Capítulo 7

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Después de recoger a mis hermanas fuimos a casa.

—¿No vais a decir nada? —digo echando el pestillo de todas las puertas.

—¿Qué quieres que digamos? —dice Erza enfadada.— ¿Sabes cómo nos miran todos? ¿Estabas tan caliente que no podías pararte a pensar las cosas?

—¡Erza! ¡Por dios es tu hermana pequeña! —exclama Lucy.

—Por Dios no me vengas con tonterías. Todas en este coche hemos follado con alguien, la suerte es que vosotras no os han grabado. Estaba borracha y no sabía lo que hacía. Fin de la historia.

—Nosotras cuidamos con quién nos acostamos. Lo hacemos con personas en las que confiamos, personas a las que amamos. —rechista Erza y le da al botón de desbloquear las puertas para salir.

Lucy y Juvia me miran, esperando mi reacción. Esperando a que estalle. Esperando que me rompa.

Sin embargo, salgo del coche y entro en casa arrastrando los pies. Mi madre y Erza están sentadas comiendo algo que no me esfuerzo en mirar.

—¿Vas ha comer, cariño? —pregunta mi madre con un falso tono de dulzura.

—No tengo hambre. Mañana necesito mi moto tengo una carrera importante dónde puedo ganar mucho dinero. —digo mientras camino hacia las escaleras que llevan a la planta de arriba.

—Solo para mañana. —dice mi madre. Zorra.

Subo a mi habitación y me tumbo en la cama mirando al techo. Me vibra el bolsillo y saco el teléfono descolgando sin mirar quién es.

—Diga. —digo lo más borde que puedo

—Me encanta cuando te enfadas, no sabes cómo me pone, nena. —la voz de Gajeel resuena por el auricular.

—Te puedes ir al infierno. —le digo con todo el odio que alberga en mi.

—Sigo en el instituto alguien me ha pinchado las ruedas pero en cuanto me lo arreglen me voy al infierno, tranquila. Solo te digo que te prepares para lo que viene nadie toca mi coche y se va de rositas

—Lo estoy esperando.

Toda la tarde me dedico a mirar el techo para la hora de cena salgo a comer. El hambre aprieta y mucho. Por la mañana del día siguiente me la paso en casa de Jet revisando que todo esté bien para la carrera de esta noche. Voy a recoger a mis hermanas mientras Jet termina de hacer unos retoques.

Cuando llego al aparcamiento me bajo del coche. Empiezan a salir estudiantes pero no veo a mis hermanas. Decido entrar a buscarlas. Veo cabellos rojos en el suelo en seguida entro en pánico. Marco el teléfono de Lucy pero no lo coge y marco el de Juvia. Grito sus nombres por el pasillo pero no contestan. Salgo al patio donde al fin las veo en la fuente donde todo el mundo bebe agua. Están echándole agua a Erza en la cara.

—¿Qué ha pasado? —pregunto acercándome.

—Jellal la ha engañado. —dice Lucy y yo no me entero de nada.— Es un hermano de ya tú sabes, Erza ha estado hablando con él estos días, ella hoy le había confesado sus sentimientos y cuando la ha besado por primera vez le ha cortado un mechón de pelo y se ha ido con Evergreen.

—Lo siento. —digo un poco impactada por la noticia.

—No pasa nada. Me lo tengo merecido por tonta enamoradiza. —dice Erza limpiando sus lágrimas.

—Yo también he estado hablando con Natsu. —confiesa Lucy.

—¿Quién es ese? —pregunto desorientada.

—Otro hermano, va a tu clase tiene el pelo rosa. —asiento recordándolo.

—Y yo con Gray. —dice Juvia.

—¿El de nuestra clase? —pregunta Erza y Juvia asiente.— Es raro que cada hermano haya ido detrás de una de nosotras y que a dos de nosotras nos hayan humillado.

—Van a hacer lo mismo con nosotras. —dice Juvia abriendo mucho los ojos.— Es un plan.

—Los planes se pueden volver en su contra. —les digo con una sonrisa.— vayamos a casa de Jet. Os contaré el plan.

Al llegar a casa de Jet pedimos pizzas. Antes de contar el plan nos comemos las pizzas. No se puede pensar con la barriga vacía. Después de que ellas hicieran sus deberes nos pusimos a armar el plan entre las cuatro.

—Levy. —me llama Lucy desde la otra punta de la habitación.— Toma te lo hemos comprado entre las 3.

Abro el pequeño regalo que tiene en sus manos. Me encuentro con unos guantes sin dedos azules para usarlos cuando conduzca la moto. Veo sus nombres bordados en los guantes y el de mi padre también. Las envuelvo en un abrazo de oso a las tres.

—Ten mucho cuidado ¿vale? —Erza me agarra la cara para que la miré a los ojos.

—Te prometo que voy a tener cuidado.

Le doy las llaves del coche a Jet y él me da las de la moto. La saco a la calle, me pongo mis guantes nuevos y el casco mientras los veo subir al coche.

Arranco la moto y todo el trayecto voy delante del coche para que Jet no corra demasiado. Al llegar al canal la gente aplaude y grita mi nombre. Veo que el otro motorista ya ha llegado y no se ha quitado el casco.

—Solo voy a decir que el que gane se lleva 10.000$. —dice Max.— Pero, no es tan fácil. Tendréis que hacer este recorrido por la ciudad. —nos enseña un mapa memorizo todo el camino en seguida.— Con el tráfico activo

Mis ojos se abren de par en par. Por primera vez tengo miedo de estar subida a una moto. Porque hoy es martes y hay carrera ilegal de coches. Más el tráfico activo. Busco entre la gente a mis hermanas que se abrazan preocupadas y negando con la cabeza para que me baje de la moto. Mis ojos viajan hasta unos rojos como la sangre me fijo en su sonrisa burlona que me da la valentía para continuar.

Crujo mis dedos y muevo la cabeza de un lado a otro. Vuelvo a colocar las manos en el manillar.

—Esta vez os dejamos el casco. En caso de que tengáis un accidente os puede salvar la vida. Un dron os seguirá y podremos ver la carrera desde aquí pero si alguien quiere seguirlos puede hacerlo. —nos explica Max rápidamente.

»—Preparados. Listos. —hace una pausa dramática.— ¡Ya!

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¡Hola mis queridos lectores!

¿Qué tal? ¿Les gustó? ¡¡Las chicas tienen un plan!! Los chicos se pasaron y ahora tienen que pagarlo ¿no creen?

¿Por quién apostais? Quiero ver el dinero circulando, apuesta mínima de 50$. Pueden depositar el dinero en la mano de la escritora.

Nos vemos el domingo.

Saludos y besos de Noa-chan.

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