11;

251 23 1
                                    

-¿Qué ha pasado?
-¡Cuéntanoslo todo!
-¿Por qué ibais de la mano?
Un torbellino de preguntas me rodea y yo me siento como puedo, en una enredadera de brazos que tiran de mí. 
-A ver, relajaos, relajaos. Que no soy de goma.-digo soltándome de su agarre. Ellas parecen calmarse un poco, pero en cuanto Willow aparece para oír la historia, se vuelven a poner casi a gritar. Les empiezo a contar todo lo que ha pasado, con detalles y cuando llego a la parte en la que Alexander me ha dicho que ha cortado con Nicole, todas sueltan un pequeño chillido de entre sorpresa, alegría y emoción. Estoy terminando de relatar los hechos cuando veo que un tambaleante Alexander se dirige hacia aquí.
-Oh, ahí viene.-Jackie salta del sillón, mientras las demás se escabullen, para dejarnos solos.-Xander, querido, sientate con Isabelle.-él se empieza a reír. Pero no con su risa normal. Esa risa bonita y sonora, esa risa que me encanta. Sino con una risa de esas que tienes cuando estás en clase y te intentas no reír para que no te llamen la atención. Es decir, una risa floja. Le miró alzando las cejas e intercambio una mirada con Jackie. Esa risa solo puede significar una cosa: Alexander está borracho. Aún así, mi amiga pelirroja le empuja hacia mí, haciendo que casi se caiga, y se marcha antes de que pueda replicar.
-Hola, preciosa, Belle.-Alexander se sienta a mi lado y me abraza. Aunque me gusta que me abrace, aunque me gusta que se ponga cariñoso y aunque él me vuelva loca, NO me gusta que se emborrache.
-Estás borracho.-digo separandome de él, con cierto tono de reproche en mi voz.
-Yo mañana dejaré de estar borracho, pero tú seguirás siendo preciosa.-dice y le entra otra vez la risa floja. No puedo evitar reírme un poco yo también.
-Vaya, ese debe ser el cumplido más usado por borrachos de la historia.-digo y niego con la cabeza. Él sigue riendose, hasta que de repente se pone serio y me mira fijamente.
-No estoy tan borracho, Belle.-me aparta un mechón de pelo de la cara y me sonríe. Aunque me gustaría creerle, su aliento apestoso a alcohol, me dice lo contrario. 
-Tu aliento no dice lo mismo.-hago un gesto de asco y me aparto rápidamente de él. Estoy nerviosa porque está demasiado cerca y sé que podría hacer algo de lo que luego se arrepentiría y a mí me haría daño. Así que me alejó todo lo que puedo.
-Lo que tú digas...-se ríe y rueda los ojos.-¿Sabías que te quiero? Mucho, MUCHÍSIMO.-grita como un loco y se vuelve a reír. El corazón me empieza a latir muy rápido y busco con la mirada a alguien que me ayude. No lo soportaré más si sigue así.
-Repito: estás borracho.-digo sin mirarle, y sin darme cuenta de que él se está acercando peligrosamente a mí. Así que cuando me giro, me sobresalto al encontrarmele a dos centímetros de mi boca. 
-Bueno, los borrachos nunca mienten, Belle.-me susurra.

The Moment I Knew.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora