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El corazón me va a cien mil por hora. No puedo responder algo coherente, así que me limito a tartamudear. Oigo a Alexander suspirar por la otra línea. 

-Oh dios, soy estú,pido. No debería haber hecho esto así. Lo siento, Isabelle. Entiendo que...

Trago saliva antes de interrumpirle:

-Nos vemos en una hora en la cafetería de Melrose Avenue. Quiero hablar contigo. Pero hablar cara a cara.-y para mi sorpresa, tras decir yo esto, cuelga. Supongo que eso es un sí, así que me apresuro a cambiarme y arreglarme un poco. 


Estoy nerviosa, y quiero chillar y saltar de alegría por toda la habitación, pero también está la posibilidad de que lo haya malinterpretado. No, eso es imposible. Él ha sido bien claro: "Yo te quiero, Belle, y más que como un jodi,do hermano" las palabras se repiten en mi cabeza una y otra vez mientras paseo por la habitación buscando unos zapatos que queden bien con el conjunto. Una vez arreglada, salgo prácticamente corriendo e, invéntandome una excusa, me voy. Mis padres y mi hermana parecían un poco confusos pero han dejado que me vaya sin problemas, así que no pasa nada. Espero en la parada de bus, con los nervios a flor de piel y mariposas en el estómago. Cuando finalmente llega el autobus que me lleva a Melrose Avenue, mis piernas casi no se pueden ni mover. Respiro hondo y me paso todo el trayecto intentando distraerme y poner mi mente en claro. Estoy preparando un discurso en mi cabeza y me da igual, pase lo que pase, lo utilizaré. Quiero decirle todo lo que siento de una vez por todas y nada me lo va a impedir. O eso espero. Suspiro y cierro los ojos para relajarme antes de bajarme en Melrose Avenue. Mi destino. Mmm... miro a mi alrededor pero no hay rastro de Alexander por ninguna parte. Y eso que llego un poco justa. Bueno, ya sé que la puntualidad no es su fuerte, así que espero. Miro mi reloj y veo que han pasado cinco minutos. Es muy pronto, pero no puedo evitar ponerme más nerviosa de lo que ya estaba. Entonces le veo. Viene casi corriendo y en cuanto me ve su cara se ilumina. Lleva un algo en la mano pero no lo veo, pues lo está ocultando detrás de su espalda. En cuanto llega a mí, le miro y le doy una sonrisa nerviosa, que él me devuelve, enseñandome que tiene en las manos. Es un ramo de flores. 


-Toma. Perdona la tardanza. Quería comprarte unas flores bonitas.-mi sonrisa se desvanece al mismo tiempo que mi corazón se derrite, mientras cojo las flores en mis manos.


-Oh, Alexander, son preciosas. Muchas gracias. Es muy dulce de tu parte que hagas eso.-vuelvo a sonreír, ahora más confiada y me quedo quieta mirando sus ojos. De repente, todo el discurso que había preparado en el autobus se desvanece. Me pierdo en su mirada y me quedo callada. Él tampoco dice nada, simplemente me mira fijamente. Entonces se acerca lentamente a mí y sin que me de tiempo a reaccionar, me besa.

A/N: Lo siento, tengo poco tiempo. Mañana o quizás más tarde subo el último capítulo! :D gracias por los votos Xx

The Moment I Knew.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora