Capíto XII.- San Valentin

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Nota de autora.
Hola, no soy muy dada de escribir directamente para la gente que está leyendo o de dar explicaciones. Sin embargo hoy les quiero dar una felicitación, porque puede que para algunos sea un día equis, pero nunca está de más recibir una sonrisa o un saludo caluroso, así que les mando un abracito y este es su regalo 💕

Para la Srta. Granger el 14 de febrero era un día común, después de amar con intensidad durante a la misma persona con años ahora se sentía sin él, dolía, pero podía vivir con eso.
Ese día recibió correo de sus amigos durante el desayuno. Harry y Ginny le enviaron sus favoritas, ranas de chocolate, al menos tenía una razón para estar más animosa.
Sus primeras clases fueron con los tejones y las águilas, estaba tranquila. Sin embargo esa sensación de vacío no se borraba con nada, sus amigos estaban lejos y ranas de chocolate no eran suficiente para sentirlos cerca, sus padres estaban lejos, ni siquiera la recordaban, Ron la dejó porque no pudo soportar la distancia, ¿Qué le quedaba?
La última clase la compartió con las serpientes, ciertamente no le importaba demasiado el hecho de lo que podría o no pasar, se sentó en silencio y comenzó a tomar apuntes.
Mientras tanto dos muchachos atrás estaban atentos ante la actitud de la chica, uno frunció el ceño intentando descifrar sus pensamientos, el otro sintió la empatía que sienten las almas con el destino inquebrantable de conectarse, su alma compartió el sentimientos, no sabía por qué pasaba, no sabía por qué ella era su pareja Veela, aunque por supuesto ella no lo supiera.
Al terminar la clase, Theo fue detrás de ella, quería animarla, hacerla feliz, estaba convencido de que era la mujer perfecta, cada vez que la veía estaba convencido de que quería pasar sus días con ella y verla así lo ponía mal.
-Hola- Saludó animado el muchacho de los ojos azul eléctrico.
Hermione lo miró y el agujero de su corazón se extendió, necesitaba llorar pero era demasiado fuerte para hacerlo en público, así que empezó a correr.
El nudo de la garganta se estaba haciendo más grande y las lágrimas no cabrían mucho más tiempo en sus ojos, respiró hondo, sabía que Nott la estaba siguiendo pero no le importaba, sólo quería hacerle bolita cerca de la chimenea de la Torre de premios anuales, lo más seguro era que estuviera sola, conocía perfecto la reputación de Malfoy, de seguro estaría con algunas chicas ingenuas que tenían el pensar que al acostarse con un patán como él cambiaría y se volvería sólo de ellas. Así que entró a la con la seguridad de que por fin iba a poder llorar sola.
Lo estaba, era verdad, escuchaba a su amigo discutir con la persona en el retrato exigiéndole la contraseña, pero como no la supo le gritaba desde afuera que lo dejara pasar, pero eso no ocurrió.
Encendió la chimenea y se sentó en silencio al frente, suspiró profundamente y soltó las lágrimas.
Afuera, su amigo se recargó sobre la pared y respiró profundo, se deslizó hasta lograr sentarse en el suelo y puso sus manos sobre sus rodillas. Espero 15 minutos, hasta que decidió que todos merecían tener espacio, así que se dirigió al Callejón Diagon en busca de algo que pudiera animar a su preciosa amiga.
Por otro lado, un rubio vio a un castaño alejarse de la Torre que compartía con la Granger, no se sorprendió, presenció parte de su pequeño momento, como siempre sintió que su sangre hervía al verlo, pero se controló, tenía que concentrarse, pues, había una sorpresa por preparar...
Sabía lo que encontraría al entrar, así que fue silencioso, unos metros atrás de la muchacha hizo levitar una manta elegante de raso de color vino, un par de cojines negros para sentarse, dos copas, vino rodado y unas cuantas fresas con crema y chocolate. Acomodó todo sobre la manta en el suelo y con otra de lana se acercó a ella despacio. La puso sobre sus hombros y sus miradas chocaron, fue adictivo, electrizante, hipnótico, mágico.
No hubo palabras, tomó su mano y la llevó hasta su sorpresa, ella se quedó boquiabierta, jamás pensó que él era capaz de hacer algo así. Siendo sinceros, él tampoco lo pensaba, pero tenía el profundo deseo de que ella fuese feliz.
Así que después de una charla acerca de la escuela y disculpas por el pasado una risa les surgió del interior, simplemente salió con naturaleza.
En ese momento él vio una oportunidad, tomó su mano y comenzó a tararear una canción que había escuchado a la castaña cantar, una tonada lenta, para bailar, la acercó a él y tomó su cintura, de pronto se sentía como si estuvieras meciendo a un bebé y ella se sentía acompañada, por primera vez en todos esos meses un rayo de luz se coló, no era muy grande, pero era algo.
De pronto, el alcohol comenzó a tomar control de cada uno de ellos, se miraron a los ojos, él no lo pensó dos veces, tomó su mentón y la besó con cuidado, cómo si la pudiera romper, ella sólo se dejó llevar por el momento, terminó rápido, ella se apartó, se acomodó frente a la chimenea en posición fetal, cerró sus ojos un momento y sintió un beso casto sobre sus mejillas, sonrió, no hizo nada más antes de quedar profundamente dormida.
Él, por otro lado, sentía una sensación intensa en el pecho, después de besarla no pudo dormir, sólo verla hacerlo, estaba cerca, cerca de poder ser el único en su vida.

¿Sangre veela?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora