-Bueno chicos, pueden irse, nos veremos la próxima semana – nos dijo la chica del grupo de terapia antes de que la mayoría del grupo se pusiera de pie.
Desde hace unas dos semanas mi madre decidió meterme en un grupo de terapia debido a mis constantes pesadillas, y como me negaba a asistir sola al psicólogo, la convencí de que me metiera en uno de esos grupos de terapia que había en la ciudad.
Es así como había llegado a ese lugar, todos los jueves tenia una cita de una hora y media en el consultorio de la doctora Fitch.
Pero hoy era un jueves relativamente especial.
Normalmente todos los jueves me iba con Diana y con Kat a comer helado en una heladería cercana, donde terminábamos hablando de cualquier tontería, y me hacían olvidar todo lo que había pasado por lo menos por unas horas.
Pero este jueves era diferente, de alguna manera Diana y Kat habían organizado una sorpresa para mí, no me dijeron que sorpresa era, solo que era una que nunca olvidaría.
Lo que me pareció mas extraño es que me habían dicho que tenía que vestirme bien, y estar lo mas arreglada posible. Aunque, sinceramente, eso es casi imposible, mi cabello no es algo fácil de domar.
Luego de despedirme de la doctora Fitch, salí de ahí y espere en la entrada a que aparecieran Diana o Kat por ahí, espere y espere por más de quince minutos, pero no llegaron.
Justo cuando empecé a escribirles, un balde lleno de agua se cayo frente a mis ojos, di un pequeño saltito por el susto y mis zapatos terminaron mojados.
-Ugh, genial, lo que me faltaba – dije a la nada.
Me agache para revisar mis zapatos, pero algo llamo mi atención.
Justo debajo del balde, había una pequeña nota, envuelta en una bolsa plástica.
Se que no debería tomar cosas ajenas, pero...una miradita no matara a nadie.
Agarre la pequeña nota, y me sorprendí al ver que era para mí, a menos que hubiese otra Alejandra cerca de aquí. Lo cual era muy probable.
Leí la nota.
Querida Alejandra:
Necesito que vayas al supermercado a buscar una escoba.
Att: Daniel.
¿Qué?
Releí la nota varias veces.
Vaya sorpresa más rara.
Siguiendo las instrucciones, fui al supermercado, y me dirigí al área de limpieza, tomé una escoba y me reí cuando fui a pagar por ella.
-Alejandra – me llamo Devon.
Me voltee hacia él.
-Devon, tiempo sin verte ¿Qué paso?
-Ten – dijo dándome una nota...que raro.
-Oye, ¿Quién te dio esa no...¿Devon? – pregunte al aire, Devon se había ido.
Me dispuse a abrir la nota.
Ya que hasta aquí has llegado, puedes seguir buscando, lo siguiente será a tu gato alimentar.
Att. Diana.
¿Alimentar al gato?
Ok.
Fui corriendo a casa, y me dirigí hacia Eleven.
La tomé en mis brazos y encontré una nota en su cadenita. Vaya, que raro.
Ya que la comida a tu gato has dado, ven al parque, y busca el árbol pintado de morado.
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Todo comienza con una pijamada
ספרות נוערAlejandra Perez es una chica normal que tiene dos mejores amigas "normales" (si claro), su hermana con complejos kawaii y va a la preparatoria WestonHigh. Pero que pasara cuando un balde de agua se caiga desde su balcón mientras ella lo limpiaba? ...