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Siempre había sido muy correcta y eso no iba a cambiar. Que me gustase
Soledad no quería decir nada. Además, yo ya tenía asumido que acabaría mis
días sola, con un montón de gatos y comiendo chocolate constantemente.
Cuando llegué a la salida impulsada por la marea de chicos
desesperados por salir (cualquiera diría que era el último día de
clase), comprobé que estaba lloviendo a cántaros. No me quedaba más
opción que mojarme, ya que como buena previsora que soy, me
había olvidado de agarrar el paraguas. Si por lo menos pudiera decir que
caían cuatro gotas, pero es que estaba realmente parecía un diluvio.
No tenía a nadie que pudiese venir a buscarme. Hacía dos años
que vivía sola, pero eso no lo sabían los servicios sociales, que pensaban
que aún seguía viviendo con el estúpido de li tio. Mi madre llevaba casi
seis años ingresada en el hospital en coma. La noche de mi primer día en el
Liceo, fue la última que vería a mi madre 'viva', y por suerte, también
fue la última que vería a mi padre. Me hubiese gustado poder decir que
tenía la opción de tomar un bus,pero no era el caso.
Las gotas eran frías, y el fuerte viento que se había levantado seguro en momentos me congelaria hasta los huesos,así que sin otra cosa que hacer, me puse a caminar.
Cuando hacía tanto viento me daba miedo caminar bajo los balcones. Con
mi suerte, seguro que a alguna de las macetas se le ocurría caer en mi
cabeza. Además, las calles eran de adoquines y se convertían en una pista
resfaladero cuando estaban mojados, así que mis posibilidades de llegar a casa
sana y salva eran nulas.
A los pocos segundos oí una bocina. Me giré instintivamente sin parar
de caminar. Vi a Liara saludarme con una maléfica sonrisa desde un
Audi A al lado de su madre, todavía más mierda que ella. No
contesté. Seguí caminando intentando no pensar en los temblores que
sacudían mi cuerpo para combatir el frío que sentía en cada centímetro de
de mi cuerpo. Ni treinta segundos habían pasado cuando volví a escuchar una
bocina . Esta vez no me iba a girar, no le daría el gusto.

Enamorada De Mi Profesora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora