14;

218 20 0
                                    

Guio a Alexander hasta el sofá y le empujo suavemente para que caiga en él. Él se ríe y echa la cabeza para atrás. Mientras tanto, voy hacia la cocina para servirle un café. Se supone que eso ayuda a quitar la borrachera. Por un momento, dudo si ir a pedir ayuda a Jackie y a Jack, pero en cuanto oigo a Alexander, que sigue riéndose como un loco, sé que no puedo dejarle solo. Cuando estoy echando el café en una taza, es cuando oigo el ruido de la puerta abriéndose. Quizás son Jack y Jackie que han venido a ver por qué tardo tanto. ¿Pero cómo han abierto la puerta? Estoy bastante segura de haberla dejado cerrada. Con la taza en las manos, salgo al pasillo y de la impresión, casi la tiro al suelo.
-¿Qué haces tú aquí? 
-Y-y-yo...-tartamudeo. La mirada venenosa de Nicole me analiza de arriba a abajo. 
-¡Y yo que venía a pedirle perdón a Alexander! ¡Anda que le ha costado recuperarse, eh!-vocifera, histérica. 
-No, no es lo que...-intento decir, pero ella me interrumpe.
-¿No es lo que parece? ¿¡EN SERIO!? Anda ya, niñita, vete con el cuento a otra parte. ¿Dónde está ese desgraciado? ¿Alexander?-grita. No hay respuesta por la parte de él, así que respondo yo, algo avergonzada.
-Está borracho como una cuba, en el salón.-ella me mira desconcertada y luego entorna los ojos, dirigiéndose al salón. Yo la sigo, aún con el café caliente en las manos. Alexander está en el sofá, dormido como un tronco. Nicole, sin ninguna delicadeza, va y le despierta bruscamente. Él se sobresalta y por poco tira un jarrón de la mesa situada al lado del sofá. 
-¿Qué? ¿Qué pasa?-dice y mira a su alrededor confuso. Nicole le mira entrecerrando los ojos. Después se gira hacía mí.
-Pues sí que está borracho. Pero a mí ya me da igual. No es mi problema.-alza los brazos y después le tira las llaves a Alexander. Le dan en la cabeza, por lo que él suelta unos cuantos insultos al vacío. Nicole, por su parte, se va con furia hacia la puerta de la casa, pero antes de marcharse, se gira y me dice.-Suerte con él, niñita. Aunque si hay alguien que va a poder controlarle, esa eres tú. ¿Por qué sino iba a estar Alexander hablando de ti todo el día?-vuelve a lanzarme otra mirada venenosa, y se va dando un portazo. Yo me quedo quieta, y trago saliva. ¿Qué habla de mí todo el día? Oh dios mío. Eso si que no me lo esperaba. ¿Será verdad? Bueno, ¿por qué razón iba a mentir Nicole? Tiene que serlo. No puedo evitar sonreír y me acerco al sofá dónde está Alexander, casi dormido otra vez. 
-Hey.-le muevo suavemente.-Xander. Hey.-él se remueve y abre sus ojos azules lentamente.
-¿Me vas a tirar más cosas?-gruñe.
-¡Eh, que yo no he sido!-digo y se me escapa una risita.-Toma.-le tiendo la taza con café y él la mira con asco.-Bebe-le ordeno.
-No quiero.-él hace un puchero. 
-Vamos, Alexander. Bebe. Te sentará bien.-él, por alguna razón que desconozco, se empieza a reír.
-Bueno. Bebo. Pero solo...-se ríe aún más fuerte, y luego dice:-solo porque me lo dice una chica guapa como tú.

The Moment I Knew.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora