Febrero, 15 2019.
Nadie puede juzgarme por enamorarme perdidamente.
¿Quien no se enamoraría de él?
Teniendo esos hermosos ojos, esa bonita sonrisa y esa piel tan cálida.
Me acobijaban sus abrazos y sus besos me daban calma.
Sentía paz en mi alma al verlo y al tenerlo cerca.
Mi perdición, si, eso era él para mí.
Podría morir por un beso de su boca, por un poco de su atención.
Mi corazón y mi cuerpo lo reclamaban.
Pedían a gritos su cercanía y aunque yo los reprendía, en mi mente sabía lo feliz que estaría si su piel de nuevo rozara la mía.
ESTÁS LEYENDO
Anotaciones de una niña pendeja.
Storie breviEscribiré cuando me sienta asfixiada, así que no se asusten si encuentran notas o frases corta venas. Mi corazón dicta a mi cerebro, que manda la orden a mis manos para teclear en la pantalla así que, mi estado de animo influirá de gran manera en la...