Al otro lado del planeta

De vuelta al mundo de Bills

El azabache de pelo alborotado abrió los ojos. La cabeza le dolía un poco, y, por extraño que le pareciera, el lugar le resultaba conocido pero a la vez extraño.
Parpadeo un par de veces incorporandose con cuidado mirando alrededor. Sin duda estaba en la mansión de Bills.

-Al fin despertaste, menos mal, me tenias preocupado- decia la aguda voz del sirviente el cual se acerco sentándose a su lado -un poco de té?-

-No hace falta, gracias- respondió mirandole.

Porque le parecía que había algo mal? Y entonces lo recordó. Recordo como había estado con Milk, como de repente Whis habia aparecido y como de un momento a otro todo se había vuelto negro. Con semblante serio miró al albino.

-Que hago aquí?-

-No esta claro? Pero si vives aqui- río el sirviente restandole importancia y evitando el tema.

-Sabes que no me refiero a eso. Porque estoy aquí y que pasó con Milk?-

La sonrisa que había tenido el de piel azul se desvaneció volviendo serio su rostro.

-No menciones a esa zorra- pronunció con voz seria -ademas, al fin estás de vuelta y a salvo asi que simplemente olvidala-

-A que viene esto?- preguntó. Realmente estaba confundido.

-No es nada, pero simplemente olvidala y hagamos que todo sea como antes-

Una sonrisa medio psicopata se formo en los labios del ángel. Un escalofrío recorrió la columna vertebral del saiyan mientras que su sexto sentido le chillaba que tuviera cuidado puesto que algo no parecía andar bien.
Con paso lento, el sirviente empezó a acercarse al pelipalmera el cual por instinto intento retroceder.

-Hmm...- decia haciendo amago de pensar mientras empezaba a acorralarle -deberia hacer que la olvidaras con un par de golpes? O quizás tu obsesion con ella se vaya al ver su cuerpo separado de su cabeza... aunque tambien es atractivo traerte su cuerpo entero hecho pedazos, no crees?-

Por primera vez se encontraba acorralado y realmente aterrado y mas ya que esas palabras venian de alguien a quién tenía mucho respeto y del cual jamás hubiera imaginado oír eso. Que deberia hacer? Intentaría tranquilizarle, eso sería lo mejor.

-W-whis, tranquilo. S-solo estaba un poco preocupado por ella, n-nada mas. Al fin y al cabo me cuidó muy bien y está bien que le devuelva el favor...-

-Deja de preocuparte por ese ser repugnante, no se merece ni un solo pensamiento tuyo- se pego al cuerpo del saiyajin mirandole directamente a los ojos -solo debes fijarte en mí y pensar en mí. Eso es lo unico que debes y necesitas hacer-

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Estaba despierto, lo sabía, aunque aún tenía los ojos cerrados. No tenía ganas de abrirlos, así estaba bien.
Pero porque sentia la necesidad de hacerlo? Porque sentía que estaba siendo vigilado?

Resignado abrió poco a poco los ojos. Para su suerte la habitación no estaba muy iluminada asi que se acostumbró rápido. Con una mirada rápida inspeccionó los alrededores confundido.
COMO HABÍA LLEGADO A LA CAMA DE BILLS?!
Tragó saliva. Si el dios felino le veía ahí seguramente sería su fin. Quiso levantarse pero su pierna no respondía y al mirar para intentar buscar la razón la hayó. Bills dormía plácidamente a su lado abrazando su pierna si como de un peluche se tratara.
Mas tenso que un palo intentó deshacerse del abrazo del dios con cuidado, cosa que para su desgracia no funcionó puesto que el dios felino solo se había abrazado aún más.

Vamos Vegeta, piensa piensa se dijo a si mismo como puedo hacer que un minino suelte mi pierna?

Después de pensar un rato encontró una solución. Era muy arriesgada pero podría funcionar. Con cuidado extendió el brazo y empezó a rascar detrás de las orejas de Bills, el cual empezo a ronronear, relajandose, y deshaciendo poco a poco el abrazo con la pierna del saiyan.

Un suspiro aliviado salió de los labios de este al poder levantarse con tranquilidad. Aunque esa tranquilidad no duro mucho.

-A donde vas?- preguntó la voz ronca del dios producto de estar recién levantado.

-A-a ningun lado, siento haberle despertado, s-siga durmiendo-

Con un bostezo el de piel morada se estiro quitándose el sueño que tenía hace un momento. El peliflama lo miraba de reojo intentando adivinar lo que pensaba, pero sin resultado alguno. De repente, al ver el celeste pijama del dios, la imagen de una cabellera azul paso por su mente.

-Bills-sama, puedo preguntarle donde dejo a la joven de pelo celeste y la razón de su ataque hacia nosotros?-

El dios le miró a los ojos como meditando por un momento su respuesta,  la cual soltó poco después como si nada -Estaba celoso. Acabé con el molesto estorbo-

La noticia cayó como un balde de agua fría sobre Vegeta. Celoso? De que? Porque? De verdad había acabado con la molesta mujer la cual ya no queria dejar sus pensamientos?

-Acaso te importa lo que le suceda?- cuestiono el dios irrumpiendo sus pensamientos -ni que fuera para tanto- agregó mientras limpiaba sus dientes con una de sus uñas restandole importancia.

Vegeta se trago sus palabras por muy difícil que le resultara. Por muy orgulloso que fuese no era tonto y sabía que una mala respuesta podría costarle la vida, pero es que la imagen de la peliazul no dejaba de perseguirle.

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Varias horas mas tarde los saiyan consiguieron encontrarse. Con sus miradas intentaban decirse todo, cosa que no resultaba funcionar muy bien. Aunque lo que si podian notar eran las ganas del contrario era volver al lugar de donde habia sido sacados por la fuerza. Aunque aun les quedaba pensr la forma de hacer aquello.

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Espero que os haya gustado y de verdad que siento la tardanza. Aun asi espero poder ver sus estrellitas y sus comentarios.
Besos~