Me miraste y te pregunté:
¿Qué has visto en mi?
Una flor en medio de un campo en ruinas me contestaste.
(E. Sastre)
Capítulo 13
P.O.V Clarke Griffin
Jamás pensé que llegaría el día en que experimentase en carne viva el sentimiento de la culpa nuevamente. Me había sentido horrible sabiendo que era la resposable de que atrapasen a Lexa hace años. Ahora volvía a ser culpable de su sufrimiento.
Verla allí. Semidesnuda, bañada en sangre y temblando fue un golpe demasiado duro. Las lágrimas estaban contenidas en mis pupilas deseosas de salir. Sentía las palabras atoradas en mi garganta y deseos de gritar. Gritar que la soltarán y que me matasen por ser la causante de tal atrocidad.
Lexa con sus bonitos ojos verdes. Con su gesto estoico, pero mirada llena de vida y sentimientos. La comandante, pero al mismo tiempo una mujer llena de pasión y deseo. La mujer que me había dedicado la mirada más fría y la sonrisa más brillante, estaba ahora atada y con la espalda bañada en sangre.
Sangre negra que tenía un olor metálico y que se comenzaba a deslizar hasta mojar los bordes de su pantalón a través de su espalda tatuada. De los lideres habia una que parecía disfrutar del espectáculo. Quise matarle con mis propias manos, aun mas cuando se giró hacia mi con su mirada siniestra.
Debía dar el último latigazo. Yo quería morirme en ese mismo instante. Quería levantar el látigo y autoflagelarme. Quería quitarle a alguien su espada y enterrar la fina hoja entre mis costillas o directamente en mi pecho.
El mango del látigo era aspero y algo de sangre ya lo ensuciaba. Sentí un golpe de culpa en el estómago cuando me acerqué a Heda. De cerca las marcas en su espalda eran aún mas horribles. Carne magullada, sangre negra entre las heridas abiertas. Maldita yo por ser la culpable de esas heridas.
Mi Lexa...pensé con tristeza apretando el látigo. Instintivamente miré hacia al lado al sentir un cuerpo moviéndose y vi a Costia ubicándose mas cerca. Me miró con odio y supe que me merecía esa mirada. La mujer estaba completamente transformada en una fiera, si ella tuviese el poder ya me habría asesinado. Oh si ella supiera que también yo anhelaba mi muerte.
-Con fuerza, Clarke. Si no tendrás que volver a hacerlo.- susurró Nia en mi oído y mi cuerpo se tensó.
Maldita mujer del diablo.
-Lo siento.- susurré mas para mi que para la castaña al tiempo que levantaba el látigo y lo dejaba caer con tal fuerza que me asustó a mi misma.
Lexa se arqueó inmediatamente, su cuerpo cediendo ante el dolor. Sentí que estaban tomando mi corazón y apretándolo con fuerza ante aquella imagen. Supe entonces que la quería. La quería más de lo que había pensado y me juré a mi misma que primero cortaría mis extremidades antes de ser la causante de semejante mostrosidad sobre Heda.
Retrocedí cuatro pasos espantada, apretando el látigo como mi única forma de convencerme de que no soñaba. Costia se lanzó a ayudar a Heda a la primera oportunidad y yo sentí ganas de llorar porque yo no podía hacer aquello. Si me acercaba a ella podría generar más problemas, pero tampoco podía apartarme completamente.
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La bella salvaje (Terminada)
RomanceClarke solo conocía sobre los salvajes que vivían en la tierra lo que le había escuchado en el arca. Pocos salvajes había visto através de su vida, solía verlos cuando ya estaban muertos. Hasta que atraparon a una mujer, una de las denominadas salva...