The Moment I Knew.

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"Mierda, Isabelle. Estás pillada hasta las trancas." Eso es lo que pienso después de pasarme hasta las 2 y media de la mañana hablando con Alexander. Después de estar prácticamente meses sin hablar, uno siempre tiene mucho que contar. Suspiro, son las 3 y mañana no habrá quién me despierte. Pero es que ahora no puedo dormir. Me resulta imposible. Necesito verle. Cojo mi móvil y reviso las fotos de aquel maravilloso verano. Como lo echo de menos. Aquellos fueron los mejores meses de mi vida, sin duda alguna. Pero por aquel entonces, mis sentimientos por Xander eran… confusos.  Tenía tan solo 14 años y él 19, era muy complicado. No es que las cosas hayan cambiado mucho pero estoy 100% segura de lo que siento ahora. Le quiero. Y más que a "mi hermano mayor". No sabría decir si es una pena o un alivio no haberme mantenido en contacto con él, porque realmente me da pena pero hubiese sufrido (que sospecho que es lo que voy a hacer a partir de ahora). Suspiro y dejo el móvil en la mesilla de moche. Me quedo mirando al techo absorta e intento poner la mente en blanco. Y así, poco a poco y abrazada a la almohada, me quedo dormida.

Cuando despierto al día siguiente, veo que mi hermana está en mi habitación, abriendo las cortinas para que la luz se cuele en mi habitación.

-¡Arriba, Belle! Jackie ha llamado. Me ha dicho que vendrá en una media hora.-tapo mi cabeza con la almohada y gruño. No tengo muy buen despertar, precisamente. Madeline se acerca a mí y me zarandea suavemente.-¡Vamos! No seas vaga.

-¡Ya voy, ya voy!-vuelvo a gruñir y ruedo en la cama para levantarme. Voy al baño y allí me despejo un poco. Estoy algo aturdida. Mmm… ¿qué pasó ayer? Ah, ya. Alexander. Me miro en el espejo y suspiro. Es todo demasiado complicado. Me cambio y bajo a desayunar, sabiendo que Jackie aparecerá dentro de poco. Y así es. Cuando estoy terminando mis cereales, cierta pelirroja entra como un torbellino por la puerta de la cocina.

-¡Eh, Belle! Cuéntanos.-se sienta y a su lado Madeline. Las dos me miran expectantes.

-Lo primero, buenos días.-alzo las cejas y ellas ruedan los ojos.

-Saltate las cortesías y pasa directamente a la acción, Fuhrman.-replica Jackie y Madeline asiente. Yo resoplo y me hago la desentendida.

-No sé de que me estáis hablando.

-¡Venga ya, Belle! ¿Quizás de que ayer te pasaste hasta las 2 de la mañana hablando con cierto rubio?-mi hermana arquea las cejas y yo, sin pensarlo, la corrijo.

-Dos y media.-Oh, oh. Jackie y Madeline intercambian una mirada cómplice y después sonríen. 

-Tú misma lo has dicho. Ahora cuéntanos.

Suspiro. Sé que no hay nada que pueda hacer para que estas dos lo dejen estar. No tengo otra opción, así que les cuento todo con el máximo detalle posible.