Capítulo 5

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Nina

Entré en el primer baño que encontré y me encerré en el último cubículo. Sollocé y me dejé caer por la pared hasta llegar al suelo. Esto no podía seguir así, debía hacer algo. Pero, ¿qué? No podía llegar y soltarle todo como si nada, eso lo destrozaría. Sin embargo, también estaba la posibilidad de que al decirle todo él no reaccionara de manera positiva, podía ser que ya no sintiera nada por mí. Negué con la cabeza y eliminé ese pensamiento. Me quedé sentada unos cuantos minutos hasta que sentí que mis ojos ya no escocían por las lágrimas, salí y me lavé la cara con agua helada, haciendo que todo el maquillaje que me había puesto en la mañana se corriera. Que estúpida, pensé mientras iba por un pedazo de papel de baño y me quitaba los restos de delineador que manchaban mis mejillas. Una vez resuelto ese problema, salí del baño. Estaba a punto de subir las escaleras cuando divisé a Luke detrás de varios estudiantes; nuestras miradas se cruzaron y se acercó a mí.

-¿Estás bien?- pregunté, se le veía algo cabizbajo y su semblante estaba prácticamente destrozado. Él negó con la cabeza y me indicó con un ademán que le siguiera. Salimos por la puerta y con la mano señaló la entrada de la biblioteca, el alma se me cayó hasta los pies por la escena que estaba viendo. Michael caminaba de la mano con... ¿Joanne? Vaya, eso sí que era extraño, la chica jamás le había dirigido la palabra y ahora se dignaba a enrollarse con él. Dejé de mirarlos cuando escuché la risa ronca de Luke, me volví y me encontré con una mirada divertida.- ¿Qué?- dije con frialdad.

-Nada- se encogió de hombros, no sin antes lanzarme otra mirada coqueta. Suspiré y me crucé de brazos.- Nina...- lo miré con el ceño ligeramente fruncido, su tono de voz había cambiado completamente.

-¿Sí?- murmuré.

-¿Estás celosa?- dijo en voz baja.- Por Joanne, me refiero- carraspeó ligeramente al decirlo. En realidad no lo sabía, ya no recordaba lo que Michael provocaba en mí, eso no significaba que ya no lo quisiera, solamente había olvidado cómo era estar con él. Estaba a punto de asentir, cuando me sorprendí a mí misma negando con la cabeza lentamente. Luke me miró con algo en los ojos que no pude descifrar, tal vez pena o dolor, yo sólo aparté la mirada.

-Creo que tiene derecho a rehacer su vida- susurré con un nudo en la garganta, las lágrimas escociendo de nuevo en mis ojos; Luke me pasó un brazo por los hombros y comenzamos a caminar por el campus.

Fue entonces cuando lo vi. Su cabello negro ligeramente despeinado y casi cubriendo sus ojos, su playera roja dejando ver sus fuertes brazos, su andar confiado y una perfecta sonrisa posada en sus labios. Sonreí en el instante en el que su mirada se posó sobre mí y levantó una mano a modo de saludo. Poco a poco dejé de sentir el peso del brazo de Luke sobre mis hombros, metió las manos en los bolsillos de su pantalón y me miró con las cejas ligeramente arqueadas. Sin embargo, hice caso omiso de la manera en la que sus ojos se abrieron de par en par cuando Daniel se posó frente a mí y me plantó un beso en la boca. Casi por instinto pasé mis brazos alrededor de su cuello y le abracé fuertemente. Hacía demasiado tiempo que no lo veía y, hasta entonces, no me había percatado de cuánto lo necesitaba. Cuando nos separamos, Daniel miró a Luke con una ligera sonrisa.

-Tú debes ser Luke, ¿cierto?- dijo con simpatía, su voz grave y melódica. El rubio asintió lentamente con la cabeza, aún desconcertado.

-Tú eres... - Luke me miró con el ceño ligeramente fruncido, buscando una explicación.

-Daniel- respondió el moreno antes de que yo pudiera siquiera abrir la boca. Daniel le tendió la mano a Luke, quien, si yo no le hubiera dado un codazo en las costillas, se habría quedado aún más paralizado. Después del incómodo apretón de manos entre ambos, Daniel llevó su mano hasta mi cintura y me atrajo hacia sí.- Te extrañé mucho, Nina- susurró en mi oído, provocándome un escalofrío.

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