Capítulo 15

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—Todo empezó con la muerte de mi padre. Se podría decir que era la niña de papá. —una sonrisa triste cruza mi rostro.— Erza empezó a salir con alguien y de la nada había perdido a dos grandes apoyos en mi vida. Mi hermana mayor y mi padre. —Mierda, el plan.— Mis hermanas no paraban de llorar y me convertí en lo que ves ahora. Una chica que es incapaz de sentir nada. Una chica que tuvo que endurecerse por sus hermanas. —digo cortando la historia de golpe. Es el enemigo ¿Qué estoy haciendo?

—Mientes. —dice sentándose frente a mí. Alzo una ceja. Coloca sus manos a ambos lados de mi cuerpo. Su mentolado aliento golpea mis labios. Mi pulso se eleva rápidamente, la boca se me reseca. Cuando se acerca hacia mi, cierro los ojos esperando un beso pero me susurra en el oído.— Conmigo sientes. —besa mi cuello y siento todo mi cuerpo temblar.— Y mucho.

Escuchamos un fuerte golpe que nos distrae. Nos miramos y nos levantamos. Bajamos abajo corriendo y nos encontramos a Natsu en la puerta de la cocina.

—Gajeel la casa no para de moverse. —dice arrastrando las palabras y tambaleándose. Está borracho.

—¿Por qué has bebido esta vez? —pregunta Gajeel entrando en la cocina y dándole un vaso de agua.

—Estaba con el Rubio de los cojones, Gigi. —una carcajada sorda se me escapa contra mi voluntad.— Está conmigo y con ese hijo de puta a la vez. —dice estrellando el vaso contra el suelo. Me mira a los ojos y se acerca hacia a mí con aire amenazador.— Tu hermana es una zorra.

Lo empujo apartándolo y me entran ganas de darle un puñetazo pero está borracho y no sería justo.

—Creo que lo mejor es que te vayas, Levy. —dice Gajeel muy serio.

Me da las llaves de la moto y prácticamente me echa de su casa a empujones.

Descalza y con solo una camiseta suya. Voy a matarlo.

Por lo menos es de noche.

Me monto en la moto sin casco, creo que lo he perdido no recuerdo dónde lo dejé. Arranco la moto con dificultad darle al pedal sin zapato no es tan fácil. Conduzco con rapidez hacia mi casa, asqueándome cada vez que tengo que bajar los pies en las paradas. Al entrar en mi casa veo a Lucy riéndose con Erza.

—Deberias haber visto su cara, Erza. Creía que se iba a poner a llorar. —dice riéndose al verme golpea el sillón.— Tuve la cita con Sting como dijimos. Casi se pone a llorar cuando me vio con él. Nuestro plan está funcionando. Y veo por tus pintas que también está funcionando el tuyo.

—Ese idiota está cayendo como un pez en la red. —le digo mientras me sirvo una cerveza de la mesa de café.

—Yo ya tengo las fotos. —dice Erza mostrándonos unas imágenes de Jellal vestido de conejito y otras imágenes imágenes con un gorro rosa de baño en la ducha.— Le diré que me cogiste el móvil y tú las enviaste. —dice mirándome mientras envía las fotos a la chica del periódico estudiantil.

En ese momento entra Juvia. Se encuentra muy pálida, todas nos levantamos del sofá de un salto al verla.

—Lo siento no voy a poder. —dice Juvia llorando.— Gray me gusta mucho. No me miréis con esa cara. ¿Con cuántos os habéis acostado quitando a los hermanos?

Todas nos ponemos a contar con los dedos. Erza se queda con 3 dedos en una mano, Lucy con 2 y yo me quedo con las dos manos y dos dedos más.

Juvia solo tiene un dedo.

—¿Y de cuántos os habéis enamorado locamente? —vuelve a preguntar Juvia.

Lucy se queda con los dos dedos de antes, y Erza solo quita uno, en cambio yo coloco mis manos detrás de la espalda.

—Gray es el primero del que me enamoro. —nos confiesa.— Quiero casarme con él y tener hijos con él.

Le doy un largo trago a la cerveza sentándome en el sofá mirando a la pared gris que tengo en frente.

—Bien estás fuera del plan. Pero no puedes decirle nada. —coloco el botellín de cerveza vacío en la mesa de café y me dispongo a subir cuando tocan a la puerta. Juvia abre la puerta.

—¿La señora McGarden? —pregunta una chica con un uniforme de correos.

—No está, soy su hija. —la chica le da un portafolio que firma sin preocupación y la chica le entrega una carta con sello. Se despiden y cierran la puerta.

—Leela. —la ánima Erza.

—"Señora McGarden, usted y sus hijas quedan invitadas al baile benéfico anual de la ciudad. El próximo domingo a las 9. La temática será de máscaras" —hace una pausa y traga saliva.— Firma el gobernador. El año pasado nos invitó una ministra que organiza el baile.

—Seguramente se lo esté follando. —contesto secamente.

Mientras subo oigo a mis hermanas de que necesitan comprarse vestidos y máscaras. Entro a mi habitación y miro mi móvil. Jueves. Mañana es viernes. Necesitamos el dinero para los vestidos y las máscaras.

Suspiro.

Marco el número de Max.

"Hola mi salvaje motera".

Sí, Max es uno de esos doce chicos a los que me he tirado.

—¿Puedes preparar para mañana una carrera con Jellal Fernández? —le pido poniendo una voz de secretaria sexy.

"Por ti haría lo que sea, hermosa"

—Y cuando termine la carrera. Tal vez podríamos irnos a tu casa para agradecerte. —le digo mientras juego con el dobladillo de la camiseta de Gajeel.

"Mañana nos vemos entonces"

Y cuelga.

Me quito la camiseta y me doy una ducha caliente. No pienso acostarme con Max pero necesito que planeé la carrera.

Froto mis pies porque están negros de haberlos apoyado en el asfalto. Me vuelvo a poner la camiseta de Gajeel y me tumbo en la cama. Espero que con 10.000€ nos dé para sus vestidos y las máscaras. Yo no pienso ir a ese baile.

Cierro mis ojos y las imágenes de Gajeel en su habitación esta tarde me vienen a la mente, junto con las de esta mañana y una pregunta surca mi cabeza.

¿Me estoy enamorando de Gajeel?

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¡Hola mis queridos lectores!

¿Qué tal? ¿Les gustó? ¿¡Qué le pasa a Levy!? ¡¡Casi echa a perder el plan!! Levy es una guarrilla eh. Nos vamos de baile benéfico ¿se vienen? Que hermosa pregunta la del final

Nos vemos cuando pueda.

Saludos y besos de Noa-chan

Chicos vs ChicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora