Prólogo

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Estaba oscuro, era de noche. El silencio reinaba e intentaban que ni sus respiraciones se escucharan. Era algo malo, algo peligroso, demasiado arriesgado pero, facilitaria todo. Y estaban dispuestos a hacerlo.

-No hagas ruido -Susurró el mayor. -No queremos que nos escuchen.

-No estoy haciendo ruido, las simples pisadas se oyen en este lugar. Es enorme -Miró a su alrededor -Hasta da miedo.

-No vinimos a tener miedo, solo hay que llevarnos el dinero.

El contrario asintió y después de haber brincado la barda y encontrarse dentro de la gran mansión se dispusieron a encontrar el despacho del dueño y comenzar a intentar abrir la caja fuerte.

No sabían quienes eran los dueños, no conocían sus nombres. Ellos solo sabían que eran asquerosamente ricos y que después de idear un plan para robarles todo el dinero que ocultaban en su caja fuerte iban por ello.

Sin embargo, y para su mala suerte, llegar al objetivo no iba a ser tan facil.

El menor observó como el otro hacia movimientos con la caja fuerte y frunció el ceño.

-¿Sabes la clave? -Preguntó confuso.

-Rainbow table -Susurró.

-¿Qué es eso? -Cuestionó.

-¿En serio piensas que me voy a poner a explicar eso justo ahora? -Lo miró con molestia -Tu insististe en venir conmigo, solo calla y haz lo que digo.

El menor torció la boca y se quedó callado, esperando por la siguiente indicación de su acompañante.
No obstante, unas pisadas los pusieron alerta.

-¿Quién anda ahí?

El plan era no hacer ruido, con suerte seguía de largo sin enterarse que estaban allí. Pero la dueña de aquella voz cometió el error de abrir la puerta del despacho.

-Demonios -Susurró el mayor

De uno de sus bolsillos sacó una pequeña navaja, brillante ante la luz de la luna filtrada por la ventana y peligrosamente afilada para quien siquiera la tocara.

-Hyung.. ¿que vas a..

-Callate y espera a que eso te dicte la contraseña. La pones y colocas el dinero en esta maleta. Luego sales por la ventana como entramos.

-Hyung..

-Haz caso. -Lo miró serio.

El chico asintió y se quedó a la espera, mientras el mayor se colocaba de pie y le daba la cara a la señora no tan mayor que se aproximaba.

Si, iban a robar pero no creyeron que fueran descubiertos como para al menos llevar un pasamontañas. Que ilusos.

-¡¿Quién eres tú?! ¡¿Qué quieres?! -La mujer gritó, lo que fue verdaderamente alarmante para él. -Voy a llamar a la policia -Y dio dos pasos hacia atrás.

Entró en pánico, y solo hizo lo primero que se le ocurrió.

Caminó tan rápido como pudo y le proporcionó un buen golpe en la cabeza que la hizo caer y lo que él pensó, desmayarse.

El chico que se había quedado junto a la caja fuerte abrió los ojos como platos y comenzó a temblar. Eso no era parte del plan.

-¿La.. la has.. matado?

-Claro que no. No seas estúpido. Rápido, coloca la contraseña.

El menor asintió un poco descolocado pero hizo lo que le pidió. Lamentablemente, en el lapso de cinco segundos otra persona apareció por la puerta.

-YooIn.. -Susurró viendo el cuerpo de la mujer, tirada sobre la alfombra. Alzó la vista encontrando de nuevo y de frente al atacante. -Tu..

Sin previo aviso, sin esperarselo y agarrándolo desprevenido, alzó su brazo mostrando un arma que sin pensarlo disparó y pasó rozando el brazo del asaltante, dejándole una herida.

-¡Hyung! -Gritó el que estaba junto a la caja fuerte luego de escuchar el quejido del mayor.

-Haz lo que dije.

Y después de haber dicho aquello se fue encima del hombre poco canoso que le había disparado. Con la navaja en mano y tratando de evitar que sonara algún otro disparo.

Pelea de fuerzas en donde, con mala suerte, el mas joven de los dos iba perdiendo.

Lo verdaderamente aterrador comenzó cuando el dueño de la mansión le proporcionó un golpe en la quijada que lo hizo caer, pero no solo cayó. Como soporte para no golpear el suelo con el rostro empuñó la navaja en el piso.

O lo que él pensó que era el piso.

Los ojos de las tres personas en la habitación estaban a punto de salirse de sus órbitas.
En el suelo, aquella mujer que se había desmayado mantenía la navaja clavada en su pecho, justo sobre su corazón. Y el color rojo espeso de la sangre que salía sin control comenzaba a hacer presencia.

-YooIn.. -Volvió a susurrar el hombre, pasmado.

Pero después de pronunciar su nombre, la ira y el odio acapararon su vista que, irracionalmente, soltó la pistola y se fue encima del chico que había ocasionado aquello, haciéndole soltar la navaja que cayó unos metros a lado.

Le pegó en la quijada, lo tumbó al suelo, se subió a horcajadas y le arrancó los cabellos.

-¡¿Con qué derecho?! ¡¿Quién eres tú?!

Obviamente no obtuvo respuesta, pero si un desquite digno de recordar.

-¡La asesinaste maldito! ¡No mereces vivir tampoco!

Colocó su manos en su cuello y comenzó a hacer presión en él, quitándole la respiración, matándolo lentamente.

Sin aire que poder respirar, sin fuerza para sacárselo de encima, sin esperanzas de salir de ahí, solo pudo dirigir su mirada hacia donde su hermano debería estar. Pero ya no estaba.
A pesar de la situación en la que se encontraba el alivio recorrió su cuerpo, pues al menos él había escapado.
Y justo cuando ya se había resignado a morir en manos de aquel hombre que con justa razón lo intentaba matar un segundo disparo sonó en la habitación al mismo tiempo que la presión en su cuello se deshizo.
Sangre que había manchado su rostro y ropa y el cuerpo del hombre cayó encima de él.

Asustado y asombrado a la misma vez volteó en aquella dirección donde el menor sostenía con manos temblorosas la misma pistola que había traído el hombre que ahora yacía en el suelo rodeado de un charco de sangre.

-Te estaba matando Hyung.. no.. no supe qué hacer -Lloró.

El chico con algo de trabajo se puso de pie.

El menor dejó caer la pistola.

-Vamonos -Tomó la maleta -Vamonos antes de que esto se ponga peor.

-Hyung, la policía vendrá por nosotros. Vamos a ir a la cárcel..

Dejó la maleta en el suelo y tomó a su hermano por los hombros.

-A ver, cálmate. No nos van a encontrar si? Ya idearemos algo. -Tomó la maleta de nuevo y le apretó un hombro. -No dejaré que te pase nada JongIn.

Y con sigilo salieron de la gran mansión donde dos cuerpos yacían sin vida en una de las tantas habitaciones. Sin saber, ni imaginarse que un pequeño de doce años escondido en su recamara iba a bajar minutos después y encontrar a sus padre muertos.

...

Please, don't hurt me ||HunHan||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora