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Trago saliva. Lo sospechaba desde antes, pero sin duda alguna, ahora está confirmado. Yo, Isabelle Fuhrman estoy enamorada de Alexander Ludwig. 

-Te doy 5 minutos para que te expliques.-digo aún con la respiración entrecortada.

-A ver…-puedo oír como suspira al otro lado de la línea.

-Tick tack.-replico molesta. Él resopla y yo ruedo los ojos.

-Joder, Isabelle, me estás poniendo nervioso.-y es verdad, lo noto en su voz.

-¡Pues habla de una vez!

-Mira, no he podido llegar a tiempo a la fiesta porque estaba con…-lo sabía. Dios, soy tan estúpida. Tendría que haberlo sabido. ¡Él estaba con su novia! Oh, dios, soy tonta. ¿Cómo se me ocurre enamorarme de ÉL?

-¿Con Nicole?-trago saliva y mi enfado se ha ido. Está siendo sustituido por dolor.

-¿Qué?-en su voz se nota confusión y eso, de alguna manera, hace que mi corazón salte en mi pecho.-No, claro que no.

-¿Cómo que no? Venga, Alexander, no me mientas, ¿quieres?

-Te juro que no estaba con ella. Estamos… peleados, en realidad.-le oigo suspirar y mi corazón empieza a latir más y más rápido. 

-Mmm… lo siento, supongo.-digo, intentando que mi voz suene lo más neutral posible.

-No pasa nada. Estaba con mi… hermana.-susurra tan bajo que casi ni le oigo.

-¿Con tu hermana? ¿Cuál de ellas?-la sorpresa y la preocupación me invaden de un modo que ni me esperaba.

-Con Sophia.-oh, siempre le he tenido especial cariño a Sophia. Es tan dulce.

-¿Qué le ha pasado? ¿Está bien?-pregunto sentandome en mi cama.

-Sí, sí, está bien. Lo que pasa es que…

-¿Qué? Suéltalo ya, por dios.-digo empezando a exhasperarme.

-Qué mas da, ya han pasado mis 5 minutos de explicación.-oigo su risa y una sonrisa se forma inevitablemente en mi cara. 

-Ludwig, no juegues con fuego.-otra vez se ríe y esta vez yo con él.

-Me quedé dormido.-suelta de pronto. Oh dios mío, solo Alexander Richard Ludwig es capaz de quedarse dormido el día en el que tiene una fiesta. MI fiesta.

-¿En serio?-arqueo las cejas aún sabiendo que no puede verme

-Sí… Estaba jugando con mi hermana y ya me iba a ir a arreglarme para tu fiesta pero entonces me pidió que me quedara con ella hasta que se durmiera y no sé… me quedé dormido yo también.

-Venga ya, Alexander. ¿Estás de broma? Tienes que estarlo.

-¡No, te lo juro Isabelle! Preguntale a mi hermana si no me crees.-en ese momento, rompo a reír. Es la historia más absurda que he oído jamás y aún así, me la creo.

The Moment I Knew.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora