Nadamos de la mano, pero antes de llevarme a casa, Aslan me lleva a nadar con los delfines. Son increíbles y muy bonitos.
Miden entre 2 y 9 metros de largo, con el cuerpo fusiforme y la cabeza grande, el hocico alargado y un solo espiráculo en la parte superior de la cabeza (orificio respiratorio que muchos animales marinos tienen como contacto del aire o agua con su sistema respiratorio interno).
Están entre las especies más inteligentes que habitan el planeta.
Los delfines utilizan los sonidos, la danza y el salto para comunicarse, orientarse y alcanzar sus presas.
Nadamos a su lado. Aslan es capaz de comunicarse con ellos y ya parece que son amigos de toda la vida, son adorables.
Me da pena dejarlos, pero ya es de noche. Al salir del agua y respirar aire, Aslan adquiere un aspecto normal.
- ¿Y ahora qué? - me pregunta.
- ¿Qué?
- Nosotros - Se acerca a mí y me besa.
- ¿No puedes vivir aquí? - niega con la cabeza.
- Tengo un estrecho vínculo con el mar, pero puedo venir a verte, si quieres.
- Claro, espero poder volver a hacer surf, puedo enseñarte.
- Me encantaría.
Me acompaña a casa y nos despedimos.
En cuanto abro la puerta, corro hacia al sofá y me tumbo, estoy agotada. Miro mi móvil y tengo 22 llamadas perdidas de mamá, 10 de papá, 43 mensajes y 7 llamadas de Kim y 10 mensajes de Eddie.
- ¡Madre mía! - digo en alto.
Llamo a mis padres, vendrán mañana, doy la excusa de que estaba en la casa de Kim y el móvil se me había quedado sin batería, aunque vivimos al lado..., bueno, lo importante es que ha colado.
Después le mando un mensaje a Kim, le cuento todo lo que ha pasado, le parece sacado de una película de la Sirenita. Yo me río.
Y después a Eddie, que no sabe nada de esto, lo llamo y le explico que no encontraba el cargador del móvil.
Los días siguientes de verano Aslan viene a aprender surf. Es gracioso, nada por el agua a velocidades vertiginosas, se comunica con otros seres marinos... y no sabe mantenerse de pié dos segundos encima de la tabla.
El mar está como siempre, incluso lo noto en un tono más claro. Hay olas, pero al mismo tiempo está en calma. Me gustaría saber cuántos más misterios se encuentran en su interior, pero eso lo dejamos para el verano que viene, pero para mí, el océano nunca volverá a ser gris.
FIN
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Hoy el océano es gris
FantasyCloe estaba surfeando como otro día cualquiera de verano, pero a diferencia de otros días, el océano era de color gris, lucía enfadado. Cloe se cae de la tabla y se lleva un fuerte golpe en la cabeza. Sus amigos no la creen, pero ella ha visto algo...