Capítulo 4

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La miro de cerca como si le hubiera salido una cabeza más.

—Que yo sepa no he visto un tanque en el jardín aparcado. Ni he visto en el perchero una MP5. —digo mirando mi móvil.

Droy: "Pedazo de carrera la de anoche 🤘"

Jet: "Tienes que irte fuera de la ciudad a competir, aquí ya has superado a todos los pilotos"

—Los hermanos no paran con sus bromas, así que nosotras vamos a hacerles bromas. —dice Erza osea que dramáticas son.— Son enemigos. La que se relacione con ellos... morirá.

Trago saliva disimuladamente. Una gota de sudor frío se desliza por mi nuca.

—¿Se puede saber qué pasó para que estemos en guerra? —las miro a las tres y me fijo en unas suaves manchas negras en su rostro.

—Nos mancharon la cara con grasa de las motos. —dice Juvia al punto del llanto y me aguanto las ganas de reírme.

—Voy a ducharme.

Sin esperar respuesta de ellas y subo a mi habitación. Un mensaje de un desconocido entra en mi móvil.

"Menuda noche, me las quedo de recuerdo" y con una foto adjunta de mi tanga negro en su mano.

Me he acostado con el enemigo...

"Más te vale no decírselo a nadie, o te vas a enterar y devuélveme el tanga"

"Se me ha ocurrido que vengas esta tarde a callarme y a por tu tanga"

Dejo el móvil y entro al baño para ducharme. La lluvia de agua artificial cae sobre mí calmando mis músculos. Al cerrar los ojos me imagino las ásperas y calientes manos que deben pertenecer a Gajeel. Abro los ojos respirando muy rápido y el corazón a mil.

Salgo de la ducha después de secarme me coloco unos vaqueros negros rotos y una camiseta de pico blanca con mis converse del mismo color. Meto el móvil en mi bolsillo sin mirarlo. Bajo las escaleras y después de comerme un plato de lasaña. Voy al garaje y saco la moto. La coloco en el jardín, entro en el cobertizo a coger la manguera y cuando vuelvo veo a un motorista vestido de negro y con el casco del mismo color. Rápidamente me acerco a la moto, comienzo a limpiarla con la manguera bajo la atenta mirada del motorista misterioso.

—¿Quién coño eres? —digo mirando como se encoge de hombros.

Apunto hacia él con la manguera y lo empapo. Así es como se echa de tu casa a un chismoso. Mi móvil comienza ha sonar y lo cojo sin mirar el identificador:

—¿Quién? —pregunto mientras con un papel de cocina comienzo a secar a mi preciosa.

—El hombre más sexy del planeta. —al escucharlo bufo con una sonrisa en los labios.

—Que yo sepa no podemos relacionarnos con el enemigo. —comento mientras seco los retrovisores.

—Lo dices por la guerra de bromas. —hace unos ruidos de como si estuviera pensando.— Ya sé, ven a mi casa esta noche y no le diré a tus hermanas que te has tirado al enemigo.

—No me van los chantajes. —me siento en la moto y coloco los espejos retrovisores en los ángulos correctos.

—Es una pena, se lo diré entonces. Nos vemos el lunes. —dice con un tono de pena difícil de creer.

—Estaré allí a las 7. —y cuelgo.

La verdad es que no quiero ir en absoluto pero que Erza se entere que pasé la noche con él no es una opción. Entro en casa y veo a mi madre en el salón pintándose las uñas.

Chicos vs ChicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora