31. Como cambiar tu vida

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Desperté por los rayos del sol, y sentí que unos brazos me rodeaban. Sabía perfectamente de quien eran, no era la primera vez que me abrazaba.

Empecé a analizar la situación. En primer lugar, estaba feliz, feliz de las cosas que pasaron ayer. Pero por otra parte estaba asustada y tenía ganas de llorar, recordé la vez que entre a la cocina y lo vi, sé que no debería de estar recordando eso, pero...no puedo evitarlo.

Siento un remolino de emociones, felicidad, miedo, tristeza...de todo.

Intenté levantarme, pero no pude. Los brazos del señor arrogancia me rodeaban y yo no podía hacer absolutamente nada.

Me removí un poco, tratando de librarme de sus brazos, pero nada funciono.

Escuché una pequeña risa cerca de mi oreja, luego vi al señor arrogancia sentarse y verme.

-Buenos días señorita – dijo él

-Hola – dije yo

Él analizo mi rostro, como si buscara algo y luego sonrió. – Estas amargada esta mañana – me dijo sonriente.

Yo lo mire mal – No lo estoy

-Si lo estas, y déjame decirte que te ves adorable con la nariz arrugada – dijo dándome un pequeño pico.

Yo me sonroje y lo empuje – Se supone que no debes darme besos – le dije con la cabeza gacha.

-¿Quién dice que no? Yo estoy tratando de reconquistarte, y ¿Qué mejor manera de hacerlo que besándote?

-Eso es trampa

-¿Por?

-Porque si sigues así será más fácil que te acepte, y esa no es la idea...me sentiré culpable si caigo tan fácil – dije en voz baja.

Él agarro mi barbilla – entonces sin besos...esto será malo, tus labios son una tentación en la que no me importaría caer – dijo acariciando mis labios.

Yo deje de respirar por unos segundos, para después ver al señor arrogancia separarse y sacar lo que parecían más sándwiches con jamón y queso.

-¿Vas a desayunar? – me pregunto mientras sonreía

Yo solo lo mire – S...si

. . . . . . . . . . . . . . . . .

Mire los arboles pasar por la ventana para después ver al señor arrogancia cantar girl like you de maroon 5 y reírme.

-No sabía que cantabas – le dije riendo.

-No canto, pero al parecer haces milagros – me dijo

-¿Milagros?

-Sip, daría todo lo que está a mi alcance para verte reír, y al parecer que yo cante te divierte ¿Me equivoco? – pregunto sonriendo.

-No, tienes un punto a favor – respondí.

Estuvimos cantando todo el camino hasta llegar a casa. El señor arrogancia se estaciono frente a una cafetería y me dijo que iría a buscar a Lili y a Natalia, quienes habían pasado la noche con la dueña de la cafetería.

Cuando el señor arrogancia regreso vi que traía una caja con galletas y un poco de jugo.

-¿Quieres? – me pregunto mientras extendía la caja de galletas.

-¡Si! – dije como niña pequeña.

-¡Hermanaaa! – grito Lili al verme.

-Lili, ¿Cómo te fue? – pregunte sonriente.

-Muy bien, la señora Pérez se comportó muy bien con nosotros, nos dio muchas galletas y chocolate, además de que la tía de Juan está embarazada, y me dejo cuidar del bebe cuando nazca – dijo Lili muy contenta.

-Qué bueno – dije.

-Oye hermana... ¿Félix y tu hicieron ejercicio? – me pregunto

-¿Ejercicio?

-Si, ya sabes, lo que hacen mama y papa cuando se encierran en su habitación, y se escuchan ruidos raros

Me sonrojé cuando entendí de que se trataba – N...no, no hicimos nada de eso.

-Pero pronto lo haremos – les dijo Félix mientras sonreía.

-¡Félix! – le dije sonrojada

-¿Qué? Sabes que es cierto – me dijo aun con su sonrisa.

-Claro que no, para hacer eso hay que estar casados – le dije

-Lo sé, por algo tu eres mi futura esposa – me dijo

Yo me quede en silencio, analizando sus palabras, para después apartar la vista sonrojada. Sentí que la mano del señor arrogancia tomo mi mentón con cuidado y me volteo hacia él – Estas toda roja – me dijo.

Yo solo trague en seco y él me soltó, continuando con su camino.

. . . . . . . . . .

Llegue a casa a eso de las 6, luego de calmar a mi mama, a mi papa y a David, el señor arrogancia se fue, eso sí, no sin antes decirme que mañana pasaría por mí a las 6 de la tarde.

Al día siguiente me la pase súper nerviosa por mi cita con el señor arrogancia, digo, no es la primera vez que salimos, pero aun así estoy nerviosa.

Me pase la mañana en casa de Amy, como es mi vecina últimamente he estado bastante tiempo con ella, Roxana no sale mucho de su habitación y Alex es todo un amor.

A las 11 de la mañana más o menos, David llego a la casa de Amy para buscarme. Amy fue quien abrió la puerta.

-¿Esta mi prima? – fue lo que pregunto David al entrar.

-Si – respondió Amy de manera fría.

Eso me pareció extraño, era la primera vez que la escuchaba hablar así, como si quisiera intimidar a alguien.

-Ok, por cierto, mándale saludos a tu hermana – dijo David con una sonrisa muy extraña.

Note que Amy apretaba su puño, y que lo miraba fijamente – Eres un completo idiota, y no, ella no tiene que enterarse de que estas aquí – dijo ella.

-Como sea, vámonos Alejandra – me dijo David saliendo de la casa.

Me despedí de Amy y me fui con él.

Al llegar a casa David me ofreció un paseo por la ciudad, para despejar la mente de la cita, eso fue lo que dijo. Yo dije que sí.

Y fue así que me fui con él.

Ese ha sido uno de los más grandes errores de mi vida.

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Holaaaaa!

¿Qué tal su día?

Aquí les tengo el capítulo, ahora vamos con las preguntas:

¿Qué creen que pase?

¿Les gustan las galletas?

¡Hasta la próxima ositos de chocolate!

Todo comienza con una pijamadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora