Ha despertado como todos los días, cansado. Como si no hubiera dormido en años, las tareas lo presionan y le quitan el tiempo que ocupa para dormir. La universidad no es tan genial como la describen en las películas. Pero que va, si quiere tener una vida sin preocupaciones económicas debe terminarla, aunque le cuesten las ojeras que decoran su rostro. Su madre se ha sacrificado mucho por él, tiene que devolverle todo lo que le ha dado algún día.
Con esa mentalidad se alista para la escuela y se despide de la señora Lu con un beso tronado en la mejilla, promete volver por la tarde y le desea un buen día.
A pesar de que el plan es tomar el bus, siempre hay un auto plateado estacionado afuera esperando para llevarlo a clases. O mas bien, el conductor.
-Te he dicho un montón de veces que no tienes por qué venir a recogerme. -Le dice una vez en el asiento copiloto.
-Oh vamos, quiero hacer mis esfuerzos. -Le responde.
-Deja de ilusionarte a lo tonto. -Sonrió.
-Algún día escucharé ese si que tanto anhelo.
-No tienes remedio JongIn.
Él es Kim JongIn. A LuHan le enorgullece presentarlo como su mejor amigo, pero éste odia que use ese término para referirse a su persona, pues está convencido de que algún día ese título puede cambiar.
Oh si, JongIn esta en la zona de amigos.
No es broma. Simplemente han, prácticamente, crecido juntos. A pesar de que el moreno es dos años años mayor que él es imposible que lo mire con ojos de amor si se sabe hasta el color de sus calzones. Aunque muy contradictoriamente, ese es el nivel de confianza que a LuHan le gustaría tener con la persona que vaya a ser su compañero de vida.
Es el tipo de relación, donde la parte unilateral lo quiere como a un hermano. Y si, esa es la mejor descripción que LuHan puede encontrar.
-Se que tienes el auto desde que iniciaron las clases, pero me intriga saber cómo lo conseguiste si aun no recibes la herencia de tu padre. -Comentó LuHan como si nada.
No quería decirlo tan feo, pero últimamente se ha dado cuenta que derrocha mucho dinero y compra cosas de marca, le da miedo pensar que puede estar vendiendo drogas o algo parecido para subir de categoría social.
-Ay LuHan, existen agencias que te venden a crédito. ¿Lo sabias no? Doy un enganche, me dan el auto, pago cada mes y tan tan. Auto nuevo. -Sonríe de lado sin quitar la vista del frente.
Vale, vale, quizás esta siendo un poco paranoico. ¿Pero quien le explica la ropa de marca y demás accesorios costosos?
Suspiró.
Es Kim JongIn, de seguro tendrá una buena respuesta creíble como la que le acaba de dar.
Dejó de insistir y entraron a clases, una larga y aburrida jornada de labores escolares que logran darle un dolor de cabeza mayor a las resacas después de un sábado lleno de licor.
Lo único que lo salva, o al menos lo distrae de ese infierno son sus amigos.-Hey Lu, ¿cómo hiciste la ocho? No me sale. -Preguntó uno de ellos con una mueca extraña.
Kim MinSeok, su compañero de mesa en física. Son amigos, pero debido a que JongIn acapara su tiempo en los almuerzos no se da abasto para pasar momentos con los demás. Aunque ellos entienden, ya le han recomendado que le haga caso.
«Se nota lo flechado que lo tienes Lu»
Si bueno, a LuHan le encantaría decirle lo mismo con respecto a Kim JongDae. El chico friki y despistado que siempre lo admira desde lejos creyendo que nadie se da cuenta.
Pobre, aunque muy para su mala suerte el único que no lo nota, o no lo quiere notar, es MinSeok.
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Please, don't hurt me ||HunHan||
FanfictionJongIn es un joven de veintidos años con una vida normal y resuelta, con todo lo que posee como propio y un amor unilateral, sin embargo, con un pasado oscuro que oculta de todos. SeHun es miembro de un grupo de extorsionadores a los que no les da m...