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— Así que, eh... tú eres Jae. —murmuró Dowoon, sintiéndose algo incómodo ante la situación.


No es que le cayese mal el novio de su amigo. Es decir, apenas lo conocía. Pero tener a Younghyun prácticamente encima suya comiéndole el cuello delante de él. Eso sí le hacía sentir incómodo.


— Park Jae. —habló Younghyun, haciendo que Dowoon pusiera los ojos en blanco al ver que se había entretenido un buen rato en hacerle un chupetón.

— Estamos intentando mantener una conversación... —le informó Dowoon, recibiendo una mirada asesina de su amigo.

— Tu presentación puede esperar. 

— ¡Además, tú y yo estábamos hablando de algo importante! —se quejó Dowoon, casi interrumpiéndole.

— ¿De lo mucho que te gusta Wonpil? 

— ¡Oh, Wonpil! ¿Es tu amigo? ¿El que querías presentarme? —Jae por fin habló, mirando con una amplia sonrisa a su novio y luego llevando su vista al menor.— ¿Es el novio de Dowoon?


Dowoon exhaló un bufido cansado, mientras Younghyun reía y palmeaba la espalda de su novio, orgulloso de lo rápido que aprendía.


— Sí, pollito. Lo es.

— ¡No lo es! —Dowoon volvió a quejarse, sacudiendo sus manos.

— Pero le gusta y se lo quiere f-

— ¡Younghyun! —Dowoon literalmente tiró a su amigo del sofá de un empujón, haciéndolo reír a carcajadas.


El resto de la tarde se basó en Younghyun prácticamente comiéndose a Jae y Dowoon encontrándolo incómodo pero divertido, puesto que el novio de su amigo apenas se daba cuenta de sus insinuaciones, lo que le pareció tierno.

Aquella tarde de juegos le había servido para sacarse un poco a Wonpil de la cabeza. Le había mandado varios mensajes y, siendo más de las nueve de la noche, no había respondido a ninguno. No podía sacarse de la cabeza a la madre de Wonpil llevándoselo. Desconfiaba tanto de ella ahora que sabía la verdad, que no sentía más que miedo por su amigo. Lo que no terminaba de comprender era por qué él la había presentado como su madre. Dowoon dejó volar su imaginación, pensando que tal vez Wonpil tenía un pasado secreto y era un espía encubierto. Aquello le pareció gracioso. Aunque más graciosa debió ser la cara que se le quedó cuando fue consciente de que aún no le había contado todo eso a Younghyun.


— ¡Oye! —exclamó, incorporándose en el sofá y girándose hacia la pareja, haciendo que su amigo también se incorporara de golpe y sacara su mano de entre las piernas de su novio.

— No, no, eh, aún ni siquiera había empezado. —se defendió, sin oír siquiera lo que el menor tenía que decirle.

— Primero: das asco. Y segundo: no te vas a creer de lo que me he enterado hoy. —Younghyun sonrió, ignorando por completo la primera frase de su amigo. Después tomó una pose algo más afeminada, cruzando sus piernas y sacudiendo sus manos en el aire.

— Ay, dime, tía. —bromeó, haciendo que, por décima vez en el día, Dowoon pusiera sus ojos en blanco.

— Ignoraré eso porque lo que te tengo que decir es demasiado importante. —se tomó un par de segundos, haciendo un redoble de tambores mental.— La madre de Wonpil no es realmente su madre.


Younghyun no se mostró sorprendido, al contrario, sonrió más ampliamente y alzó su puño cerrado, en victoria.


— ¡Lo sabía!

— Oye, no. ¿Cómo que lo sabías? Se supone que este era mi gran momento.


Younghyun volvió a reírse, y Dowoon juró que si su amigo no fuese tan extremadamente atractivo y no tuviese una risa tan perfecta, ya le hubiera dado un puñetazo en la cara. Kang se llevó dos dedos a su sien, guiñando un ojo.


— Lo acabarás entendiendo.

— No, tío. Estoy cansado de secretismos. Dime qué coño pasa. —Dowoon bufó, frustrado, pasándose las manos por la cara.

— No es algo que deba contarte yo. Cuando Wonpil lo vea oportuno, lo hará. —pensó varios segundos.— ¿Sabes cómo está?

— No contesta mis mensajes. —hizo una mueca, cerrando sus ojos.— Espero que esté descansando...


Younghyun le miró, extrañado. Sacó su teléfono, le mandó un mensaje a Wonpil y, en cuestión de segundos, recibió una respuesta. La habitación se quedó en silencio, y Dowoon sonrió, intentando eliminar el silencio incómodo que había reinado en el lugar.


— Entonces... supongo que está bien. —intentó bromear, mostrándoles una -muy- falsa sonrisa.


Aquello seguía dándole mala espina. Más exactamente, aquella señora que se hacía llamar su madre. 

Los tres cenaron, y Younghyun invitó a Dowoon a quedarse a dormir. Al día siguiente sería sábado, y continuarían sin hacer nada. Dowoon se quedaría en una de las habitaciones de invitados -la más lejana a la de Younghyun, por razones obvias-, y Jae dormiría con su novio. Y, aunque nadie dijo nada, todos los presentes tenían más que claro que la pareja esa noche haría de todo menos dormir.








Dowoon ya se había metido en la cama. Acababa de dejar el móvil a un lado, dispuesto a dormirse, cuando le llegó una notificación. Suspiró, cansado, aunque su rostro se iluminó al ver que era una respuesta de Wonpil. Abrió la aplicación y, por desgracia, su amplia sonrisa se borró en cuestión de segundos, dando paso a un gesto confuso. Nada más abrir el mensaje, éste fue borrado, y quedó demostrado gracias al 'este mensaje ha sido eliminado por su remitente' que aparecía en gris en su pantalla. Alzó un poco su vista, viendo que seguía en línea. 

Escribiendo.

Escribiendo.

Escribiendo.

Y nada. 

Ya no estaba en línea. Y no volvió a estarlo. Y Dowoon lo sabía perfectamente porque se había pasado toda la noche mirando la foto de perfil de Wonpil esperando que, debajo de ella, volviese a indicarle que el menor había comenzado a escribir de nuevo.

Y poco le importó escuchar al novio de su amigo gritar de placer durante horas. 

Wonpil no había vuelto a conectarse.

Wonpil había dejado en visto todos y cada uno de los mensajes que le mandó después.

Wonpil había estado con él, hasta las siete y media, ignorando sus mensajes.

Y Dowoon sabía que ya no había marcha atrás. Porque estaba jodidamente enamorado.





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Sé que este capítulo es más corto de lo normal y un poco de relleno pero no quería dejaros sin nada. Intentaré mañana meterle un poco más de chicha a la historia.

Gracias por leerme y besos. ♥

ʙ ᴀ ʙ ʏ ; 𝒅𝒐𝒑𝒊𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora