Capítulo IV.- Trance

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Muy bien, ahora alguien estaba en aprietos, Theodore Nott, uno de los chicos más tranquilos de la casa de Slytherin estaba sudando como nunca, en ese momento Draco se percató y decidió poner más atención en lo que el chico del cabello castaño hacía, sin embargo, para suerte de Theo, Zabinni soltó una carcajada, ya había molestado suficiente, por lo que salió del vagón para buscar una nueva víctima, con una pícara sonrisa; por supuesto, dejando así solas a dos peligrosas serpientes.
La primera comenzó a persuadirle soltando de manera delicada su veneno.
-Nott.. comenzó el rubio, sin embargo el primero no respondió. Con más rudeza volvió a llamarle -Nott, no me ignores, recuerda que eso no se hace con un Malfoy.-
Theo, inhaló profundo y con toda la elegancia que ameritaba la situación, comenzó...
-¿Qué desea mi Lord, amo y seño?- Por supuesto, el sarcasmo era la especialidad del misántropo, aunque no todo el mundo alcanzaba a comprender su chistes él disfrutaba al ver sus expresiones al no entenderle. Sin embargo, Draco que se codeaba con él no se quedó atrás, infló el pecho y elevó el ego.
-Mira, mi querido Theo, yo sólo me estoy preocupando por ti, he visto como ves a la sangre sucia y quería decirte que será mejor que no te acerques mucho, pues...-
Pero fue interrumpido por un puño, de una muy enorme mano, Theodore Nott era un joven muy razonable pero cuando se metían con la castaña él era más de obras, el rubio por su parte aunque le estuviera sangrando la nariz respondió al golpe dejando al misántropo un ojo morado.
Cuando la pelea estaba por continuar alguien llamó a la puerta; la manzana de la codicia.
Hermione, al ver a ambos sangrar quiso ayudar a su amigo, sin importar la otra serpiente entró en el compartimiento, pues su amigo estaba entre sangre y moretones.
Primero lo ayudó a levantarse y luego a sentarse, éste no podía ver casi nada, de hecho, estaba casi inconsciente, entonces en un acto involuntario la tomó por la cintura para intentar sentirse más tranquilo, Hermione, estaba un poco incómoda ante la situación pero no iba a quejarse viendo así a su amigo.
El rubio había presenciado muy a su manera la escena, se perdió momentáneamente al sentir el olor de la pequeña chica y se sintió más tranquilo. Al menos hasta que se dio cuenta de la situación.
Sí, su mujer estaba siendo tocada por alguien más y ella estaba preocupada por él, se sintió miserable por hacerla sentir así, pero su lado feroz comenzaba a surgir y sus instintos más bajos exigían una marca, se veía tan hermosa con el seño fruncido y mordiéndose el labio inferior, curando a alguien que debería ser él, perdió la noción del tiempo observándola hasta que terminó de curar a su amigo.
Cuando Hermione que olvidó totalmente que estaba el rubio ahí, así que cuando estaba a punto de salir, la tomó de la muñeca y la vio, su rostro, casi podía saborear sus pecas, podía sentir la agitación de su corazón ante la sorpresa, unos labios que le gritaban que la besara y unos ojos profundos, acarició suavemente su rostro, pues era como si ambos sufrieran una especie de hipnosis, el rubio acarició su cintura y respiró su aliento hasta que ella salió del trance y se movió, estaba lista para huir.
Pero algo la detuvo, por segunda vez sintió una corriente eléctrica recorrerle, ¿Qué quería el maldito sangre pura?

¿Sangre veela?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora