir verdad, durante mucho tiempo creí que eras una perra — admitió Millie con esa sinceridad que tanto le gustaba a la pelirroja

— ¿Sabes que más es dulce? — dijo Sadie jugueteando — El agua del lago loom

— ¿Que insinúas Sink? — dijo Millie dejando de comer

— ¿Que tan bien se te da nadar? — la pelirroja se acercó hasta quedar no más de seis centímetros e distancia del rostro de la castaña.

— ¿Por qué evades mis preguntas con más preguntas? ¿Eres policía o que? — Millie cortó el espacio entre ambas y la besó.

Ambas soltaron risillas genuinas, sintiéndose bien en aquel momento. ¿No sintiéndose muy bien? Finn y Noah. Al parecer estos dos no midieron la cantidad de vasos que ingerían, y se dieron cuenta que realmente estaban mal cuando Noah se le acercó a una chica, con bastantes similitudes a Millie, y comenzó a cantarle, a bailarle, a rogarle para que por favor volviera, pero claro esta, esa chica no era Millie.

Lo único que consiguió el castaño con eso, fue otra decepción. Sin tener más ganas de seguir ahí pescó a Wolfhard del brazo y comenzaron a caminar por las ya casi vacías calles de su pueblo. Al poner tan solo un pie en la casa del mas bajito, el sueño se apoderó de ambos y cayeron rendidos al sofá a dormir.

— ¿Que haces? — preguntó Millie sin respiración, al ver como la chica de pecas comenzaba a quitarse su camisa.

— Te dije que iríamos a nadar — sonrió la chica respondiéndole. — Toma un traje de baño, están en el armario de allí — apuntó a uno de los tres armarios que tenía en su habitación.

Los minutos se perdían en las risas de ambas, estaban tomadas de la mano y ahora caminaban hasta aquel lago. Los árboles les danzaban ligeramente, y sus corazones palpitaban felices, bueno, más el de una.

Ya al divisar el lago, Millie se agarró bastante fuerte de la mano de Sadie y la obligó a entrometerse al agua de un salto, riendo como
niñas pequeñas. Había más gente allí también, Sadie podía reconocer algunos rostros de la Academia, y Millie a algunos amigos de Noah, sintió un vuelco en el estómago con volver a pensar en el chico.

— Esto es divertido — dijo Sadie nadando con su respectiva elegancia

— Si que lo es — Millie le salpicó un poquito de agua haciendo reír a la pelirroja

— ¡Hey, Brown! — la voz de Jacos Sartorius llenó el lugar por un instante — ¿Es cierto que ahora prefieres las vaginas? — preguntó burlándose y eso incómodo a la castaña.

Esta rápidamente miró a Sadie buscando algún refugio, pero está solo le hizo un mueca mostrándole compasión, Millie suspiró y quedó con el amargo pensamiento que si Noah hubiera estado ahí, la hubiese defendido.

Limerence.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora