Cambio de Planes

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Te vi follar y fallar y no sé cuando me gustaste mas:
si cuando te contemplé proclamándote diosa
o cuando te observé confesándote humana.
(E. Sastre)

Capítulo 17

Cambio de planes

P.O.V Clarke Griffin

Nunca las horas me habían parecido tan largas como esta noche. Hacía calor en el arca, Raven había dicho que se debía a una avería en el acondicionador de aire. Habíamos tenido que recurrir a encender los abanicos de techo, pero no estaban ayudando mucho.

Por cuestiones de seguridad seleccionamos una sola habitación para las cuatro. Anya estaba durmiendo con Lexa en una cama y yo con Raven. La rubia terrestre tenía su cuerpo semi-tirado sobre Heda. La ojiverde no parecía incómoda por la posición, al contrario, se había convertido en la cuchara pequeña sin queja alguna.

Sentí a Raven soltar un ronquido a mi espalda y rodé los ojos. Quería tener a Heda entre mis brazos. Sostenerla, acariciar su suave cabello y besar la piel de su cuello hasta que cayésemos dormidas. Pero no podíamos, porque aunque Anya y Raven sospechasen que teníamos una relación, Lexa estaba empeñada en no confirmarlo.

Suspiré girando sobre mi cuerpo y mirando el techo. Ranven soltó otro ruidito y yo me cubrí el rostro con las manos. Volví a mirar a Heda, pero acabé frunciendo el ceño al ver que Anya tenía una de sus enormes manos sobre el pecho izquierdo de mi novia. ¡Esto debía ser una broma!

Salí de bajo las sábanas caminando sobre las puntas de mis pies para no hacer ningún ruido. El sonido de los abanicos era suficiente para cubrir mis pasos. Suavemente tomé la mano de Anya y la moví de sobre Lexa. Iba a regresar a mi cama cuando una mano sujetó mi antebrazo.

Me giré encontrándome con la mirada verde como el bosque de mi novia. Su agarre era firme, su mano estaba mas caliente que de costumbre. Nos miramos a los ojos hasta que ella se levantó y tiró de mi hacia la puerta.

El pasillo estaba alumbrado con algunas luces que parpadeaban débilmente. El arca había sufrido algunos daños en nuestra ausencia y estos se reflejaban en los problemas con la energía.

-¿Estas bien?- pregunté cuando estuvimos afuera, Lexa asintió y me abrazó.

-Fue solo una pesadilla.- explicó ella apoyando su cabeza en mi hombro. Acaricié su espalda esperando que dijese algo más.

-Quiero dormir abrazada a ti, extraño tu calor.- susurró, besé su frente.

-Yo quiero lo mismo.- murmuré.

-¿Sabes abrir celda donde me encerraron la primera vez que estuve aquí?- cuestionó Lexa separándose algunos centímetros. Levanté una de mis cejas al ver el brillo de sus ojos. Esa expresión de niña buena quedaba tan bien en su rostro. Sentí mi cuerpo encenderse ante su gesto y asentí.

-Ven.- ordené entrelazando nuestras manos y haciendo que me siguiese.

Los pasillos estaban mas fríos que las habitaciones, pero seguía haciendo un poco de calor. Lexa miraba todo con curiosidad. Cuando me vió colocar la clave en el panel que conectaba con las celdas se acercó a mi.

-Eso es...increíble.- comentó cuando la puerta se abrió.

-Es solo...algo normal.- le resté importancia, para mi lo era. Había crecido conociendo de tecnología altamente avanzada: una puerta abriéndose por clave no era una novedad.

Para Lexa si era una novedad, porque se detuvo delante del panel a inspeccionarlo en silencio. Yo la miraba expectante, quería tirar de su mano hacia la celda y besarla. No la besaba hace algunas horas y comenzaba a extrañar sus labios.

La bella salvaje  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora