Capítulo 11

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- Cloe, cloe, ¿estás bien?

- Dormel me ha hablado - le digo a Aslan sin todavía estad muy segura de lo que he escuchado.

- ¿Cómo? ¿Qué te ha dicho? - pregunta Belinda.

- Que está en mi mente, y que él me ayudará a ayudarle.

Aslan se queda con la boca abierta.

- Guau..., entonces ya podemos ir a acabar con Guindelia.

- Tened cuidado - nos pide Belinda.

Cuando salimos de ese oscuro agujero, iluminado únicamente por las algas que rodean mi brazo, Bruce nos espera.

¿Alguna vez habéis visto a un tiburón sonreír? Pues yo sí, nunca me ha dado tan buen rollo un animal tan grande y carnívoro que se encontrara cerca de mí.

Acaricio a Bruce. Parece que quiere venirse conmigo.

- Este en vez de un tiburón parece una lapa - dice Aslan.

Bruce le da con la aleta en toda la cara, empujándolo un poco.

- ¿A qué viene eso? Serás...

- Pobre Bruce, mi pequeñín, ¡no se pega a los amigos! - le explica Belinda al tiburón moviendo el dedo como si regañara a un niño pequeño por una trastada.

Esta escena ha sido graciosa. Nunca me había imaginado estar en una situación así.

- Vale, ahora tenemos que irnos - dice Aslan agarrando mi mano y empezando a nadar en la dirección contraria al tiburón.

- Adiós, Belinda, gracias, adíos Bruce - me despido.

- Adiós, ¡suerte! - exclama Belinda.

Veo como poco a poco sus figuras se van haciendo más pequeñas conforme nos vamos alejando.

Me encanta el fondo marino. Si no estuviera en esta situación de tensión me quedaría observándolo un buen rato.

Nos dirigimos a dónde debería estar Guindelia, en la falsa cueva donde se encuentran las algas doradas que ahora llevo envueltas alrededor de mi muñeca.

Pero cuando llegamos, nos encontramos con lo que me esperaba, los guardias tienen a Reed. Guindelia no sería tan tonta como para ir y lo mandó a él.

Intenta pelear, pero es él contra seis.

Guindelia lo usa para el trabajo sucio, ella no se acerca por aquí, pero si ella no quiere venir, nosotros iremos a ella.

Vuelvo a escuchar en mi mente a Dormel:

"Cloe, ve a la Tercera Arrecife Roja y coge la sexta corriente hasta el Sur, allí, estamos nosotros, en..."

- ¿Dormel? - pregunto en alto.

- ¿Qué pasa Cloe?

- Dormel me ha hablado, me ha indicado el camino, pero no ha acabado, seguro que Guindelia se ha dado cuenta de lo que está pasando y le ha hecho algo malo.

- Tranquila, estoy contigo, lo salvaremos de esa bruja - me agarra fuertemente la mano y nos dirigimos a dónde Dormel me ha dicho. La verdad es que no sé cómo Aslan sabe por dónde va.

Nos han dicho que no deberíamos ir solos, pero los guardias deben proteger Bimble de posibles ataques de los esclavos de Guindelia, que pueden ser desde gambas, tiburones o incluso habitantes de la ciudad, ya que están totalmente desamparados.

Aquí la temperatura empieza a disminuir.

- Bienvenida a Tercera Arrecife Roja, es un lugar frío, pero bonito, y te puede llevar a prácticamente cualquier océano del mundo.

Hoy el océano es grisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora