Capítulo 4

2.1K 239 110
                                    

-Eres un completo idiota.- bufó el moreno con el ceño fruncido, viendo severamente a un congelado Adrien cubierto por una mant, sosteniendo una taza de café entre sus manos temblorosas.- ¡¿tienes idea de cuantos grados hay afuera?!.- lo regañó como si de un niño se tratara y el rubio no hizo más que bajar la vista.- ¡tenemos -3 grados!

-Lo siento... .- musitó el ojiverde y Nino no cambió su expresión en ningún momento.

-¿Qué crees que hubiera pasado si mueres de hipotermia?, ¿es que acaso no piensas en eso?.- negó con la cabeza cansado.

-Lo siento Nino... .- repitió nuevamente.

-¿Por qué no me dijiste lo que pasó con la casa y Félix?.- cuestionó ahora viéndolo dolido.- ¡te busqué por casi toda la puta ciudad!, ¡estaba preocupado porque no sabía nada de ti en días!

-No quería meterte en mis problemas.

-Y para colmo me sales con esa excusa mediocre.- sus facciones se endurecieron aún más.- Adrien, entiende de una vez que eres como un hermano para mi. Nos criamos juntos, debiste decírmelo para poder ayudarte.

-Ya no me sigas regañando.- soltó por lo bajo.- discúlpame.

-Cariño, ¿por qué haces tanto escándalo?.- una tercera voz se unió a ellos y ambos voltearon a ver una adormilada joven de cabello cobrizo tallando uno de sus ojos.

La morena hizo contacto con su novio y luego con el rubio sentado en el sofá.

-Hola Alya... .- murmuró Adrien con una leve sonrisa y la chica lo observó detenidamente.

-¿Adrien?, ¿Qué pasó?, ¿por qué estás así?.- se acercó rápidamente sentándose a su lado posando una de sus manos en su espalda frotandola para darle calor.- ¿por qué está así?.- preguntó al moreno y este respiró profundamente.

-Pregúntale a él.- respondió algo frustrado.

Y es que Nino realmente estaba muy preocupado. Él conocía toda la historia de su mejor amigo y sabía exactamente todo lo que había sufrido luego de la muerte de su madre.

Nino Lahiffe lo acompañó en todo momento y ahora le dolía que no fuera capaz de haberle pedido ayuda o de haberle contado su situación más a detalle. Adrien lo apoyó en momentos difíciles y siempre se sentiría en deuda con él, ahora era su turno de ayudarlo de alguna forma.

-¿Y Félix?.- preguntó Alya viéndolos a ambos repetidas veces.- ¿dónde está?

Adrien suspiró y luego de una larga charla con ambos morenos, explicándoles todo el proceso judicial en el cual se encontraba... les habló sobre donde estaba su hermano y lo que había hecho todos estos días a la intemperie de la ciudad, durmiendo en aquel parque acompañado del frío y todas las puertas azotadas en su cara al ver sus papeles manchados.

Alya lo veía entristecida y sin pensarlo dos veces lo abrazó.

-Adrien.- sintió sus ojos picar.- eres un tonto... debiste venir aquí con nosotros, sabes que siempre puedes contar con nosotros.- se separó un momento de él acariciando su rostro suavemente.

-Es lo que intentaba decirle.- habló Nino tomando el puente de su nariz.

-Y tu debiste decirme lo que sabías, Lahiffe.- apuntó al de gafas viéndolo amenazante y este alzó las manos como defensa.

-No quería preocuparte.- respondió y Adrien rió levemente por su típica disputa.

La morena se volteó a verlo, sintiéndose más tranquila de que pudiese verlo sonreír un momento.

-Bueno.- Alya se puso de pie.- ve a darte un baño tibio y te prepararé el sofá para que descanses, aquí está helando.- frotó sus manos y se dirigió a su habitación.

Te Puedes Quedar En Mi Corazón "Cada Tropiezo Me Lleva A Ti"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora