Capítulo 17

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Al llegar a casa me pongo los guantes regalo de mis hermanas, un casco de la estantería y me monto deprisa en la moto.

Al salir veo a Jet subido en el coche con mis hermanas. Conduzco lo más rápido posible entrando al canal con un derrape. Max ya está girando la ruleta para ver cómo conduciremos hoy.

—¡A ciegas! —exclama Max.— Acompañantes a las motos.

Me quito el casco y se lo doy a Lucy. Veo a Erza subir a la moto de Jella, un sudor frío resbala por mi nuca y quiero gritarle que se bajé. Ahora entiendo que sienten ellas cuando me ven a mi subida en la moto. Siento el peso detrás de mí.

—Hola Gigi. —muerdo un lado de mi labio

—Eres muy graciosa enana. —comenta en mi oído. Max le entrega la banda.— ¿Cómo funciona este juego?

—Cuando oigas la bocina tienes que taparme los ojos con la banda que te ha dado.

—Empezamos con los ojos tapados. Apagad los motores. —pide Max ansioso porque empecemos.

Muevo la llave hasta apagar el motor. Gajeel me pone la banda.

—3. —comienza a contar el público.— 2. —siento la adrenalina correr por mi cuerpo.— 1 ¡Ya!

Giro la llave y le doy al pedal para arrancar muevo la mano para acelerar todo lo posible. Mantengo el manillar recto y acelerando al máximo. De fondo escucho el motor de Jellal puedo sentirlo cerca.

Suena la primera bocina. Gajeel descubre mis ojos y por él retrovisor veo que Jellal está prácticamente a mi lado.

Mantengo la mirada fija en el frente no me atrevo acercarme mucho porque Erza va detrás de Jellal. Cuando vamos a coger la curva que nos lleva de vuelta vuelve a sonar la bocina y Gajeel vuelve a taparme los ojos.

—Levy Levy Levy Levy Levy. —oigo decir a Gajeel con lo que parece ser miedo.

Freno un poco en apogeo de la curva para luego acelerar. Oigo a la gente cantar mi nombre, levanto la rueda delantera y vuelve a sonar la bocina justo antes de cruzar la meta.

Al cruzar pongo de lateral la moto y comienzo a frenar con los frenos y con el pie. Veo a Jellal detrás. Le hago una señal con mi índice y mi corazón.
Él solo aplaude. Gajeel se baja y después yo. Max se acerca a mí con por lo menos 10.000$ y mete el dinero entre mi piel y el tanga. Se queda muy cerca de mi rostro esperando que yo lo bese. Cosa que no va a pasar porque sino mi plan con Gajeel se irá a la mierda.

Y el plan funciona.

A la maravilla.

Gajeel golpea a Max apartándolo de mí. Puedo observar con claridad lo agitado que está, su pecho sube y baja a gran velocidad.

Me mira rabioso.

Me gusta lo que veo.

Le guiño un ojo y me dirijo hacia mis hermanas.

—Me voy a casa estoy cansada. —les informo con media sonrisa mi plan no es irme a dormir precisamente.

—Nosotras vamos a ir a la fiesta de Max. —me informa Lucy dándole un trago a su cerveza.

—No volváis tarde. Mañana vamos a ir a comprar los vestidos y eso implica una mañana entera. —les reclamo a las tres.

Cada vez que las llevo de compras nos pasamos toda la mañana en esas tiendas de niños ricos. Brr qué asco.

Lucy me da mi casco.

Me subo en la moto y me voy a casa conduciendo por encima de la velocidad permitida pero es de noche y significa las calles solas para mí. Meto mi bebé en el garaje y al entrar en la cocina me sirvo un gintonic bastante cargado.

Subo las escaleras con la copa en la mano. Yo he pagado está escalera bueno esta escalera y la mitad de la casa. Mi madre siempre le ha gustado aparentar. Hizo que mi padre comprará esta enorme casa que ni siquiera podían pagar por aparentar que somos ricos, mi padre se metió en deudas por culpa de ella y cuando murió apenas había pagado la mitad de la casa. Yo no podía permitir que mis hermanas se quedarán sin un sitio en el que dormir, y por lo visto ellas pensaron lo mismo porque se metieron a trabajar en una cafetería de la ciudad. Al principio yo también trabajaba allí pero no salió bien, demasiado borde y fría para trabajar de cara al público. Entonces encontré las carreras ilegales que nos mantienen en esta ostentosa casa.

Abro la puerta de mi habitación y veo al chico que quería sentado en mi cama. Dejo el gintonic en la mesa de escritorio blanco.

—¿Qué coño ha sido eso? —pregunta con tono gruñón.

—No sabía que fueras tan celoso. —me coloco encima suya a horcajadas.

—No soy celoso. —me agarra de los brazos y me aparta de encima suya.— Me voy ya.

Lo abrazo por la espalda, y dejo besos por su hombro subiendo hasta detrás de su oreja.

—¿No te apetece quedarte? —le susurro en la oreja mientras cuelo la mano por debajo de su camiseta.— Podemos pasarla muy bien.

Escucho unos gemidos y ninguno es de mis hermanas sé cómo gimen para mí desgracia. Así que solo me queda la opción más repugnante. Gajeel se gira y me besa con ferocidad sin embargo lo aparto y me levanto de la cama.

—Lárgate. —le gruño mirándolo directamente a los ojos.

—Pero si hace un.... —lo interrumpo antes de que pueda continuar.

—He dicho que te largues.

Entonces algo cambia en su mirada lujuriosa.

—Estupendo.

Se dirige a la ventana y salta a través de ella. Nunca había sentido mi habitación tan solitaria, una lágrima cae por mi mejilla.

Me paso toda la noche despierta escuchando los gemidos de esa zorra. Mis hermanas llegan en mitad de la madrugada pero no salgo a recibirlas ni nada.

A la mañana siguiente las encuentro desayunando. Yo solo cojo una manzana.

—Comed más rápido. Vamos a volver mil años después.

—Ya hemos terminado.

Por fin salimos. Nos metemos en el coche y nos dirigimos al infierno.

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¡Hola mis queridos lectores!

¿Qué tal? ¿Les gustó? Otra carrera que gana ¿Será la última o continuará su buena racha? Menuda provocación por parte de Levy lo tiene comiendo de su mano. Nos vamos de shopping ¿Quién se viene? Tengo que admitir que para las compras soy como Levy... Las odio.

Nos vemos la semana que viene mis amores 😘

Saludos y besos de Noa-chan.

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