Epílogo

242 31 4
                                    

24 de Diciembre 10:32 p.m.

Restaurante Pasnelli.

Las luces brillaban por todo el local, el pino ocupaba un enorme espacio y los meseros estaban a punto de desmayarse por el estrés. Los veías andar por todas las mesas y clientes que decidían ir por una pre-cena antes de la celebración de noche buena.

-Creí que hoy estaría vacío. -Comentó SeHun un poco confundido mientras veía como LuHan daba vueltas por todo el local. -¿Por qué tienen que trabajar?

-Porque los días festivos son los momentos de más ganancias para este lugar. -Le respondió JongIn. Volteó a ver a LuHan también, que hablaba con KyungSoo rápidamente. -Por consiguiente tienen más propinas. -Se rió. -Están estresados, pero seguros de que valdrá la pena.

El pelinegro rodó los ojos y suspiró. Recargando su mejilla sobre su mano y mirando por la ventana de cristal. El paisaje era hermoso, estaba nevando. El sol estaba por caer y con ello la luz de las estrellas que comenzaban a brillar. Se puso a pensar en todo lo que ha pasado desde nueve meses atrás, cuando entró al mundo real.

En donde no tiene que caminar mirando continuamente a sus espaldas, porque ya nadie te esta buscando. Donde volvió a conocer lo que significa la escuela; aunque vaya muy abajo del nivel de LuHan. Pero no le importa, porque está aprendiendo muchas cosas, y SeHun descubrió que le gustaría ser más culto, por lo tanto nunca se cansa de aprender.

Donde el rencor de una situación de hace casi nueve años fue desapareciendo con el paso del tiempo, porque el convivir con JongIn le hizo conocer un poco más el alma y corazón del chico. Y una parte de él sabe que principalmente estuvo mal entrar a robar, y mucho más recurrir a la sangre para evitar ser atrapado. Pero también comprende que el miedo a perder a su hermano fue más fuerte que su valentía para entregarse como culpable.

Hasta hace poco aún estaba en esa balanza, algo dentro de él se negaba a perdonarlo completamente porque nunca pudo apreciar bien el amor de sus padres. Y los extraña, los extraña mucho y cada que pensaba en ellos JongIn llegaba a su mente y la recreación de cómo los asesinó lo regresaba a la realidad. Y lo odiaba.

No obstante, hace poco igual, en su clase de filosofía le tocó trabajar en equipo con un compañero de nombre KiBum. Pudo pasar desapercibido y sólo terminar la tarea. Pero el chico era muy parlanchín, no podía existir el silencio entre ellos y eso era un poco desesperante al principio.

SeHun escuchó muchas de sus historias un poco desinteresado porque realmente aún le costaba entrar en sociedad. Sin embargo, y KiBum siendo muy confianzudo, le narró la historia de cómo vivía sólo y por qué. A pesar de que la muerte de sus padres fue similar a la de los suyos, y que no tiene más de un par de años que sucedió, el chico era demasiado alegre y tranquilo al respecto. SeHun comenzó a admirarlo.

Y la verdad era que ese incidente lo hizo pensar mucho, demasiado para su propio bien. Le dio demasiada vueltas, se preguntó cuánto debió haber sufrido en silencio y cómo lo soportó.

Se armó de valor y al día siguiente le preguntó al chico.

«Hubo alguien siempre a mi lado, me ayudó a sobrepasar la situación y me entregó todo el amor que necesitaba para no volverme loco»

Instintivamente pensó en LuHan, y creyó que que debía agradecerle a la divinidad por haberlo conocido. Fue la primera vez, que realmente no se arrepintió de todo lo que había hecho para llegar hasta él. Que en serio no tuvo ni una pizca de remordimiento o culpabilidad. Y fue a partir de eso también, que se dio cuenta de que quizás así debía ser su historia para poder llegar hasta donde esta. Quizás, ese era su destino escrito desde el inicio. Y por primera vez, viendo a LuHan a su lado, comprendió que JongIn no era tan malo. Porque al fin y al cabo, él había hecho cosas peores, y culpar de por vida a un chico arrepentido que no ha hecho tanto daño como él... se sentía sin el derecho.

Please, don't hurt me ||HunHan||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora