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— Bebé, ¿te has vestido?

Sunmi se encontraba de espaldas a Wonpil. Lo había dejado solo en el aseo, tras acabar de bañarle, para ir a revisar la cena. Pero había escuchado sus pies descalzos correr detrás suya y, desgraciadamente, sabía la respuesta de aquella pregunta. Escuchar la risa infantil de Wonpil le hizo sonreír, y negó con la cabeza al darle la vuelta a las hamburguesas.

— Te vas a poner malo. —le regañó de forma cariñosa.— Ve a ponerte el pijama.
— Pero mami. Mírame.

Sunmi tomó aire profundamente.

— Cariño, mamá está haciendo la cena.
— Pero tienes que mirarme.

Wonpil dio un golpe con uno de sus pies en el suelo, caminando hacia ella para tomarla de su jersey y pegar varios tirones, con un puchero. No quería admitir que tenía frío, pues aquello significaría que debería ir a vestirse y en aquel momento solo quería jugar.

— Amor, vas a mojar a mamá.
— ¡Pero quiero que veas!

Wonpil lloriqueó, y Sunmi volvió a suspirar antes de girarse y ver a su niño desnudo. Él inmediatamente se separó y fue hacia la puerta, cogiendo carrerilla para luego 'patinar' hacia ella, con los brazos abiertos, abrazándola en cuanto la alcanzó. Sunmi llevó una de sus manos al cabello mojado de su bebé y lo echó hacia atrás, dejando un beso en su húmeda frente. Se tomó la libertad de respirar en el remolino de la frente del menor, ampliando su sonrisa al oler su champú de fresa.

— ¿Has visto? ¿Has visto?
— Sí, amor. Ha sido genial. —Sunmi bajó una de sus manos al trasero ajeno para palmearlo suavemente.— Pero ahora deberías vestirte. Ya casi es la hora. ¿Quieres que Dowoonie te vea así, todo mojado y sin vestir?

Wonpil mostró una exagerada mueca de sorpresa, y negó con la cabeza antes de separarse y correr hacia el baño, derrapando en el giro del pasillo.
Sunmi sabía que su niño comenzaba a enamorarse sin darse cuenta. No le había comentado nada aún, a pesar de que sabía perfectamente sobre el castigo que tuvo que darle Dowoon unas semanas atrás, pero veía su rostro iluminarse cada vez que lo nombraba. Últimamente hablaba mucho de él, y lo recordaba casi por todo. Por una parte, y aunque no quería admitirlo, le dolía. Su bebé estaba prestándole atención a otra persona que no era ella. No es que tuviese algún sentimiento amoroso por él, pero habían desarrollado una relación bastante profunda en la que Sunmi, literalmente, había volcado toda su vida. No le veía ningún futuro, pero en algún momento se había planteado el llevar aquella relación a un terreno más serio. Ellos se besaban, se abrazaban, incluso habían llegado a mantener relaciones sexuales en algún momento en el que el menor se lo había pedido. Pero Wonpil no habría sido feliz en una relación con ella, y lo sabía. Ahora solo esperaba que Dowoon no resultara ser un tremendo estúpido, y cuidase de su niño tanto como ella lo había hecho.
Cuando sonó el timbre, un chillido agudo resonó desde el baño.

— ¡Mami, estoy acabando! —Sunmi se carcajeó, mientras caminaba hacia la puerta.

Al abrirla, Younghyun, Dowoon y Jae la saludaron con una leve reverencia cada uno, mientras iban pasando. La mayor se fijó en que Dowoon había comenzado a buscar al menor, y sonrió inconscientemente.

— El rey de la casa ha estado ocupado con su baño de espuma. —bromeó, poniendo los ojos en blanco.— Me ha costado la misma vida sacarlo de allí. No creo que tarde mucho más en salir.

Sus amigos rieron; en realidad no les sorprendía. Fueron a sentarse al salón y Sunmi volvió a su tarea.
Mientras tanto, Wonpil estaba poniéndose su pijama favorito, el de Iron Man, y se pasó un buen rato mirándose en el espejo y haciéndose diferentes peinados. Se lo echó hacia atrás, hacia un lado y se bajó el flequillo. Acabo optando por éste último, y, aún con el pelo húmedo, salió corriendo del baño y se dirigió hacia el piso inferior. Cuando llegó a la cocina, se asomó allí y corrió a abrazar a la mayor, dejando un beso en uno de sus hombros.

— Mami, ¿estoy bien? —Sunmi giró levemente su cabeza para verle, asintiendo con una pequeña sonrisa. Wonpil volvió a apretarla entre sus brazos y fue hacia el salón, exhalando un chillido de emoción al ver a sus amigos.

Corrió hacia ellos y se tiró encima de Younghyun, quien lo atrapó al vuelo y recibió varios besos en las mejillas. Al alzar la cabeza vio que a su lado estaba Jae, y agarró ahora las mejillas de éste para sacudirle de manera juguetona, recibiendo el mismo gesto por su parte, ambos sintiéndose pequeños y divertidos. Se incorporó sobre el regazo de Younghyun para ver, por fin, a su Dowoon, quien le observaba con una sonrisa enternecida. Wonpil se movió hasta acabar sobre su regazo, y le abrazó con fuerza para después comenzar a contarle, con una emoción exagerada, lo que había estado haciendo desde aquella mañana. Dowoon le escuchaba atentamente, mientras rodeaba su pequeña cintura entre sus brazos, y acabó dejando un beso en su frente cuando le vio con intenciones de levantarse. Al hacerlo, Wonpil dio una vuelta sobre sí mismo, mostrándoles su pijama.

— ¡Es Iron Man! ¿Habéis visto? —agarró el extremo de su camiseta, tirando de ella con suavidad para que vieran bien el dibujo de su pecho.

Sunmi llegó entonces con las hamburguesas, y puso un plato delante de cada uno. Wonpil se sentó en su sitio -a pesar de que habría preferido sentarse en el regazo de Dowoon- y comenzó a comerse su hamburguesa. Cuando ya llevaban todos un rato cenando, la mayor llegó al salón completamente diferente. Vestía un ajustado vestido negro, su pelo suelto, ondulado, natural, cayendo sobre sus hombros y sus labios pintados con un potente rojo. Wonpil sintió que sus mejillas se enrojecían casi de golpe, y comenzó a juguetear con sus propios pies bajo la mesa, nervioso.
Por otro lado, Younghyun y Dowoon sentían que se les caería la baba. La mente de Dowoon se llenó de pensamientos completamente impuros, y Younghyun recibió un golpe por parte de su novio.

— Estás muy guapa, mami. —murmuró Wonpil, jugueteando con la hamburguesa entre sus manos, sin ser capaz de mirarla directamente. Sunmi sonrió, y caminó haciendo sonar sus tacones en dirección a él, rodeándole por la espalda para dejar un beso en su cabecita mojada.
— Muchas gracias, príncipe.

Wonpil sonrió ante aquel mote, y giró su rostro para intentar dejar un rápido beso en los labios de la mayor quien, sin darse cuenta, se separó y arregló su cabello, mirando a los chicos de mayor edad y sin ser consciente de que había dejado a su pequeño avergonzado y sintiéndose algo mal delante suya.

— Ya lo hemos hablado, chicos. Estáis al mando. Tened cuidado. Wonpil sabe dónde está el botiquín, por si pasa algo. No me esperes despierto, ¿vale? —aquella última frase fue para el pequeño, quien, con el ceño fruncido, asintió, sin mirarla.

Sunmi continuó dándoles indicaciones, hasta que acabó yéndose a "aquella estúpida cita de trabajo". Wonpil estaba entre enfadado y triste. ¿Por qué su mami le había rechazado un beso? ¿Por qué se había ido sin despedirse? ¿Por qué prefería pasar la noche con un señor mayor antes que con él? Apenas se dio cuenta de cuándo había comenzado a llorar, y solo pudo esconder su rostro entre sus brazos y apoyar éstos en la mesa, ante la mirada de sus amigos. Younghyun se levantó y fue hacia él, metiéndose entre el pequeño y la mesa para cogerle en brazos. Les hizo una seña a los demás para llevarlo a su habitación, pero, a mitad de camino, paró y se giró para dejar a Wonpil en brazos de Dowoon.

— En cinco minutos estoy allí. Intentad que se calme.

Y desapareció por el pasillo, dejando a Dowoon y Jae solos con el menor, que apenas había sido consciente del cambio. Tan solo se abrazó a Dowoon, lloriqueando en su cuello y apretándole entre sus piernas.

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Lamento mucho la tardanza. No os miento si os digo que este capítulo lo he escrito en tres días muy separados entre ellos. En realidad siento que me he quedado estancada con esta historia ????? Sé lo que quiero que pase, pero no sé cómo llegar a ello y siento que el 90% del capítulo es relleno. Espero que no sea una molestia para vosotros. Gracias por esperarme, intentaré volver a ser constante. 💘

ʙ ᴀ ʙ ʏ ; 𝒅𝒐𝒑𝒊𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora