CAPÍTULO 9

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Espero estén disfrutando de esta pequeña entrega tanto como yo disfruté escribiéndola. a veces quisiera que escribir de este tema no me apasionara tanto pero, jaja pero es lo que hay. 

Recordad que todos vosotros sois especiales para mí, aunque los deje tirados sin nada que leer por un buen rato. 

Atentamente: 

Vuestro sensual escritor, MikeFancy.



La mesa del restaurante mexicano estaba fría y era un tanto reconfortante. No tenía mucho en qué centrar mi mente salvo en observar la mesa en que Darío esperaba solitario a su "contacto". Habíamos salido de mi casa para encontrarnos con alguien en un local que nos quedaba a unas 5 manzanas de distancia. Los camareros llevaban bandejas con tacos, pizza, y tortillas a los otros comensales mientras yo esperaba pacientemente a que empezara o terminara la reunión, y me moría de ganas por probar cualquier cosa. Estar en un lugar donde venden comida te despierta el apetito aunque hayas comido un sándwich hacía apenas una hora.

En la habitación, antes de salir, Darío sacó una brillante tarjetita de presentación con el logo de una estrella fugaz estampado en el derecho y un número telefónico en el reverso. No había intercambiado muchas palabras, sólo acordaron un lugar donde encontrarse. Todo esto se me hacía muy misterioso y él no se mostró muy abierto a compartir lo que planeaba ni con quién se encontraría.

No pasó mucho tiempo antes de que el solitario chico con muletas dejara de estar sólo. Una mujer de cabellera roja se acercó a la mesa y le saludó con una amplia sonrisa; él le devolvió el gesto y estiró un brazo en señal de recibimiento, a lo que ella respondió sin dudarlo, inclinándose para abrazarlo y dándole un beso en la mejilla.

Darío había dicho que quería encontrarse con su contacto a solas, si me necesitaba entonces me llamaría. Esto obviamente me hizo sentir muy excluido de todo, pero no habían pasado 10 minutos entre ellos dos riéndose cuando de repente vi que me daban una señal para que me acercara.

—Lucas, te presentó a Carrie. Es una muy buena amiga.

—Ho-hola... —dije con algo de vergüenza. De lejos no se notaba tanto, pero de cerca era indudablemente hermosa. La palidez de su rostro contrastaba perfecto con el lápiz de labios color Carmín, y su cabello rojo era... no tengo palabras para describirlo—. Soy Lucas.

—Un placer conocerte Lucas —la señorita me extendió una delicada mano enguantada en seda, su sonrisa era tan amable con se ganó mi confianza de inmediato, lo que me hizo sentir como todo un chico fácil—. ¿Cuántos años tienes?

—Pues—

—Carrie, por favor —interrumpió Darío con diversión—. Eso no se le pregunta a un caballerito jaja.

Ella sonrió divertida, dejando ver una sonrisa Colgate, acto seguido se encogió de hombros con soltura.

—Vaya, que grosera soy, disculpe señorito Lucas —dijo con una reverencia de cabeza, seguido de un ademán con la mano hacia una silla vacía—. ¿Gusta sentarse?

­—Sí, claro.

Así lo hice, y mientras analizaba la situación y cómo debía comportarme con una desconocida súper atractiva, ésta extrajo carpetas azules de su bolso y las puso sobre la mesa.

—Bien, pues empecemos —declaró. A lo que Darío asintió con la cabeza—. Debo decir que todo esto me parece muy extraño. El que hayas recuperado la memoria después tanto tiempo... No te mentiré, es una sorpresa.

—Sí, lo sé. Es una sorpresa para mí y para todos —combinó—, pero vamos al grano, ¿cómo lo resolvemos?

­A lo que ella empieza a hojear sus archivos y pregunta:

CHICO EN PROBLEMASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora