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...

Al final nos encontramos para la cena. Alba estaba muy guapa, y creo que ella pensaba lo mismo de mí.

Nos sentamos en la mesa y empezamos a mirar la carta, en silencio. Más tarde, pedimos lo que más nos apetecía para cenar. Y una vez que se marchó el camarero nos quedamos solas.

-Bueno, te he comprado algo, ya sabes, por Navidad- rompí el hielo.

-Yo también- dijo con una gran sonrisa.

Ambas sacamos nuestros regalos y se lo dimos a la otra. Primero abrí el mío y me emocioné mucho, ya no por el disco,  sino por las fotos nuestras y las frases algo tristes. Ella también se emocionó con el álbum, pero el vinilo le hizo muy feliz.

El camarero venía de vez en cuando a traer algunos entrantes, los cuales no duraban mucho en la mesa.

-Nat, tengo que decirte algo- parecía algo preocupada y eso no me gustaba nada.

-Dime, cualquier cosa, te escucho.

-Antes de verano, tengo que volver a Elche- sentí algo dentro de mí, algo que se rompía-. Podré hacer la obra, pero me hubiera gustado pasar el verano contigo.

Sentí mucha tristeza invadiendo mi cuerpo, pero lo vi claro.

-Vámonos de vacaciones. A cualquier sitio, no importa. Solo vamos a disfrutar de nuestra compañía lo máximo posible.

-¿Qué?¿Ahora? Es una locura- dijo medip sonriendo.

-Bueno, después de cenar, tengo algo de hambre. A partir de mañana, cogemos un avión, a cualquier parte, no importa. Solo quiero que sepas que da igual que estemos separadas, te voy a seguir queriendo igual- cogí su mano mientras decía estas últimas palabras.

...

Pasaron los días y decidimos irnos a Londres, no estaba muy lejos, pero estaríamos juntas y solas.

Teníamos planeado estar mucho tiempo, no importaba el instituto, no importaba nada, solo nosotras.

-No sé cómo voy a pasar el resto de mi vida sin ti, Alba- dije mientras caminábamos de la mano por la calle.

-Yo tampoco, Nat. Pero quiero que sepas, que te voy a querer siempre, no importa si rehaces tu vida o si yo lo hago- era algo difícil de hablar, porque nos separábamos, y eso implicaba nuevos amigos, nuevas parejas, era doloroso.

-¿Sabes que llevo mi disco de Billie a todas partes? Solo porque me recuerda a ti- soltó una pequeña risa.

-Yo he escuchado demasiadas veces el vinilo, de verdad. Es increíble, al igual que estar contigo en una ciudad como esta.

Caminábamos calle abajo, cogidas de la mano, disfrutando de la noche en Londres, viendo las bonitas casas, los monumentos, era un sueño. Un sueño hecho realidad, estar con la persona que amo, en un lugar que adoro, simplemente ella y yo, solo escuchaba su voz, el ruido de los coches y de la gente no me impedía escuchar su dulce y bonita voz.

...

-Te quiero Alba Martínez Reche, te quiero aquí y te querré en Elche, porque estoy enamorada- nos paramos en una plaza con unas simples farolas que alumbraban el paso.

-Te quiero Natalia Lacunza, porque eres increíble, y porque siempre estás y estarás ahí.

Nos besamos bajo la luz de esa farola, mientras que en uno de los bares cercanos sonaba una canción que me sonaba muy familiar, She used to be mine, no lo podía creer, sin duda, era la persona adecuada, en el lugar adecuado, y era amor lo que se respiraba.

...

Hasta siempre.

She Used To Be MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora