The Moment I Knew.

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Cojo el teléfono después de tragar saliva y contesto con la voz nerviosa:
-¿Sí?
-¿Belle? Hola.-él también parece algo nervioso, por lo que por alguna razón, me hace sonreír. 
-Hola, Alexander. ¿Estás mejor? 
-Sí, bueno, supongo... Tengo un terrible dolor de cabeza, pero por lo demás, bien. 
-Me alegro.-nos quedamos en un incómodo silencio durante unos segundos hasta que finalmente, Alexander lo rompe:
-Oye, Belle... De verdad, siento mucho todo lo de anoche. No debería haber sido así. Para empezar, jamás debería haber traído a Nicole sabiendo lo celosa que se pone contigo. Debería haber cortado antes con ella. Después, no debería haberme emborrachado sabiendo que iba a arruinar una de las pocas noches que iba a tener contigo en mucho tiempo. Soy un idiota, Isabelle, lo siento de verdad.-toda esta charla, así de repente, me abruma y siento que mi corazón va más rápido que nunca. Si no lo supiese, juraría que a Alexander le gusto. Pero sé que no. ¿Verdad? Eso no puede ser. ¿Cierto?
-Y-yo... No pasa nada, Xander, en serio. Todos cometemos errores...
-No, Isabelle, no digas eso.-me interrumpe.-Eres demasiado buena, siempre perdonándome por comportarme como un imbécil, y cuidándome como si fuera un bebé. Se supone que yo soy el mayor, ¿no? Que yo tendría que cuidarte, ¿no?
-Bueno, supongo que nos hemos cambiado los papeles en esto de cuidarse el uno al otro. Supongo que me toca a mí hacer de "hermana mayor" en algunas ocasiones.-suelto una pequeña risita que en reaidad estoy fingiendo. Y la finjo porque me duele saber que eso es lo que soy para él, no importa lo mucho que quiera pensar que me ve como algo más.- No pasa nada, está bien.
-No, Belle, no está bien. No está bien porque tú sabes tan bien como yo que nosotros no somos como hermanos. ¡No somos amigos, por el amor de dios!
Esto me hace quedarme muda. ¿Qué narices quiere decir? Oh bueno, parece que me he equivocado del todo. Él ni siquiera me ve como su amiga. ¡Qué suerte la mía! Estoy tan dolida por su comentario que estoy a punto de colgar, pero el enfado me hace querer decir algo más. 
-Ah, bueno, Alexander, sino somos amigos entonces no sé a qué mier,das estás jugando. ¡Si llamabas para decirme esto entonces...!
-Isabelle, no, cállate.
-¿¡Qué me calle?!-¿pero cómo se atreve? Estoy tan irritada con él que si le tuviera delante, posiblemente ya le hubiere abofeteado.
-Sí, cállate. Lo estás malinterpretando todo. No somos amigos, somos mucho más que eso. Porque yo te quiero, Belle, y más que como un jodido hermano.