Stardust

Capítulo 7: Poema

―Cuantas veces tengo que decirte que dejes de creerte la heroína

―Lo siento Zel, pero no podía quedarme sin hacer nada. Mi cuerpo reacciono solo—trata de excusarse

Las dos estában en el departamento de Rapunzel haciendo las tareas junto co Milky Way y el camaleón de la rubia, Pascal.

Después de aquel incidente, las dos corrieron hasta el departamento sin mirar atrás. Igual aun estaban pendientes por si llegaba algún policía a poner queja sobre la pelirroja.

―Entiendo que quieres ayudar a las personas, eso esta muy bien, pero a veces tienes que pensar en ti. Un día de estos no podrás hacerle frente a alguien y yo terminare en un mar de lagrimas—le regaña exaltada

―Eres una exagerada. Soy fuerte

―Eres fuerte, pero también tienes suerte, mucha suerte-recalca eso ultimo—. Por cierto, no pudimos deshacernos del medallón

―Si tanto te preocupa mañana po-

Empiezo a tocar su cuello buscando el medallón pero no lo siente. Rapunzel la ve raro por su actitud.

―¿Que tienes?

―No esta—dice asustada

―¿Como que no esta?

―Como lo oyes, el medallón no esta-busca por todo su cuerpo, pero no lo siento

―¿Segura?

―¿Alguna vez me equivoco?

―Enserio quieres que te responda

―No, mejor no, pero esta vez estoy segura. Desde que lo encontré no me lo he quitada ni una vez

―Tal vez se te cayo cuando estabas noqueando a aquel hombre

―¿Ahora que hago?

―Yo creo que es lo mejor, piénsalo, queríamos deshacernos de él y se esfumo

―Es muy raro, como si fuera una-

―Coincidencia, te sorprendería saber cuántas he vivido

―¿Que quieres decir?—pregunta desconcertada por sus palabras

―Nada, olvídalo. Piensa que fue el destino quien creyó que el medallón estaría mejor en otro lugar, tu crees en esas cosas ¿no?

―Ja ja, que graciosa

Siguieron haciendo las tareas, aunque Merida no podia concentrarse.

No dejo de pensar en el chico de ojos verdes en todo el día y en cuanto quería volver a verlo.

Por el uniforme que llevaba puesto estaba segura de que era de alguna preparatoria privada de los niños ricos de la ciudad. El problema era saber de cual.

―Se que detestas los números, pero ahora estamos haciendo literatura, así que por tu cara puedo decir que estas pensando en algo o alguien—las palabras de la rubia le hacen volver a la realidad

―Claro que no, solo trato de crear una rima para mi poema y no sé cómo empezar—eso no era del todo mentira

―Entonces hagamos un ejercicio. Piensa en lo primero que se te venga a la mente—decide hacerle caso y cierra los ojos

―Verde

―¿Y que pasa por tu mente cuando piensas en el verde?

―Bosque

―¿Qué más?

―Nostalgia

―Ahora trata de unirlas en una frase