¿Sangre veela?

Capítulo XVI.- Hacerle frente

Por la mañana, Hermione despertó en su cama, asumió que aquel que la llevó hasta allí fue el mismo rubio con el que estuvo pasando los últimos días. Recordó entonces que el único hombre que había realizado aquel acto de protección antes había sido su padre, entonces fue bombardeada por cientos de pensamientos que corrían en diferentes direcciones, pensó que su padre había sido bueno en su labor, pensó en todas las veces que Ron no tuvo aquel simple gesto, tal vez no lo notó en su momento, como cientos de cosas más y estaba bien, no lo podía cambiar. Sin embargo cuando descubrió que Draco lo había hecho, entonces supo que era lo que quería, no exactamente eso, sino ser tratada con esa delicadeza que no sabía que le iba tan afine.
Él estaba escaleras abajo, distraído en cosas simples, reordenando un poco la estancia. La vio bajar las escaleras y se sintió hipnotizado, ella siempre le había parecido bonita pero simple, las cosas habían cambiado, descubrió en su análisis que siempre había sido perfecta, con esa voz mandona y unos rizos implacables, el incidente de sus primeros años relacionado con sus dientes aún le causaba gracia, cosas de años atrás que recordaba con anhelo y no descubrió hasta entonces que aún seguían allí, se le escapó una risita encontrándose a sí mismo pensando en eso.
-¿Mi cara te parece graciosa?- Preguntó ella al encontrarlo reírse en su presencia y pensar que planeaba decirle algo acerca de su cambio, siempre fue insegura pero a decir verdad lo mantenía bajo total control, otra de las tantas cosas que tenía que guardarse para sí...
-Te diría todo lo que me pasa con tu cara, pero a decir verdad, prefiero evitar que arruines la mía- Un coqueteo sutil, haciendo referencia a todas las maneras en las que había soñado con su rostro, si tuviera vergüenza, evitaría recordar todos esos escenarios sexuales en los que había soñado o imaginado a aquella ahora parada frente a él, su mentalmente comenzaba a divagar cuando un puño chocó contra su rostro, al parecer, la chica había tomado el coqueteo como insulto pero ¿qué podía hacer? Estaba fuera de práctica.
-Pues sí te parece tan desagradable deberías marcharte, al final de cuentas, es tu problema...- Estaba molesta, tal vez jamás sería como todas las chicas que él ya había tenido, ¿Cómo se le ocurrió imaginar qué tal vez tendría algún interés en ella? Todo eso no había significado nada entonces, solamente era algo que ella pensaba, una ilusión creada para sí misma.
-Eso no es lo que quise decir- La voz entrecortada de aquel se escuchaba con potencia. -¿Quieres saber lo que realmente quiero decir? Tal vez se me salió de las manos pero me gustas, eres una auténtica sabelotodo ¿y qué? No eres el tipo de chica a la que se le dice inteligente como un cumplido, le das sentido al cumplido y lo rebasas, no es un mito que seas la mejor bruja de la generación, tampoco es un mito que eres preciosa, no son sólo tus ojos; es la mirada, como iluminas todo cuando entras y el café de tus ojos sigue deslumbrando, o la manera en la que caminas erguida aún cuando cargas con todos esos libros, cómo meneas esas caderas cuando sales de bañarte y cuando ayudas a todos aunque no lo merezcan, puedo verte y justo ahora quisiera sentirte...-
Ella no era de quedarse sin palabras en lo absoluto, siempre tenía la última palabra y en esa ocasión no es que no tuviera que decir, pero las palabras se quedaron atoradas, sonrió, naturalmente y sus ojos se encontraron, era una sensación nueva, incluso para haber tenido un beso antes, pero la química estaba en el aire; pasión, los encontró y no los soltó, un leve rose de labios fue la invitación que Draco esperó durante meses. Un beso les robó el aire, seguían su propio compás y había de ambos, la violencia del sentimiento y la dulzura que producía, en un susurro y una sonrisa la voz de ella se volvió durante un segundo sólo para decir -También me gustas-