Capítulo 19

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Entramos a la super mansión del gobernador, junto con nuestra madre. En cuanto entramos se pierde entre la multitud.

Seguro para pescar algún rico que la mantenga.

El salón es hermoso de mármol blanco, columnas del mismo material decoran los lados de la sala, al fondo de está se encuentra una escalera imperial.

Y pensar que todo esto lo hemos pagado los habitantes de la ciudad.

Unos chicos con unas máscaras se acercan a mis hermanas.

—Hola amor. —dice Erza besando al más alto.

Los vuelvo a mirar y me doy cuenta que son Jellal, Gray y Natsu eso quiere decir...

—¿Gajeel ha venido? —les pregunto a los hermanos perfectos.

—Sí, no sé dónde está. Llegó con nosotros y desapareció. —dice Jellal mirándome de arriba a abajo.— ¿Levy?

Erza le da un codazo y lo mira entrecerrando los ojos. Sonrío y me voy a buscar a Gajeel. Voy a decírselo hoy no puedo esperar. Confundo a varios chicos con él, buscar a alguien con antifaz es muy jodido. Así que me doy por vencida y cojo una copa de champagne. Voy hacia unas mesas dónde recogen el dinero.

—¿Para qué es la donación? —pregunto a una chica con lentes detrás de la mesa.

—Es para que las personas sin techo tengan mantas y podamos hacerle un caldo. Desgraciadamente no va muy bien. —dice desanimada. Saco del sujetador el dinero y lo pongo sobre la mesa.

—Solo son 2.500$. Lo siento. —a la chica se le salen los ojos de las órbitas.

—Muchas gracias

Un hombre encima de las escaleras da golpecitos en su copa con una cuchara. Mis hermanas y yo nos acercamos al pie de las escaleras.

—Ya que estamos todos aquí. Quería dar dos noticias importantes: quería presentar a mi prometida. ¿Puedes subir por favor? —las caras de mis hermanas cambian cuando mi madre sube por las escaleras. Yo ya me lo esperaba, por eso nos envío la carta firmada por él. Hago una mueca de asco cuando se besan.— Además mi único hijo ha vuelto de un largo viaje con su novia.

Un hombre alto y moreno baja con una mujer de su brazo. Ambos se quitan las máscaras y casi se me para el corazón. Gajeel. Gajeel tiene novia. Siento un dolor en mi pecho inmenso, siento como una lágrima se me escapa. Me fijo en la chica, Evergreen.

Sus ojos rojos se encuentra con los míos y una sonrisa se dibuja en su cara. Me giro y camino hacia la puerta quitándome los tacones. Me quito el antifaz y lo lanzo al suelo. Lágrimas caen por mi rostro sin parar, apenas puedo respirar. Cojo las botas militares y el casco del coche. Me subo a la moto. Arranco y conduzco más rápido de lo normal hasta que llego al acantilado. Me siento en el banco.

Subo mis rodillas al pecho y apoyo la cabeza en ellas. Grito, lloro, maldigo y me hago daño recordando sus palabras.

Enana vas a estar tan enamorada que me vas a suplicar que no te dejé. Entonces será cuando te destruya.

Enhorabuena, lo has conseguido Gajeel.

—¿Qué es la debilidad? —su ronca voz inunda mis oídos.

—Mi debilidad es Gajeel. —musito por lo bajo.

Puedo escuchar su risa a mi lado. Lo extraño tanto.

—No estás equivocada. Nuestras debilidades son cosas o personas por las qué haríamos cualquier cosa. Tu madre era mi debilidad y ese chico es la tuya.

—Y tú acabaste muerto por tu debilidad y yo destrozada por la mía.

—Yo estaba enfermo. Y tú eres joven.

—Ojala estuvieras aquí para abrazarte. —admito en voz baja

Saco la cabeza de mi escondrijo y estoy completamente sola. Saco el teléfono y veo mil llamadas de Erza. La llamo.

—¿Cómo estás? —pregunta nada más que al descolgar.

—Nunca me he sentido así. Me siento horrible. Estoy como... Y puff...

—Pues tengo otra mala noticia. —miro al cielo estrellado esperando el golpe de gracia.— Mamá ha invitado a el gobernador y a su hijo a casa para dormir.

—Entonces voy a llegar antes que vosotras.

Y cuelgo.

Miro la fecha en el móvil. Me quedo helada, dos semanas de retraso en el período. Trago saliva. Una gota de sudor frío me resbala por el cuello.

Decido ignorar este hecho. Me subo a la moto con el casco y conduzco con la mente en blanco. Llego a la casa y a la misma vez entra el coche.

Que suerte tengo.

Subo las escaleras de dos en dos pero no llego a tiempo. Para mi mamá suerte.

—Levy ven y saluda. —dice mi madre con un tono de voz más falso que las lentejas.

Bajo las escaleras y con solo ver su cara me parece doloroso.

—Encantada de conocerlos. Sí me disculpan... —puedo ver su sonrisa al comprobar que tan mal estoy.

Una oleada de calor invade mi cara, luego un frío infernal pasa por todo mi cuerpo, unos espacios en negro ocupan toda mi visión y los oídos comienzan a pintarme.

Y ploom.

Caigo contra el suelo de forma estrepitosa. Siento golpes en mi cara, abro los ojos y me encuentro a Erza y Juvia. Haciéndome aire y golpeando mi cara.

—La ambulancia está de camino. Tranquila. —me dice Erza y me siento en el sofá. ¿Cómo he llegado hasta aquí?

—No hace falta, llevo todo el día sin comer nada. Me falta azúcar. Me tomaré una Pepsi y todo bien. —le digo sonriendo.

—Está bien.

Erza sabe que desde que soy pequeña los momentos de estrés y agobio lo exteriorizo de esta forma.

—¿Segura que estás bien? —pregunta el prometido de mi madre y asiento mientras le doy un sorbo a la Pepsi que me ha traído Juvia.

Miro al frente y me encuentro con sus ojos rojos mirándome fijamente.

—La acompañaré a su habitación para que no se vuelva a desmayar. —dice el dueño de mi corazón.

Cuánto me gustaría evitar esa situación, querido Gajeel.
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¡Hola mis queridos lectores!

No sé que está pasando últimamente pero las historias no están teniendo el mismo apoyo de antes. Creo que me voy a tomar un descanso de todo esto. Subiré los capítulos que tengo escritos en ambas historias y cuando me sienta mejor de ánimos seguiré con las historias.

Nos vemos.

Saludos y besos de Noa-chan

Chicos vs ChicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora