Capítulo 13

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Se escuchan gritos por todo el aparcamiento y muchos se tiran al suelo.

—¡Todos a dentro! —grita un chico con el pelo largo recogido en una coleta.

Todos corren hacía adentro, yo me esfuerzo en taparme la cara digamos que conozco a uno de los atracadores y no le caigo muy bien.

—No te separes de mí. —ordena Gajeel agarrándome de la muñeca con fuerza.

—Mis hermanas... —digo girando la cara para buscarlas.

—Están con mis hermanos. Van a estar bien.

En cuanto entramos vemos a dos grupos, hombres por un lado y mujeres por otro.

—Haz caso a todo lo que te digan. No les provoques y todo irá bien. —me susurra con preocupación Gajeel. Asiento antes de dirigirme al grupo de las mujeres. Mi cuerpo se relaja al ver entrar a mis hermanas, se sientan a mi lado y las abrazo con fuerza.

—Es el ex novio de mamá. —dice Lucy con la cara llena de lágrimas.

—Jiemma. —digo el nombre de ese bastardo secamente y como si hubiera invocado al demonio, entra cargando con una especie de camilla con una chica rubia descansando en ella. Ella está herida. Sus ojos se clavan en mi y suelta la camilla, sus compañeros que iban cargando la camilla junto con él se quejan.

En cuanto lo veo avanzar hacía mi, me levanto para alejarme hasta que me apunta con una pistola y aborto misión.

—Hija de puta. —me insulta y lo miro con una sonrisa ladina.

—Bonita cicatriz. —le digo tras ver la bonita cicatriz que cruza su lado derecho de la cara y que yo provoque.

Carga el arma y todos sus compañeros se acercan corriendo.

—Dijiste que nada de muertos. Solo vamos a aguantar aquí hasta que metan un cirujano para sacarle la puta bala a Jenny. —dice el chico de la coleta.

—Cambio de planes, Mard Geer. Está hija de puta se va al hoyo. —su pistola apunta a mi cabeza.— Hibiki prepara la pala

—Antes de que la mates te ato a la columna. —dice el que casi compra mi moto.— Si la matas nos vamos a meter en líos todos.

Cuando baja el arma mi cuerpo se relaja.

—Encerradla en algún sitio esta zorra puede darnos problemas.

El chico que parece llamarse Mard Geer me agarra del brazo y nos adentramos en la biblioteca para rematar la situación me esposa a la tubería de la calefacción.

Noto mi corazón desbocado y cierro los ojos intentando calmarme. Aún puedo recordar esa noche.

Mi padre murió hace dos semanas, apenas sé cómo sigo viva. Su fallecimiento me ha roto en mil pedazos.

Saco las llaves de la moto y vuelvo a casa en la que no está él. Al entrar oigo un grito de arriba. Mi madre.

—¡Detente por favor! —grita a pleno pulmón.

Oigo la voz de un hombre pero no entiendo lo que dice. Saco la navaja que siempre llevo conmigo y que me regaló mi padre cuando cumplí 16.

Subo arriba empuñando mi arma, entro en su habitación y veo al asqueroso de su novio encima de ella. Veo a mi madre completamente desnuda y distingo algunos golpes en su cuerpo. La está violando.

Cambió a mi padre por ese hijo de puta, debería dejarla y que le dé un escarmiento. Pero soy mujer y no puedo ver a una mujer en ese estado. Así que con toda mi pena guardo la navaja detrás de mí.

Él está en desventaja si sabe que yo estoy armada.

—Hey hijo de puta. —digo dando una patada al mueble para llamar su atención.

—Un trío, es mi día de suerte. —se levanta del suelo liberando a mi madre sin ninguna vergüenza por estar desnudo. — Vamos a divertirnos preciosa.

Acerca su mano para agarrarme dejo que me agarre, me pega a su sudado cuerpo, empieza a romper mi ropa y aprovecho su distracción para apuñalar su lado derecho de la cara.

Jiemma grita llevándose las manos a su lado herida corro hacia la mesilla de mi padre y saco su revolver siempre cargado. Apunto hacia su pecho.

—No te muevas. —le digo con mi voz ronca de aguantar el llanto.— Deja de llorar y llama a la policía

—Ella no va a llamar a la policía y tú no vas a disparar ese a--

Su voz se ve interrumpida por el sonido de la pistola al ser disparada. La bala ha impactado en la pared de su lado a la altura de la cabeza.

—¡Llama a la policía!

Por fin mi madre reacciona. Esa noche mi casa se llenó de policía y Jiemma fue a la cárcel.

Y por lo visto ya está fuera. Solo ha tardado unos meses. No me gusta nada estar esposada con ese maníaco cerca de mí. Por la ventana de la biblioteca puedo ver el dispositivo policial que hay frente al instituto. Abro la ventana para tener información.

—Señor son 6 atracantes. Estaban en medio de una fuga de robo en el banco general y han terminado aquí al ver que no podían escapar. —esa voz es la del padre de Gajeel.— Más de 300 rehenes, mis hijos entre ellos.

—Hey poli. —lo llamo asomándome a la ventana.— Tengo información sus nombres son Mard Geer, Jenny, Hibiki y Jiemma.

—No sabemos si esos nombres son verdaderos. —dice el padre de Gajeel y juro que voy a golpearle.

—Jiemma violó a mi madre tiene una denuncia busqu––

Me callo al escuchar la puerta detrás mía cerrándose con fuerza. Veo a la policía apuntar detrás de mí.

Me giro para encontrarme a mí peor pesadilla junto con su grupo. Me agacho y empiezan a disparar hacia la policía. El chico que me trajo me suelta y me saca de allí. Le doy un puñetazo en la nariz y salgo corriendo. Corro hacia el pasillo principal. Veo el lugar más seguro para esconderme quiero pensar que los disparos me dejó idiota porque sino no me explico la idiotez que voy ha hacer.

Me lanzo hacia los brazos de Gajeel.

Mi lugar seguro.

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¡Hola mis queridos lectores!

¿Qué tal? ¿Les gustó? Menuda historia la que nos ha contado Levy 😨 Al parecer Levy es más bueno de lo que parece ¡Gajeel es su lugar seguro!

Nos vemos el martes.

Saludos y besos de Noa-chan.

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