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...

No soy capaz de saber qué ha pasado. Lo último que recuerdo es a Alba corriendo hacia mí, gritando mi nombre.

No siento nada, no veo nada, ¿qué pasa?¿Estoy en coma?

...

No sé decir cuánto tiempo ha pasado, pero ya siento cosas, oigo a mi familia hablar, quiero despertar, necesito decir algo para que sepan que estoy bien.

-Est...

-¡Mamá!- puedo oír a Elena gritar-. ¡Llama a un médico, está despierta!

-Estoy... bien- consigo con alguna complicación decir unas palabras-. ¿Qué día es hoy?

-¿Hoy?- mi hermano se ríe-. Llevas 2 semanas en coma, ya estamos en noviembre prácticamente.

-¡2 semanas!- abro un poco más los ojos, ni siquiera los puedo abrir del todo-. ¿Y Alba?

-Ella está bien, no te preocupes más- me acaricia la mejilla y me da un beso.

Entra al médico y me hace las típicas preguntas de cómo me llamo, qué había pasado...

-Seguramente no sabrás nada- pues obviamente no-, pero te rompiste la tibia y el tobillo, te operamos, y ahora solo necesitas recuperarte.

-¿Tan fuerte fue el impacto?

-Al parecer, según tu amiga, sí, ella lo presenció todo- necesito verla-. Tienes bastantes heridas por todo el cuerpo, pero aún así, tuviste mucha suerte, podrías haber muerto.

¿Todo lo malo me va a pasar a mí?

-Cariño, ahora tienes que descansar- mi madre me sonríe, feliz de que esté bien.

...

Varios días después, todo sigue igual y sigo sin ver a Alba.

-Elena, ¿cómo va todo?

-Pues, si te refieres a mí, muy bien. Si te refieres a tus amigos, Alba está bastante mal y creo que Pablo está un poco mejor, ahora que tiene novia...

-¿Alba?

-No, es una de tu edad, o sea de un año menos que él, pero no sé quién es- levanta los hombros.

Seguimos hablando tranquilamente.

-¿Quieres que llamemos a Alba?- siento algo que me impide contestar. Me cuesta respirar, no me quiero morir-. Nat, ¡Nat! No te vayas ahora por favor- mi hermana empieza a llorar muy preocupada y entran los médicos.

Realmente no sé qué me están haciendo. Me han puesto un tubo y creo que me están anestesiando.

...

-Piensa enalguien especial- eso es lo último que me ha dicho el médico antes de no sentir nada.

Mi mente no ha parado de pensar en mi familia, Elena, Santi, mis padres y Alba.

-Nat, ¿estás ahí?- esa voz me es muy muy familiar-. Perdón por no venir antes, no sabía si me ibas a perdonar, fue todo culpa mía y...- le cojo la mano y se calla por completo.

Abro los ojos lentamente y la veo ahí sentada, tan guapa como siempre. Me levanto la mascarilla de oxígeno.

-Si vuelves a decir eso..., te mato- empieza a llorar, supongo de alegría y me abraza.

-Te quiero mucho, de verdad- dice entre lágrimas.

-¿Sabes qué me ha pasado?

-No lo saben seguro, pero creen que ha sido una reacción a algún medicamento- me mira con unos ojos muy sinceros, que hacen que yo solo pueda sonreír, diga lo que diga.

...

4 días después...

-Si las pruebas salen bien, esta misma noche podrás estar en casa.

Ya estoy como siempre, ni oxígeno, ni nada, solo la escayola de la pierna.

La última visita de Alba me había hecho sentir muchísimo mejor, y eso al parecer ha ayudado mucho a mi proceso de recuperación.

...

-¿Alba?

-¿Nat?¿Eres la verdadera Nat?

-No, soy si doble malvada- nos reímos.

-Si todo sale bien, esta noche estaré en casa- me sale una sonrisa pensando en su cara.

-¿¡En serio?!¡Qué ganas de verte ya!

-Y yo a ti, te quiero- cuelgo la llamada y espero a que venga el médico y me diga que me puedo ir de una vez por todas.

-Vaya, vaya, te quiero eh- viene mi hermana a picarme.

-De verdad eh- me pongo un poco roja.

Tocan a la puerta. Me pongo muy nerviosa.

-Natalia Lacunza, tras realizar todas las pruebas, los resultados dicen que- me pongo mucho más nerviosa-, te puedes ir a casa, está todo perfecto. Pero eso sí, descansa, y cuida la pierna.

Abrazo a mi hermana, estoy muy emocionada. Porque eso de estar más de 3 semanas en el hospital..., pues no hace mucha gracia.

...

Mi padre trae el coche a la entrada del hospital, y me ayudan a subir. Después de unos kilómetros ya soy capaz de ver mi casa, los árboles, el graffiti..., qué guay todo.

Bajan todos del coche, y entran a casa, nadie me ayuda. No entiendo nada. Después de varios minutos, porque voy muy muy lenta con las muletas, abro la puerta.

-¡Sorpresaa!- grita un montón de gente al unísono.

Me emociono un poco, sobre todo de ver a la persona que tengo delante, a Alba Reche.

She Used To Be MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora