Habíamos comenzado una terrible batalla, Zerg, Protoss y Terran de distintos bandos se masacraban entre ellos. Las fuerzas de Artanis y Kerrigan luchaban con todas sus fuerzas para intentar detenernos pero sus ejércitos estaban diezmados y tenían que recurrir a usar los Poderes de la Lanza de Adún para poder atacarnos.
-¡Muerte a los enemigos del Dios Oscuro!- gritaban muchos de mis aliados.
Matar no se sentía para nada bien, pero por algún motivo sentía algo de consuelo sabiendo que así podría traer más paz al mundo, me detuve por un momento a descansar sentandome en una roca a observar la masacre.
-(¿Que sucede Lykaios? ¿Estas herido?)- me preguntaba Amón.
-No es eso, solo que no me gusta matar, aún sabiendo que con eso traeré la paz al universo...- le explicaba a Amón devastado.
-(¡No debes detenerte! En cuanto más demores en tu tarea, más difícil se volverla completarla.).- me insisitio Amón.
No le respondí, solo me puse de pie y avance para terminar con esto se una vez por todas.
Luego de unas horas la Primera Linea Defensiva fue destruida, el Enjambre y los Protoss del Daelaam estaban rodeados y acorralados, mis fuerzas esperaban mi orden para acabar con ellos.
-¡Lykaios... se que no quieres hacer esto en el fondo de tu corazón! ¡¡Reacciona!!- me grito Kerrigan furiosa y herida.
Estaba en lo cierto, habíamos pasado buenos momentos en el pasado y me acogieron muy bien, pero poco a poco esos recuerdos se desvanecian de mi mente, debía hacer algo antes de que eso sucediera.
-En honor a los viejos tiempos los dejare marcharse por ahora, olviden todo lo que hemos hecho juntos y no vuelvan a entrometerse en mi camino o en el de alguno se mis aliados, y no se acomoden tanto, tarde o temprano los cazare y destruiré uno por uno, ¡Fuerzas del Vacío retirense! Dejen a estos imbéciles acabados.- les ordene haciendo una señal con mi mano.
Mis fuerzas obedecieron mi orden y dieron media vuelta para marcharse, yo me quede un momento observandolos, era una vista realmente lamentable, las caras de todos los Protoss y Zerg supervivientes estaban llenas de confusión y miedo, observe a Yumeha, estaba abrazada a su madre, me di la vuelta y me fui rápidamente no sin antes conjurar un Repliegue en Masa a todos los Protoss y Zerg supervivientes para que pudieran huir pronto.
Paso una semana en la que estuve quedándome en una base de las Fuerzas del Vacío, todos ellos trabajaban silenciosamente, nadie se decía nada para charlar o por ningún otro motivo que no fueran ordenes, habian algunos Híbridos en el lugar pero se negaban a dirigirme la palabra. Yo simplemente era enviado a destruir bases enemigas, hacer recados y dormir, no poder hablar con nadie me hacía sentir muy nervioso, sentía algo raro dentro de mi y eso me hacía alterarme aún más.
-Padre no me siento bien, me siento muy solo, necesito compañía...- le decía a Amón acostado en el piso.
-(Tienes a tus hermanos Híbridos a tu alrededor, puedes hablarles).- me respondió indiferentemente.
-¡Pero no me hacen caso! Me ignoran o me evitan.- le dije muy enojado.
-(Lykaios estoy ocupado dirigiendo a nuestras tropas por a través de toda la galaxia ¿No puedes hablar con alguien más de esto?).- me dijo molesto por mi interrupción.
No respondí pero en ese momento surgió una furia de tal magnitud que sentía que me quemaba, tenía a mi lado una compuerta de hierro y de ella un Híbrido paso apresuradamente no sin antes darme un empujón sin motivo alguno.
Lo atrape con mi Abducción, lo jale hasta mi lado y con mi mano le empecé a aplastar la cabeza hasta que explotara, sus gritos de dolor me hacían sentir vivo y me relajaban.
ESTÁS LEYENDO
Starcraft II: "El Heraldo De Las Sombras"
Fanfiction(Esta historia alternativa ocurre durante la reconquista de Aiur y durante la Guerra final contra Amón). Amón el dios oscuro vive nuevamente, comandando a sus ejércitos de Híbridos, a la Fundación Moebius, los Zerg salvajes de Aiur y a los Tal'darim...