Instintos

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Quizás no era amor,

tal vez,

era esa pequeña necesidad

de sentir algo diferente.

Algo que marcara mi vida por un momento.

Capítulo 7: Instintos

P.O.V Clarke Griffin

-Buenos dias.- saludé sentándome con el grupo. La mayoría respondió al saludo con sonrisas o lanzándome besos.

-¿Mejor? Llevas días sin hablar.- murmuró Finn a mi izquierda.

-Estoy bien. La vida sigue.-comenté encogiéndome de hombros y fijando mi atención en mi desayuno.

-Estamos intentando encontrar el...cadaver...- comentó Octavia sentada adelante dos sillas a la izquierda.

-Abby me dijo. A este paso seguramente ya lo devoró alguna bestia.- murmuré con mi mirada en los alimentos que habia agarrado.

Reinó el silencio durante algunos segundos. La incomodidad en la mesa era notoria. La llegada de Anya, ubicándose delante de Bellamy pareció romper el maleficio. La mujer no hablaba mucho, apenas la veíamos para comer.

-Cuéntanos del ataque a Polis, Anya. ¿Cuándo ocurrió?- le escuché decir a Bellamy.

Clavé mi mirada en la chica de cabello desorganizado y extraña pintura en el rostro. Parecía poner mucho esfuerzo en lucir como una salvaje, bueno, como una terrestre diría Lexa. Seguramente ella está orgullosa de serlo, al igual que nosotros estamos orgullosos de venir del cielo. Todo debe tratarse de perspectivas.

-Fue hace quince años. La mayoría de los clanes ya habían sido dispersados. Atacaron primero el reino de hielo y el campamentos de Natblidas. En Polis vivía Heda así que los que lograbamos escapar de los ataques nos refugiamos ahí.- comenzó a contar Anya ante la atenta mirada de todos. Apoyé mi codo derecho en la mesa, descansando mi barbilla en mi mano en un intento de enfocarme aun más en las palabras de la salvaje.

-Heda nos brindaba seguridad y protección. Organizamos lo que quedaba de nuestro ejercito, pero no tuvimos oportunidad de defendernos: los hombres de la montaña tenían armas demasiado poderosas. Nos atraparon en Polis; hubieron tantas explosiones que muy pocos salimos con vida. Los pocos que sobrevivimos fuimos obligados a vivir con los de la montaña y jurarles lealtad.- contó Anya con tranquilidad, empujando su comida con el tenedor, sus ojos perdidos en sus alimentos.

-¿Y el espíritu de Heda? ¿No ha vuelto a seleccionar a nadie luego de ser asesinado?- interrogó Octavia cruzándose de brazos. Anya había dicho que solo los sangre negra podían ser portadores del espíritu de Heda. Pero entonces, porqué en tantos años no había resurgido.

-Los hombres de la montaña han perseguido a los Natbilidas. Intentamos reunir los clanes, pero entre las trampas y las bombas de los de la montaña y las de ustedes ha sido imposible. Separados somos débiles. Si no podemos proteger a nuestros natbilitas, Heda no podrá resurgir.- explicó Anya.

Nadie insistió mas en la conversación y Anya parecía perdida en su comida. Le observé en silencio, preguntándome si ella conocería a Lexa. Eran al parecer de la misma tribu, aunque ¿qué edad tendria Lexa? ¿17? ¿18? Me imagino que aún no llega a los veinte, tiene carita de bebé cuando no está intentando arrancar brazos o morder.

La bella salvaje  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora