Capítulo 22

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Siento un golpe en mi espalda y salto hacia un lado de la cama gritando.

—Llevo llamándote media hora. Muévete. Vamos a llegar tarde. —dice Erza me lanza unos vaqueros negros y una sudadera negra.

Me visto y cojo mi mochila. Salgo corriendo hacia el garaje allí el mundo se detiene. Gajeel está en el asiento trasero entre Lucy y Juvia.

Me subo al asiento del conductor y me giro hacia él.

—¿Qué coño hace este aquí? —mi pobre corazón se emociona al verlo.

Idiota corazón.

—Mamá ha dicho que lo llevemos, se ha enterado que vamos a la misma escuela. —contesta Lucy.

—Pues que se vaya andando. Bájate.

—Los dos sabemos que no me voy a bajar.

Estúpido.

—Solo ignorarlo. Vamos a llegar tarde. —Erza me mira con ojos de cachorro abandonado y suspiro.

Arranco el coche y salgo de garaje.

—He visto que has sido convocada para la carrera Nacional de hoy. —comenta Lucy por el espejo retrovisor veo que está mirando su móvil.

—Sí, espero que vengáis a verme.

—Allí estaré, enana. —es idiota. Miro a Erza y sin emitir sonido sus labios me dice "Ignorarlo"

—Papá te dijo que nunca... —la interrumpo subiendo el volumen de la radio a tope.

De verdad que Juvia es tonta, joder. No quiero que Gajeel sepa que estoy muy jodida por su culpa y que no debería conducir una moto en mi estado.

Erza baja un poco el volumen pero todos entienden el mensaje, no se habla.

Aparco en el primer sitio que veo, es diminuto para nuestro Jeep pero no hay más sitio. Es verdad que hemos llegado tarde.

Al abrir mi puerta le doy al coche de al lado, la cierro y veo la pintura del otro coche arañada.

Y ese coche verde es...

—¡Estúpida mi coche!. —exclama Evergreen.

Lucy al salir también le da al coche de ella.

—Ups. Lo siento. —dice con una sonrisa en los labios.

—Malditas. —se acerca furiosa hacia nosotras hasta que Gajeel baja y se detiene en seco.— ¿Qué haces con ellas?

—Vivo con ellas. —responde secamente.

Les pasó por un lado y me dirijo hacia el despacho de Gildarts antes de que pase otra tragedia y no pueda verlo.

Camino por el pasillo y llamo en la segunda puerta a la derecha. Cuando escucho el pase me adentro a la aventura. Gildarts me pide que me siente.

—¿Cuánto llevamos sin vernos? —pregunta mirándome directamente a los ojos.

—Al menos 3 meses.

—¿Qué te pasa Levy? Estás distinta.

Estoy destruida, gracias por notarlo.

—He pensado en tu propuesta. —hago una pausa.— Voy a ir al internado militar que me dijiste.

—Bueno estamos en el segundo trimestre creo que podríamos pedir un traslado y en una o dos semanas podrías estar allí. —me explica con tranquilidad.

Desde que murió mi padre, Gildarts me ha insistido que está escuela no es adecuada para mí, me dió varias opciones pero no me gustaba la idea de separarme de mis hermanas. Ahora es distinto necesito alejarme de mi hermanastro.

Con ayuda de Gildarts relleno los papeles con mis datos personales necesarios y el traslado se pone en marcha.

Voy a mis clases pensando cómo decirles a mis hermanas la noticia. En clase de lengua me siento al lado de Juvia totalmente distraída. La profesora nos insiste que miremos nuestras calificaciones por la web del instituto por debajo de la mesa saco mi móvil para mirar mis notas y como esperaba todo suspenso.

Al fin suena el timbre para el recreo. Sigo a Juvia por los pasillos y nos sentamos en un banco en donde se añaden Jellal y Erza, Lucy y Natsu. También Gray.

—¡Gajeel! ¡Ven con nosotros! —grita Jellal desde el asiento

El moreno encantado acepta. Se sienta a mi lado con su zorra sobre su regazo. Cómo las demás parejas para que cojamos todos.

—¿Qué te pasa Levy? —pregunta Erza colocando un mechón azul detrás de mí oreja.

—No me pasa nada.

—No nos engañas somos tus hermanas. —Lucy comienza hacerme cosquillas.— Dilo.

Las palabras salen escupidas sin que pueda detenerlas.

—Me traslado a un internado militar.

Las caras de mis hermanas se vuelven de piedra y me siento muy culpable. Intento decir algo que las anime pero soy incapaz así que decido marcharme.

Gajeel

No puedo creer lo que he oído. La enana se marcha. No puede irse. No.

Un llanto me trae de vuelta.

—¡No puede irse, Erza! ¡Tiene que estar bromeando! —Lucy es la que llora desconsoladamente.

—Siento decirte que no estaba bromeando. —Evergreen mete el dedo en la yaga.

La empujo, de repente me da asco hasta mirarla. Camino hacia la puerta que sale del recreo y una mano me detiene.

—Es tu culpa. —el pelirosado me mira furioso.— Haz algo. Mi Lucy está sufriendo por tu culpa.

—Solo es un farol. —subo los escalones de las escaleras para ir a la siguiente clase.

—No parece ningún farol, Juvia y Erza también están sufriendo. —me explica Gray.

No son las únicas.

—Explícale que querías hacerle ver que podía sentir y pídele que se case contigo y que tengáis muchos hijos.

Jellal me golpea el hombro. Cómo si yo fuera hacer tal cosa, pero tampoco voy a dejar que se marche.

No vas a ir a ningún lado sin mi, enana.

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¡Hola mis queridos lectores!

¿Qué tal? ¿Les gustó? Levy se nos va al internado militar. ¿Gajeel la dejará irse?

Nos vemos en el próximo capítulo.

Saludos y besos de Noa-chan

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