Me gusta el Rosa

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Kirino Ranmaru.

Me miraba en el espejo mientras cepillaba mi cabello rosado. Sinceramente, prefería tener el cabello como mi papá, que era de un tono negro azulado, pero la genética me dio la "bendición" de tener el cabello rosa como mi mamá. Lo único que tenia de mi papá eran sus ojos de color azul.

Al terminar de cepillar mi cabello baje a desayunar. Antes de entrar a la cocina pase por el altar que le teníamos a mi padre que falleció cuando tenía cuatro años.

— Buenos días, papá — dije sonriendo a la fotografía.

— Ranmaru, date prisa que el desayuno se te enfriará — me dice mi mamá desde la cocina.

Mi mamá es una mujer muy bella y yo la quiero mucho además de admirarla pues ella me ha mantenido durante muchos años y se preocupa mucho por mi.

— Buenos días, mamá — le sonreí y me apresuré a comer.

— Hoy llegaré un poco tarde, quiero que hagas tu tarea, te bañes y duermas temprano ¿Entendido?—

— Si —

— Te dejé algo de comer en el refrigerador, solo tendrás que calentarlo—

— Gracias mamá — cuando termine lave mi plato y vaso, bese la mejilla de mi mamá, fui por mis cosas y me dirigí a la escuela.

Siempre era un martirio ir a la escuela por mi color de cabello, destacaba mucho y me molestaban por ello. No tenía muchos amigos pero si una amiga, Kinako Nanobana, era muy alegre y siempre me defendía de quien se burlara de mi... Aunque eso nos metía en problemas a los dos, tanto con los profesores como con los demás alumnos de la escuela. Un día le dije que me pintaría el cabello, pues no quería que nos siguieran molestando y tampoco quería más problemas con eso.

— No hagas eso, Ranmaru-chan — me dijo alterada el día que le comenté mi idea — Tu cabello es muy bonito de ese color, ignora a los que te molestan y todo estará bien —

— Pero, también te molestan a ti por juntarte conmigo. No quiero que sigan haciendo eso —

— Yo puedo soportarlo porque soy tu amiga y los amigos se apoyan entre sí —

Al final dejé el tema y abandoné la idea al ver que no tenía dinero suficiente para comprar un tinte de cabello.

Pero la oportunidad tocó a mi puerta cuando nos dejaron en casa de Atsuya y encontré uno. Lo malo es que el pelirrojo entrometido no me dejó hacerlo. Me dio tanto coraje que me vengue de ellos haciendo que nos llevaran a quien sabe dónde para buscar al hermano de Tsurugi.

No pensé que nos llevarían a una mansión. Me quedé mudo al verla, por instinto me puse la capucha de mi sudadera azul. No quería llamar más la atención.

Al llegar a la habitación de Afuro, sin dudarlo les dije a los tres pequeños que nos fuéramos a explorar. Pasamos por varios corredores incluso pasamos por el salón donde estaba la fiesta. Ahí Kariya se encontró con un niño de cabello morado y ojos como de borrego, se fueron juntos a la cocina. Tenma, Kyosuke y yo nos encontramos con una sala muy grande donde solo había un piano.

— Es una puerta — dijo Tenma abriendo una puerta corredera de cristal — Vamos a jugar —

Los dos menores empezaron a jugar con el balón en el jardín.

— Esto es muy aburrido — susurre mientras me sentaba en el banquillo del piano.

— ¿Qué haces aquí?— pregunto alguien desde la puerta. La habitación estaba a oscuras así que toda la luz venía del pasillo.

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