Prólogo

389 35 2
                                    

Masky

Caminaba por la calle con mi máscara en mano, la calle era iluminada por los enormes faros de luz. El único ruido que se escuchaba era el de las hojas danzantes de los árboles, moviéndose junto al viento.

Era alrededor de medía noche, era la hora en la cual múltiples cosas macabras podían suceder, o al menos es hací cómo todos lo expresaban.

¿Qué hacía un chico cómo yo sólo, a mitad de la calle? Fácil.

Trabajo.

Slenderman me había encargado asesinar a una chica de nombre Sara, cómo siempre no obto por darme detalles de porque había que acabarla. Ciertamente ya no me molestaba en preguntarle de eso, cada vez que lo hago él me ignora o simplemente me dice "No tengo porque darte una explicación, solamente haslo".

Ya estaba cansado de eso, pero no podía hacer nada, él es un ser de gran poder además de que es inmortal. Dudo mucho que un chico de veinte años pueda hacer algo contra un monstruo cómo él.

Suspiré pesadamente y seguí mi camino por la acera, estaba cerca de llegar hasta mi objetivo.

La chica Sara a la cual debía acabar no era realmente alguien mala, me tomé la libertad de investigarla un poco, saber un poco de su vida, cómo todo un acosador.

Sara tiene diecinueve años, estudia la universidad y es bastante popular en su clase, además de que según ella tiene un novio fantástico y que su vida es perfecta. ¿Eso es tan malo? ¿De verdad alguien cómo ella merecía morir? Según Slenderman sí, debía morir.

Miré la hora en mi reloj, a esta hora Sara volvía a casa, asi que me apresure a llegar hasta su casa.

Tenía un plan bastante elaborado, si llegaba antes que ella la esperaría fuera de su casa y le pondría fin. Por otro lado si ella llegaba primero, esperaría a que durmiera y luego me metería en su habitación para asesinarla.

Minutos después llegué hasta su casa, al parecer aún no había llegado, hací que la espere detrás del arbusto que estaba en la entrada de su casa.

"Vamos, se supone que a esta hora llega. Ya terminó sus clases. A menos que haya tenido una cita después de clases, no lo creó me aseguré de que no fuera hací".

Pensé un poco frustrado.

No estaba dispuesto a fallar, ya que eso no le gustaría a Slenderman y prácticamente nunca le eh fallado en una misión. No me gustaría saber qué es lo que sucede cuando fallamos, pude habérselo preguntado a Toby, pero para mi desgracia él tampoco ah fallado en ninguna misión, lo cual es sorprendente.

Jack, es un poco aterrador por el hecho de que casi no habla, nunca ha fallado tampoco y aunque lo hiciera no puede morir, después de todo es un fantasma.

¿Hoodie? Él jamás, siempre cumplía con su labor de asesinato, jamás fallaba y lo hacía a la perfección. Siempre lograba sorprenderme.

Él era grandioso en todos los sentidos, es muy reservado eso debo admitirlo, pero es muy amable. Según lo que sé lleva más tiempo con Slenderman de lo que llevamos los demás, es lógico que él sea así de asombroso.

Tiene buenas técnicas de ataque, es silencioso al momento de atacar, y siempre sale de aprietos si hay una misión difícil. No somos muy cercanos, apenas y hemos cruzado palabra, pero eso es porque apenas voy a cumplir un año siendo un proxy de Slenderman.

Puede que parezca mucho, pero en realidad no, no es nada.

– Ya hemos llegado... - habló una voz femenina desde lo lejos.

– ¿Paso por ti mañana a la misma hora?

– Por supuesto.

Miré con cuidado fuera del arbusto, Sara finalmente había llegado a casa, la única desventaja es que su novio está con ella. No importa, lo único que tengo que hacer es eliminarla a ella, no importa si su novio me ve o no.

– Nos vemos mañana.- se escuchó como cerro la puerta del auto, yo me coloqué la máscara y sujete mi arma.- Handa, conduce ya.

– Conducire hasta que hayas entrado a casa.

– Oww, eres tan lindo. Regresa con cuidado a casa.

Escucho los pasos atentamente, cada vez los escucho más y más cerca, en cualquier momento podría acercarse lo suficiente, un corte en el cuello bastará.

– Por supuesto Sara ¡Te amo bebé!

– ¡Igual yo! Te am-

Caminaba de espaldas mientras miraba a su novio, aproveche ese momento y salí rápidamente para hacer un corte en su cuello. Ella calló al suelo, tan sólo miraba como su vida se iba desvaneciendo lenta y dolorosamente.

– ¡¡Sara!! - gritó desde lejos, bajando del auto y acercándose rápidamente.- ¡¡Voy a matarte hijo de perra!!

Cada vez está más cerca, ella ya está muerta y la sangre podría asfixiarla en cuestión de segundos, mi trabajo está echo, aunque siendo sincero... me siento terrible por haberla asesinado frente a su novio.

Me doy rápidamente la vuelta y comienzo a correr lo más rápido posible hasta el bosque para perderlo, aunque dudo que me siga, posiblemente irá por el cuerpo de la chica para ver su estado aqnue es inútil, morirá de todas formas.

– ¡¡No, Sara no!! - Gritaba de dolor, aunque no miré atrás.

Odio está parte de mi trabajo, lo oidio completamente, tener que matar personas inocentes frente a alguien que aman, es imperdonable y horrible. Sigo siendo humano y aún tengo recuerdos de mi buena vida, una en dónde me decían que matar estaba mal, en donde había personas buenas que no merecían eso.

Me detuve abruptamente, apoyandome en el tronco de un árbol, mi respiración esta muy agitada y las piernas me tiemblan; quito mi máscara para tomar aire, estás cosas me pasan cuando hago eso... siento una horrible opresión en mi pecho, seguido de una sensación rara y desagradable, difícil de explicar.

– ¿Por qué... siempre me pasa esto...? Sólo quiero hacer bien mi trabajo... no soporto esto. - golpeo un par de veces el árbol, tratando de calmarme.

Si fuera tan fácil, si fuera tal y como Hoodie lo hace no tendría que sufrir así.

Caí al suelo al sentir un fuerte golpe en la espalda, me habían golpeado sorpresivamente, eso me pasa por estar distraído en mis problemas.

En cuento levanté la mirada pude ver al novio de Sara, con lágrimas en los ojos y una expresión molesta; sujeta una rama en las manos, con eso me golpeó una vez más.

– ¡¡Maldito bastardo!! ¡¿Por qué la has matado?! ¡¿Por qué mierda lo has hecho?! - Gritaba de dolor y muy molesto, golpenadome una y otra vez. - ¡¡Voy a matarte, como lo hiciste con ella!!

Soltaba quejidos y algunos gritos de dolor, no podía moverme muy bien porque los golpes eran constantes, venían por todos lados y me era difícil si quiera levantarme, quizás y este era mi fin, aunque no iba a negar que si lo merecía.

Kîńê†îć Sâ†øń.

Creo que... me gustas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora