Capitulo 13 "Adoctrinamiento"

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Hace frío, como siempre, escucho los ronquidos de los demás, como siempre, los científicos olvidaron llevarse su portapapeles y lapiz, bueno es algo que no pasa siempre por lo menos. Escucho los pasos de los guardias armados acercándose por el pasillo, nos despertaran para comenzar nuestras acciones del día.

-¡Muy bien malditos holgazanes despierten!- dijo uno de los guardias jalando una palanca que abre las celdas en las que nos encontramos.

Todos los convictos y yo salimos, muchos bostezan y se nota el cansancio en sus ojos por el duro entrenamiento y experimentos a los que somos sometidos a diario, un dron volador sobrevuela encima de nuestras cabezas examinando nuestros signos vitales y estado en general, hace un sonido divertido y siempre le sonrio al verlo.

-¡A ver tu risitas! ¿Por qué no nos cuentas a todos el chiste?- me pregunto con un tono de sarcasmo el guardia que gritaba.

No le respondí.

-¡Te estoy hablando maldito insecto! ¡¡Responde!!- me grito tan fuertemente que su saliva cubrió mi cara.

En casos así los convictos estarían viendo esto como algo casi divertido, pero esta vez ni siquiera se atrevían a mirar, puedo sentir su miedo, hacen bien en temer a esto.

-¡Te voy a dar una ultima oportunidad para responderme!- grito levantando su puño frente a mi cara, mi expresión de seriedad cambio a enojo.

Su puño cargo contra mi cara, cuando estuvo a punto de impactar en mi se detuvo en seco, su brazo comenzó a temblar y su puño a contraerse en dirección a su brazo, todos los huesos de su brazo se quebraban haciendo un sonido terrible que junto a los gritos de dolor y agonía del guardia hacían que la mayoría de los presentes se taparan los oídos y cerraran fuertemente sus ojos para ignorar la espeluznante escena, todos los huesos salieron por donde debería estar el codo rasgando violentamente la piel y dejándola como una bolsa colgando que goteaba mucha sangre.

El guardia cayo al suelo, estaba paralizado de terror y dolor, me acerque a el y le hice una señal de que guardara silencio con mi dedo, luego me di vuelta a ver a los demás guardias que estaban horrorizados y les hice una gesto para indicar que nos ordenaran empezar con lo que sea que debamos hacer hoy.

-¡Muy bien convictos, marchen!- dijo finalmente un guardia tragando saliva.

Salimos de las habitaciones cruzando una gran puerta, eramos unos 30 prisioneros que marchaban ordenadamente en una fila, habían Seguridades Martillo y Marines vigilandonos mientras cruzabamos.

-Buen día prisioneros, sus labores comenzaran a las 9:00, ingresen al comedor para tomar sus desayunos.- nos recibió la voz de la Adjutora.

La puerta se abrió, dentro ya habían prisioneros de otros sectores desayunando, al parecer el pequeño "retraso" que tuvimos hace poco fue un poco más largo que lo pensaba.

Me acerque hacía la ventanilla para recibir mi comida, si bien los demás prisioneros la ven como algo asqueroso y repulsivo, para mi es todo un manjar, es comida saludable más encima, pero el sabor de las drogas potenciadoras siempre le da un gusto algo amargo, pero que más da.

-¡Atención prisionero M-307! Ha sido citado a una reunión con su equipo científico asignado, su escolta llegará en breve, mientras tanto levantese de su asiento y mantenga las manos bajas.- anuncio la Adjutora.

Se refieren a mi, ni siquiera he acabado mi comida.

Dos Marines de Élite ingresaron al comedor dando una orden para que todos los prisioneros se quedaran quietos y en silencio, los Marines avanzaron ruidosamente y detrás de ellos una científica junto al jefe de los guardias ingresaron al comedor también.

-¡Levántate!- me ordeno uno de los Marines de Élite.

Di un resoplido y le indique que aún estaba comiendo, el Marine de Élite me apunto con su Rifle Gauss amenazantemente pero lo único que logró es que siguiera comiendo.

-¡Te di una orden tu...!- grito hasta que comenzó a flotar en el aire y a ser presionado por mi telequinesis.

-¡Basta, no le hagas daño!- grito la científica, su voz me era muy familiar.

La mire de inmediato con mis ojos brillando de alegría, era la Dra Hanson, la única científica a la cual le tengo respeto y cariño, me levante de mi asiento y fui corriendo hasta ella.

-Descuide Capitán el siempre me recibe de esta manera.- le dijo al Capitán que estaba desenvainando su arma pensando que iba a atacarlos.

Abracé a la Doctora con mucha fuerza, realmente era lo único en mi semana que me hacía feliz de verdad.

-Jajaja ¿Como estas Nia? ¿Todo listo para ir al laboratorio?- me pregunto cariñosamente.

Asentí, no importa lo aburrido o doloroso que pueda ser, me encanta poder estar con la Dra Hanson, ser escuchada y comprendida se siente bien sin importar las circunstancias.

Nos dirigimos hacía una sala de pruebas, en ella había una celda de contención que contenía un espécimen, sea lo que sea que estuviera dentro tenía protección contra mi telepatía.

-Muy bien Nia, dentro de esa sala hay una celda que contiene un espécimen ¿Puedes percibirlo?- me pregunto desde un altavoz.

Hice un gesto de esfuerzo para decirle que no podía percibirlo.

-Muy bien ahora apagaré las luces y soltaré al espécimen, se acercara a ti y te tocara, cuando eso ocurra necesito que copies su habilidad ¿Entendido?-  me pregunto la Doctora.

Las luces se apagaron y escuche como la compuerta de la celda se abrió, de ella emergió una cosa que por su sonido se arrastraba, hacía sonidos agudos y se acerco a mi.
Tenía unos dedos delgados, unas puntas que asemejaban a uñas, era algo que jamás había visto antes pero que por otro lado era completamente familiar.

-L....- gimió la criatura.

-(¿L?).- pensé, era la inicial de algo claramente.

Un dolor de cabeza comenzó a surgir en mi, veía muchas imágenes de una vida, una vida que había tenido, una en donde fui feliz, donde crecí, donde hice muchas cosas...

De pronto una interferencia se escucho por los parlantes, de pronto una voz femenina robotizada salió desde ella.

-(Aquí están, ustedes son...)- se pregunto.

Sea quien fuera estaba en la misma situación, no nos conocía pero le eramos sumamente familiares. Unas luces rojas se encendieron, muchas alarmas sonaron y una alarma se encendió, muchos Marines de Élite y Seguridades Martillos ingresaron a la sala con la clara intención de eliminarnos, cuando estaban a punto de disparar un A.R.E.S apareció desde atrás y los mato a todos, el resplandor de los misiles y el Cañón Gatling hicieron que pudiera ver a la criatura que me acompañaba, era un Cambiaformas, pero tenía un aspecto distinto a los que había visto con anterioridad.

-(No se queden ahí, debemos salir de este lugar, todo se esta viniendo abajo.).- nos explico el A.R.E.S ahora poseído por la voz femenina y con un color anaranjado en sus visores.

El lugar era un completo caos, todos los científicos, guardias y reclusos estaba en una especie de frenesí psicótico matándose sin motivo aparente.

-(Esto es horrible ¿Qué esta pasando aquí?).- dijo la A.R.E.S.

De pronto todo se oscureció, ya no podía sentir mi cuerpo, a mis costados habían dos resplandores, uno morado con una silueta humanoide y ojos rojos, y al otro era una forma de un Protoss, pero este era parecido a un piloto de Dragún, solo que femenino y tenía una apariencia como si estuviese hecha de datos.

-Jajajaja, muy bien hecho.- dijo una voz en la oscuridad.

-¿Quien eres?- pregunte.

-Yo soy su creador, su salvador, el dios de su universo, Amón.- dijo.

-¿Creador?- pregunto el Cambiaformas.

-Si, y ahora hijos míos ustedes serán uno y traerán el cambio al universo, un universo de caos y sangre, provocado por el siglo infinito de esos malditos Xel'naga.- dijo antes de que nuestra visión se oscureciera.

Starcraft II: "El Heraldo De Las Sombras"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora