30. La reconciliación (parte 2)

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1 hora.

Llevamos una hora de recorrido y no hemos llegado, le he preguntado más de tres veces a Félix a donde vamos, y nunca me responde, solo se queda callado, sin decir nada, mirando al frente, sin siquiera mirarme.

Idiota.

Y así dice que me quiere.

Fijo mi vista en la ventana, ni siquiera estamos en la ciudad. Hemos pasado dos peajes y ni siquiera hemos hecho una parada. Esto me está asustando.

-Ehhh, Félix, necesito ir al baño - le digo, se supone que tengo que hacer la ley del hielo, pero...en serio tengo que ir.

Él se queda callado. Ni siquiera me mira.

Definitivamente es un idiota.

Me muerdo el labio inferior y cruzo mis piernas, necesito ir al baño.

Una idea bastante alocada cruza por mi cabeza. Con mucho cuidado de que Félix no se dé cuenta, abro la puerta en un rápido movimiento y me tiro a la calle.

Doy vueltas hasta chocar con una roca.

Auch, eso dejara marca.

Me levanto rápidamente del suelo y sacudo mi pantalón. Tengo varios raspones en ambas manos y una rodilla con un poco de sangre. Genial, nota mental, jamás hacer algo sin pensarlo dos veces.

Busco el auto de Félix a la distancia, y para mi gran sorpresa, no está. Me dejo, se fue y me dejo aquí tirada.

Cierro mi puño y lo aprieto. Ese imbécil. Camino hasta un árbol y, con todo el coraje que pude reunir, lo golpeo.

-Auch! - grito al golpear el árbol.

Mis nudillos están rojos, tienen pequeños raspones, y una pequeña línea de sangre.

-Todo esto es tu culpa! - grito al aire - es tu maldita culpa Félix, ¿Por qué tuviste que sacarme del colegio para traerme aquí? ¿Por qué dejaste que me tirara? ¿Por qué me ayudaste en química? ¿Por qué tuviste que pasar frente a mi casa justo cuando tiraba un balde de agua? ¿Por qué tuve que bajar a ayudarte? ¿Por qué tuve que enamorarme de ti? ¿Por qué no me escogiste a mí? - dije eso último en voz baja mientras me sentaba en un árbol y una lagrima bajaba por mi mejilla.

Sabía que Félix no me escucharía, de seguro en estos momentos estaba feliz de que yo me haya tirado, lejos de mí, besándose con esa chica. Otra lagrima bajo por mi mejilla y baje la cabeza, escondiéndola en mis rodillas.

-¿Se supone que tengo responder esas preguntas? - dijo una voz a mis espaldas.

¿Ahora los arboles hablaban?

Levante la cabeza, y mire hacia atrás. Solo había un árbol, ¿Qué rayos?

Sentí que alguien toco mi hombro y di un pequeño saltito. Cuando iba a darme la vuelta siento que unos brazos me rodean la espalda y alguien apoya su barbilla en mi cabeza.

-Alejandra, no te voltees - me dijo una voz bastante familiar - solo no lo hagas, voy a responder a tus preguntas una por una, pero necesito que te quedes así ¿ok? - me pregunto.

-O...ok - le dije.

-Primero, te saque del colegio porque necesitaba hablar contigo, y sabía que si no te sacaba jamás me ibas a hablar, segundo, deje que te tiraras porque no tenía idea de que lo ibas a hacer, tercero, te ayude en química porque me lo pediste, y soy tan débil que una mirada tuya fue suficiente para convencerme, para tenerme a tus pies, cuarto, pasaba por tu casa porque así lo quiso el destino, no tenía idea de que me ibas a tirar un balde de agua encima, quinto, bajaste a ayudarme porque tienes el mejor corazón que yo haya conocido, y menos mal que bajaste, fue la primera vez que vi tus ojos, esos ojos hermosos que me dejaron pensando en ti, sexto, no puedo responderte esa pregunta, pero no te culpo, soy simplemente hermoso, y séptimo, ¿En serio creíste que yo la escogí a ella por encima de ti? Ay mi señorita inculta, adoro tu inocencia, déjame decirte que te escogí a ti desde que esas pequeñas manos tuyas limpiaron mi rostro - sentí su respiración en mi cuello - y lamento muchísimo si te hice daño, no quería, pero tampoco tenía opción, mi padre estaba ahí y...no pude hacer nada.

Sentí que su respiración se relajaba y que apretaba su agarre, como si quisiera aferrarse a algo.

-F...Félix yo... - suspire - creo que deberíamos dejar esto hasta aquí - trate de alejarme, pero su agarre aumento

-Sabía que dirías algo como eso, es por eso que tengo un plan d - me dijo cargándome en su espalda.

¿Otro plan? Ay no.

Vi que se acercaba y abría la puerta, me dejo en la silla del copiloto y saco una carpa de dormir y ¿mi ropa? ¿Qué demonios hace el señor arrogancia con mi ropa?

-Ehhh, Félix, ¿Qué haces con mi ropa? - le pregunte señalando la ropa.

-Tienes unas muy buenas amigas - fue lo único que dijo antes de tirar todo al suelo, cerca del carro.

Note que empezó a armar la carpa y al terminar puso dos sacos de dormir dentro.

-Entonces señorita inculta, este es el trato, me vas a dejar reconquistarte o dormirás afuera, dame un mes, si no lo logro vas a alejarte de mí ¿trato? - me pregunto acercando su mano.

Mire su mano y luego lo mire a él, parecía decidido en sus palabras, pero...no.

-¿Y si no lo hago? - le rete.

-Simple - se encogió de hombros - dormirás afuera.

-No te atreverías - le dije entrecerrando los ojos.

-¿Quieres apostar? - me dijo antes de acercarse a la carpa y sacar mis cosas tirándolas al suelo.

-No! - suspiré - está bien, pero solo será un mes - dije extendiendo mi mano. Él la apretó.

El solo sonrió y empezó a meter las cosas en la carpa, mientras que yo agarre una camisa, un pantalón de pijama y espere a que el acabara para meterme en la carpa y cambiarme.

Al acabar de cambiarme el señor arro...digo Félix, entro a la carpa y me tendió un pequeño pote que tenía un sándwich con queso y jamón dentro.

Agarré el sándwich y empecé a comer mientras que veía a Félix agarrar una pequeña bocina y ponerla dentro de la carpa, él también agarro su pan y comenzó a comer.

Al terminar de comer, deje el pote en una mochila y lo mire. Él me agarro la mano y me saco de la carpa, ya estaba atardeciendo y se podían ver a través de los arboles los pequeños rayos de sol iluminar el ambiente.

Vi que él agarro mis manos y las puso en su cuello, mientras que bajaba sus manos a mi cintura y apoyaba su cabeza en mi frente.

-¿Félix que estas...?

-Shhhh, - me interrumpió - tu solo disfruta el momento - me dijo sonriendo.

No entendí nada hasta que escuché una leve melodía salir de la carpa.

Perfect de Ed Sheeran comenzó a sonar desde la pequeña bocina, y Félix comenzó a moverse al ritmo de la música.

Esto es increíble.

Empecé a seguirle el paso y coloqué mi cabeza en su pecho mientras me movía al ritmo de la canción.

Estuvimos así durante unos quince minutos hasta que me cansé y me metí en la carpa, Félix me siguió y se acostó a mi lado.

Estuve un rato observándolo hasta que los parpados empezaron a pesarme.

Recuerdo haber escuchado al señor arrogancia susurrar que no me arrepentiría antes de quedar completamente dormida.

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Mátenme, están en su derecho.

Lamento no haber podido actualizar, pero es que he estado muy ocupada, pero aun así aquí tienen su capítulo.

¿Les gusto el capítulo?

¿Les agrada David?

Bye ¡ositos de chocolate!

Todo comienza con una pijamadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora