The Moment I Knew.

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Saco el vestido negro de la bolsa. Ni siquiera lo había sacado hasta hoy. Es el día. Hoy voy a ver a Alexander. Jackie me acaba de llamar para confirmarme que estará aquí para recogernos a Madeline y a mí en una hora. Acabo de salir de la ducha y aún llevo el pelo mojado, recogido en una toalla cuando Madeline, entra con dos vestidos: uno rojo y otro amarillo con flores negras. 
-¡Urgente! ¿Cuál me pongo?-parece algo nerviosa.
-Personalmente, me gusta más el amarillo.-yo por mi parte, hablo con un tono suave, intentando mostrar tranquilidad.
-Vale, genial, gracias...-está a punto de salir de mi habitación cuando se gira para mirarme-¿cómo es que estás tan tranquila?-arquea las cejas y yo me encojo de hombros.
-No lo sé. Intento no pensar mucho en... eso.-Madeline me mira y asiente. Después se va. 

Deberíais saber que odio ir a fiestas. Prefiero quedarme en casa, escuchando música o leyendo. Pero, cuando voy, me gusta arreglarme. Así que cojo delicadamente el vestido negro y me lo pongo. Después voy al baño y me seco el pelo. No sé si alisarmelo o dejarlo al natural. Me miro en el espejo. Creo que con este vestido, irá mejor el pelo algo ondulado. Me lo peino delicadamente, hasta que queda justo como quiero. Perfecto. Ahora algo de maquillaje. Cojo sombra negra y sombra dorada y me la aplico en los ojos. Luego me echo rímel y pinto mis labios de rojo intenso. Vuelvo a mirarme al espejo y sonrío. Estoy realmente impresionante. Salgo del baño emocionada y me coloco mis tacones negros con suela dorada. Justo cuando estoy cogiendo mi bolso, Madeline irrumpe de nuevo en mi habitación.

-Wow, Belle, estás preciosa.-sonríe y se acerca a mí.
-Tú también lo estás, hermanita.-le devuelvo la sonrisa.
-Gracias.-lleva el pelo recogido en un moño que le sienta estupendamente. Está muy guapa-Jackie ya está aquí, por cierto.
-Ah, genial, vamos.-una punzada de nervios ataca mi estómago. Oh, no. Ya es la hora. Me está empezando a entrar una especie de ataque de pánico. Y las cosas no mejoran cuando entro al coche de Jackie, que me dice:
-Ay, Isabelle, ¡pero qué guapa estás! A Alexander le va a dar algo.-Madeline y ella se ríen pero yo solo les saco la lengua. Cada vez estoy más nerviosa y eso que ni siquiera hemos llegado.-Ah, por cierto, hablando de Alexander, me dijo que iba a traer un acompañante.-dice Jackie rápidamente, como si quisiese que yo no lo escuchase. Sin embargo, lo he oído perfectamente.
-¿Qué? ¿Quién?-pregunto extrañada.
-No lo sé, no me lo dijo.-Jackie se encoge de hombros, sin quitar la vista de la carretera. Después, cambia de tema-Vamos un poquito tarde.
Y es cierto. Vamos 10 minutos tarde. 

Cuando llegamos al restaurante que Jackie ha reservado para todos, ya hay mucha gente allí. Leven, Dayo y Jack están hablando animadamente sentados en una mesa, y Amandla y Willow están de pie, hablando y riéndose. Al lado de una mesa más alejada, distingo a Josh y a Jennifer charlando. ¡Qué bien que hayan venido! Liam no está, pero prometió que vendría.
-¡Jen!
-¡Isabelle!-me sonríe y se acerca a mí para abrazarme.
-¡Eh, yo también estoy aquí! Sé que soy bajito pero esa no es razón para ignorarme-me río y me acerco a darle un abrazo a Josh. 
-No te estabamos ignorando, amor. Lo que pasa es que me pongo celosa si otra chica se acerca a ti, así que prefiero hacer como si no estuvieses.-bromea Jennifer. Yo suelto una carcajada. Josh y Jennifer siempre están haciendo ese tipo de bromas. Siempre pensaré que en realidad se gustan. Realmente lo parece.
-Ah, bueno, si es por eso, os perdono.-responde Josh sonriendo y los tres reímos. 

Estoy mucho más relajada, casi se me ha olvidado que hoy volveré a ver a Alexander. Sin embargo, cuando me giro, la puerta se está abriendo y por ella entra él. Alexander Richard Ludwig. Lleva una camiseta blanca de cuello pico (sus favoritas) y un blazer negro. Va sencillo, pero elegante. Una sonrisa se forma en mi cara inevitablemente cuando le veo. Mis piernas se mueven solas y me estoy acercando a él cuando sus ojos me miran fijamente, y me doy cuenta de que no recordaba lo azules que eran. Su boca se abre ligeramente. Parece realmente impresionado. Yo le he impresionado. Cuando pienso que mi sonrisa no puede ser más grande, ésta se desvanece. ¿La razón? Una chica morena y delgada, con un vestido negro de lentejuelas viene justo detrás de él. Y le está dando la mano. Nicole Pedra, su novia, mi pesadilla, está aquí.