...me mira a los ojos, con su mano apoyada en la mía. Una mirada muy muy profunda, a punto de derretirme.No es la primera vez que siento sus labios contra los míos, pero estoy sintiendo algo muy bonito.
Me vuelve a besar, está vez con lengua, y el instinto hace que me tire en la cama, y ella se ponga encima de mí. Nos besamos simplemente, y menos mal que no fue nada más.
-¡Nat!¡Te llama mamá!- Elena toca a la puerta y abre. No nos ha dado tiempo a separarnos-. ¡Perdón!
Vuelve a cerrar la puerta.
-Para la próxima: poner el pestillo- trago saliva.
-No dirá nada, ¿verdad?
-Eso espero- me muerdo el labio-. ¡Elena, puedes entrar!
Vuelve a entrar.
-Os juro que no voy a decir nada, a nadie, de verdad- intenta sonreír.
-Tranquila, confiamos en ti- Alba se levanta y la abraza.
-Por cierto, mamá te busca- acaba diciendo.
-Pues muy rápido no voy a poder ir- se ríen de mí.
-Venga, te ayudamos- dicen las dos, aún riéndose.
Me ayudan a bajar las escaleras, y después de una eternidad, lo consigo.
...
-¿Qué quieres mamá?
-Se están yendo todos ya. Despídete, haz el favor- pongo los ojos en blanco.
Me despido de mis tíos, primos..., y finalmente de mis abuelos.
-Alba, ¿nosotras nos vamos?- pregunta Marina.
-Por mí os podéis quedar- dice Elena con una sonrisa, que hace que todos nos riamos.
-A ver, vuestro padre no está hoy y tenemos una cama más, para Marina, pero para Alba no.
-Puede dormir en mi habitación, hay sitio de sobra, bueno si quiere- propongo y miro a Alba.
-Y si no también puede dormir en la habitación con Marina- propone mi madre-. Lo que tú elijas.
Alba no se lo piensa mucho y responde.
-Me quedo en la habitación con Natalia- a Elena se le escapa la risa y Santi, Marina y mi madre no la entienden-, así no molesto a mi hermana.
-Pues perfecto- dice mi madre y sube a arreglar las habitaciones junto a Elena y a mí.
...
-Te quejarás- me dice Elena susurrando.
-Shhh, mamá lo va a escuchar- le tapo la boca a mi hermana.
-¿Qué es lo que no tengo que escuchar?- aparece mi madre.
-Nada, nada- decimos las dos a la vez.
Preparamos la habitación de mi padre y luego en la mía sacamos la cama que hay debajo de la mía y la arreglamos.
-Si quieres quedarte ya con Alba en la habitación...- sugiere mi madre.
-Vale perfecto- llamo a Alba y sube.
-Muchas gracias por dejarnos dormir aquí- le sonríe a mi madre.
-Gracias a vosotras por cuidar bien de mis hijos.
...
-Esto parece un dejavú- Alba levanta las cejas y se ríe-. No vamos a dormir mucho, así que mañana veremos.
Me pongo el pijama y le dejo uno a Alba, que se va al baño a cambiarse.
-Bonito pijama eh- es de cuadros rojos y blancos, combinando los colores, no solo esos dos.
-Si es para dormir, ¡qué más da!
-Sí, para dormir- se vuelve a reír.
Volvemos a la habitación y esta vez ponemos el pestillo. Yo estaba nerviosa y tranquila a la vez, pero solo quería pasármelo bien.
Empezamos hablando del instituto, de qué había pasado y esas cosas mientras que yo no estaba.
-Lo de Pablo, que ya te lo he contado y..., pues creo que ya- pone cara de pensativa-. ¿Vamos a tener una relación en secreto?
-En un principio, agradecería que sí, pero solo hasta que se lo diga a mi familia, no quiero que se enteren por terceros- razono.
-Vale, pero tampoco te tires todo el año, que si no voy a echar mucho de menos tus besos a lo largo del día- me da un pico, mientras yo estoy desprevenida.
Me tira en la cama con cuidado, por la pierna. Nos reímos. Me besa, ya encima de mí, se quita la camiseta.
-¿Te parece muy pronto?
-Me parece perfecto- sonrío y me quito la mía.
...
Después de tanto ajetreo, acabamos dormidas, ya a las tantas de la madrugada, en la misma cama, abrazadas.
