EL MEJOR AMANTE CAPITULO 22

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Los personajes de Inuyasha no son míos, ni nunca lo serán, pertenecen a Rumiko Takahashi
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Habían pasado dos días desde que Inuyasha se había marchado, Kagome se encontraba en su habitación, en esos días tan solo se la pasó en su cama necesitaba descansar y pensar… observó desde lejos la caja negra sobre su escritorio, ni siquiera recordaba cuantas veces lo había mirado, pero no se animaba a abrirlo. Se incorporó lentamente y caminó en dirección al objeto, lo tomó en manos y sonrió levemente, leyó por décima vez la nota dejada por el ojidorado; necesitaba pensar que él realmente volvería.
─ Eres una tonta.─ susurró reprendiéndose por aun esperar algo del ojidorado; recordaba claramente todo lo que le había dicho y si bien ahora se arrepentía de mucho de lo pronunciado aún estaba segura que no iba a volver con él. Miró fijamente la caja que sostenía y finalmente tomó coraje para ver su contenido. Soltó un gritito de susto y lanzó la caja al suelo cuando la puerta de su habitación se abrió repentinamente.
─ ¡Mamá no me asuste así!. ─ regañó sujetando su corazón y respirando agitadamente mirando a la mujer en el marco de la puerta.
─ Lo siento hija, pensé que aún estabas dormida. ─ se excusó la señora con varias ropas dobladas de la joven en manos. ─ tan solo traía tus ropas lo siento. ─ se disculpó avergonzada dejando la pila de ropas sobre el escritorio.
─ Discúlpame mamá, tan solo me asuste, gracias por las ropas. ─ musitó la joven un poco más tranquila brindándole una pequeña sonrisa a su madre para tranquilizarla. La mujer correspondió la sonrisa y ambas quedaron en un incomodo silencio por unos segundo hasta que la señora visualizó la caja en el suelo y se agachó tomándola en manos y sin pensarlo un solo segundo lo abrió maravillándose con el anillo que la joven no se había animado a ver. ─ Es hermoso.─ susurró.─ ¿te lo dio Inuyasha?. ─ indagó interesada, la azabache tomó la caja bruscamente y observó fijamente la delicada joya y en verdad era lo más hermoso y perfecto que la joven había visto, tanto que sintió sus ojos agolparse con lágrimas.
─ No quiero hablar sobre eso.─ murmuró la azabache cerrando bruscamente la caja y dejándolo sobre el escritorio. Kagome sintió su corazón oprimirse al ver el rostro de su madre con una expresión triste, no sabía cómo tratar a la mujer que le dio la vida, ésta era muy sentimental; pero no por ello dejaba de pesar en la joven esa tristeza.─ sí me lo dio Inuyasha. ─ contestó finalmente la joven tratando así reconfortar a la mujer. ─ él desea…─ musitó.
─ No es necesario Kagome, sé que no deseas hablar sobre esto con migo y lo comprendo.─ susurró. ─ hija yo tan solo deseo que seas feliz. ─ aseguró. ─ Te dejo para que pienses. ─ musitó dando la espalda para marcharse.
─ Mamá, yo amo a Inuyasha, lo amo, no sé qué hacer, lo extraño mucho quiero estar con él. ─ confesó rápidamente antes que la mujer abandonara la habitación. ─ No dejo de pensar en él, lo amo pero …Inuyasha me mintió, el traicionó mi amor. ─ musitó antes de respirar hondamente para recuperar el aire que sus pulmones necesitaban, finalmente había sacado todo lo que sentía e increíblemente se sentía un poco mejor.
─ Lo sé, él me lo contó todo. ─ aseguró la señora seriamente girando para conectar sus miradas.
─ ¿Todo?.─ indagó repentinamente avergonzada la azabache a lo que su madre asintió seria restando importancia a los datos bochornosos.
─ Hija depende de vos el perdonarlo o no, pero así también depende de tu decisión la felicidad de los tres ─ aseguró la mujer. ─ No pienses tontamente que todo se solucionará, que aparecerá una solución mágica, así no es la vida, tenes que luchar mucho por lo que amas, no importa lo que suceda si en verdad lo amas debes dejar atrás tu orgullo o dejar atrás de una vez ese amor. ─ musitó con voz serena.
─ ¡No es orgullo!. ─ exclamó alterada la azabache.─ ¿Me pides que olvide que él se acostó con otra?. ─ indagó la joven ofendida. ─ ¿Qué clase de relación tendríamos, qué sentido tendría estar juntos si él no me respetaría?. ─ agregó triste.
─ Yo no pido nada hija, tan solo te digo que el amor nunca ha tenido sentido, y quizás sea una tonta y crédula, pero en los ojos de Inuyasha tan solo vi amor, nunca creería que él te traicionó, y si dejas que el amor se vaya por un tonto miedo y desconfianza no mereces ese hermoso sentimiento que se te fue otorgado. ─ aseguró molesta la señora por lo que la joven la miró atónita.
─ Mamá yo…─ susurró la joven.
─ ¿Tu que Kagome?. ─ indagó bruscamente. ─ no seas tonta y crees cuentos que no existen, mereces una oportunidad de ser feliz y por sobre todo el niño merece estar con su papá. ─ explicó.
─ Él dijo que volvería con una prueba, si es cierto y vuelve, lo perdonaré. ─ aseguró la azabache.
─ Hija, la relación se trata de confianza, comunicación, entonces si eso no existiera aún si Inuyasha consiguiera una prueba de su inocencia esta vez, volverán a pelear si tú no confias. ─ explicó. ─ confía hija y búscalo. ─ aconsejó dejando a la joven estática y abandonó la habitación dejando a una pensativa Kagome.
End Kagome´s POV-
Inuyasha´s POV-
La paciencia nunca había sido una de mis virtudes, por lo que en este momento me encontraba furioso, como un león enjaulado, al llegar a Tokio nuevamente había buscado a Kikyou en su trabajo, pero como resultaba ser la bendita navidad y todos aprovechaban para holgazanear, no la encontré y estúpidamente no sabía dónde estaba viviendo. Por lo que tuve que esperar al día siguiente para finalmente hablar con la joven. Me encontraba nervioso, ansioso y por sobre todo esperanzado, conduje rápidamente rumbo al trabajo de la joven tan solo deseaba terminar con todo y volver a buscar a mi Kagome, estacioné el vehículo frente a la tienda donde estaba trabajando la joven e ingresé buscándola con la mirada pero no la encontré por ningún lugar.
─ Quizás aún no ha llegado. ─ susurré aún era muy temprano. ─ caminé lentamente rumbo al final del pasillo y sin pensar mucho abrí la puerta que correspondía a la oficina. Quedé parado en la puerta mirando fijamente a la pareja que se encontraba en una posición muy comprometedora, ella sobre el escritorio con la falda completamente levantada y este entre las piernas de la joven con el pantalón y su bóxer hasta los tobillos. Dándome una visión de su trasero que por Kami deseaba olvidar.
─ Inu…yasha.─ susurró sonrojada la mujer mirándome. Miroku desvió el rostro en la dirección que observaba la mujer. Por lo que abandoné la habitación no sin antes pronunciar los espero afuera en diez minutos, y en exactamente diez minutos hacía acto de presencia Miroku.
─ Amigo no es lo que piensas, no queríamos que…─ comentó antes de recibir un duro golpe en el estómago que lo calló, sentía rabia en ese momento, tenía unos irrefrenables deseos de golpearlo hasta matarlo.
─ Creo que es exactamente lo que pienso. ─ Aseguré, no era un niño tonto, claro que sabía lo que hacían.─ Te pedí que la ayudaras dándole trabajo en tu tienda no que te aprovecharas de ella y la convirtieras en otra de tus zorras.─ grité indignado, debí haber pensado que el maldito mujeriego de Miroku intentaría algo así, ahora me sentía una basura y culpable por que Kikyou tuvo que entregarse a ese pervertido.
─ No lo es.─ aseguró el ojiazul.─ te juro que no lo es, yo intenté no fijarme en ella, porque sabía lo que hubo entre ustedes incluso la odiaba las primeras semanas y te odiaba a ti por haberla traído, pero Kikyou es tan fuerte, tan hermosa y dulce que no pude evitar desearla.─ comentó afligido.
─ No te permitiré que la hagas sufrir. ─ afirmé enfrentándolo, me sentía terriblemente responsable.
─ Ni yo me lo permitiría. ─ musitó. ─ Me tiene hechizado, hace un mes que estamos juntos y en este tiempo no he deseado a otra mujer. ─ aseguró por lo que me tranquilicé un poco más eso si que era algo nuevo.
Kikyou salió de la habitación sonrojada al máximo. Miroku sonrió enormemente al verla er raro nunca había visto sonreír a Miroku tan tontamente.
─ Kikyou necesitamos hablar, no sabía dónde buscarte, por eso vine a verte en tu trabajo, aún no sé dónde estás viviendo.─ comenté intentando iniciar una conversación y cortar ese tenso ambiente.
─ ¿Qué deseas de mi mujer?.─ Indagó agresivamente Miroku defendiendo lo suyo.
─ ¿En qué puedo ayudarte Inuyasha?. ─ preguntó tiernamente la mujer ignorando a Miroku cosa que incomodó al ojiazul que hizo una mueca de disgusto y se acercó a la mujer abrazándola por la cintura.
─ ¿Kikyou recuerdas nuestra conversación en el campamento?.─ indagó el ojidorado y la joven asintió.─ no sé por qué motivo Kagome piensa que después de ese encuentro tú y yo mantuvimos relaciones sexuales en tu tienda.─ explicó Inuyasha.─ Ayúdame por favor, dile a Kagome que no es verdad.─ expliqué rápidamente el problema, suplicando ayuda.
─ ¿Qué ganaría yo haciendo algo así?. ─ indagó desinteresada la joven por lo que la miré incrédulo, ¿quería dinero?
─ Etto…No se …te daré lo que desees. ─ ofrecí, no me importaría si pidiera alguna joya o dinero a cambio de ayudarme.─ Ayúdame.─ pedí mirando a la mujer e ignorando al ojiazul.
─ Lo siento, yo no sé nada. ─ murmuró. ─ Me voy. ─ aseguró decidida.
─ Kikyou no me hagas esto. ─ rogé. ─ tan solo dile que nunca tuviste sexo con migo.─ expliqué. ─ Tan solo eso. ─ agregé en un susurro.
─ ¿Porqué yo tengo que ser buena y contarle todo a Kagome y que ella sea feliz?, ¿porque yo solo puedo aspirar a ser la amante de un mujeriego mientras ella será la esposa de un Taisho?. ─ gritó colérica. ─ Lo siento cariño no lo haré. ─ aseguró recuperando la compostura y caminando en dirección a la salida del local
─ Lo harás aunque tenga que arrastrarte junto a Kagome. ─ aseguré, tomándola con mucha fuerza por un brazo y jalándola rumbo a la puerta.
─ Inténtalo cariño y te aseguro que le haré saber lo mucho que disfruté cuando me poseías. ─ afirmó desafiándome, y soltándose bruscamente.
─ Eso nunca pasó, estás loca. ─ musité entre dientes estaba molesto y tan solo quería borrar esa sonrisa estúpida que se dibujaba en el rostro de la mujer que alguna vez creí amar.
─ ¿A quién piensas que creerá?. ─ indagó la mujer sonriendo ampliamente.
─ ¿Fue una trampa?. ─ pregunté, al menos es necesitaba saber y así tener algo para cuando hablara con Shippo
─ No lo sé cariño, pero si tu mujercita ya te culpa por algo que no hiciste que te parece si me haces tuya, así al menos estarás pagando por algo que hiciste. ─ "razonó" la mujer antes de sonreír coquetamente. ─ incluso podríamos hacer un trío con Miroku. ─ ofreció sensual intentando tocarme por lo que retrocedí un poco evitando el contacto de esa mujer y mirándola molesto para que ni se ocurriera volverlo a hacer.
─ ¡Kikyou!. ─ regañó Miroku a lo que la joven sonrió más ampliamente.
─ ¿Qué sucede cariño, te creía muy liberal?. ─ susurró mirando al ojiazul. ─ ustedes son tan unidos, casi como hermanos no creo que tengan problemas en compartir. ─ comentó.
Miré asqueado a esa mujer que por muchos años creí amar, y sí, la desee como un loco por lo que no podía creer lo que había dicho, siempre la tuve en concepto de una mujer delicada y hermosa y con esa simple frase había hecho añicos el concepto que tenía sobre ella. Sin siquiera contestar su proposición di espaldas a ambos y caminé rumbo a la salida, lo sabía ella no me ayudaría por lo que no tenía sentido permanecer en ese lugar.
Subí a mi vehículo y golpee con fuerzas en volante deseaba gritar, y explotar algo, odiaba a esa mujer que con solo unas palabras había destrozado mis esperanzas, miré mi reloj que marcaba las 8:00 a.m, debía ir a trabajar, pero no tenía ánimos, pero como sabía que sería lo mismo estar en casa opte por ir a mi oficina. Conduje a toda velocidad, en algunas ocasiones eso lograba aplacar mi mal humor pero en este entonces no sirvió de nada. Bajé del vehículo cerrando la puerta sin ninguna sutileza y caminé rumbo a la puerta principal.
─ Buenos días señor Taisho. ─ saludo amablemente la mujer encargada de la recepción, ni siquiera recordaba su nombre pero caminé rumbo a ésta que se sonrojó al verme frente al mesón que correspondía a su escritorio. ─ etto… ¿en que puedo ayudarlo?. ─ preguntó tímidamente, nunca había hablado con ésta quizás por eso la reacción, pero para ser sinceros poco o nada me importaba.
─ No deseo que nadie me moleste, no quiero llamadas, ni visitas, nada lo ha entendido. ─ ordené. Sabía que ese no era su labor, pero Yura había pedido la mañana libre ya ni recordaba porque motivo, la miré directamente a sus verdosos ojos y esta asintió efusivamente por lo que caminé apresuradamente rumbo al ascensor.
End Inuyasha POV-
Kagome´s POV-
Después de pensar durante interminables minutos lo decidí, mi madre tenía razón, quizá tan solo fue un estúpido miedo o quizás celos, pero Inuyasha ya había hecho más de lo necesario para disculparse y para que mentir deseaba con toda mi alma verlo. Extraje el anillo del estuche y me lo coloqué sonriendo ampliamente.
Llegue al aeropuerto de Tokio y sonreí finalmente me sentía confiada de mi decisión, tan solo deseaba llegar junto a Inuyasha poder besarlo y olvidar todo lo ocurrido, salí al exterior para buscar un taxi ni siquiera había empacado, por lo que no tenía equipaje, tan solo mi cartera, hacía mucho tiempo que no me sentía tan feliz y todo me parecía hermoso. Subí en el primer taxi que vi.
─ ¿A dónde la llevo señora?. ─ preguntó amablemente el conductor.
─ Etto…murmuré, no recordaba el nombre de la empresa, pero como si Kami aprobara mi decisión finalmente el nombre vino a mi mente.─ ¿Conoce la empresa I.T construcciones?.─ pregunté al hombre que asintió antes de poner en marcha el automóvil, miraba por la ventanilla a las personas no sabía que le diría o cómo reaccionaría Inuyasha, ¿me odiaría? O ¿me besaría?, en ese momento me sentía emocionada, tenía miedo, y también tenía mucha hambre, maldita fuera mi decisión de salir sin desayunar y sin dudas ya era hora del almuerzo pues mi hijo se encargaba de recordármelo dando "leves" patadas.
─ Llegamos señora. ─ anunció el hombre despertándome de mis pensamientos.
─ Heee…si gracias. ─ susurré.─ ¿Estás seguro que es aquí?.─ indague mirando el enorme edificio de unos veinte pisos.
─ Si. ─ aseguró el hombre y al ver el enorme logotipo en la entrada lo confirme. Pagué mi deuda y miré mi monedero vacío y suspiré sonoramente, mi madre me había dado todo el dinero que tenía, que tan solo había alcanzado para el pasaje de avión y para el taxi, aunque seriamente dudaba acerca de eso, de seguro tenía macabros planes al dejarme sin dinero para el pasaje de vuelta. Caminé lentamente rumbo a las escaleras de unos 10 peldaños que guiaban a las puertas del edificio.
Ingresé en el lujoso recibidor y me sentí tan fuera de lugar en esa amplia habitación de suelo y paredes blancas, adornados de cuadros que desde lejos se notaban costosos y fotografías de las obras realizadas, había plantas decorativas y hasta un amplio sofá negro, todo parecía tan armonioso que temía ensuciar o dañar algo. Caminé lentamente rumbo al escritorio.
─ Bienvenida a I.T construcciones en que puedo ayudarla. ─ musitó una hermosa mujer vestida con un traje rojo ceñido al cuerpo cuando estuve frente a esta. Me preguntaba ¿Porqué todas las mujeres cerca de Inuyasha tenían que ser jodidamente perfectas?
─ Etto…quisiera saber en qué piso se encuentra la oficina de Inuyasha Taisho. ─ susurré sabía que me encontraba sonrojada, jamás me acostumbraría a tanto lujo y mucho menos al escrutinio que todas las mujeres realizaban cuando nombraba o estaba cerca de Inuyasha, y que oportunamente la mujer frente a mi lo hacía.
─ Lo siento el señor Taisho llegó molesto y dijo que no atenderá a nadie hoy. ─ musitó sonriendo cínicamente.
─ Por favor llámalo y dile que Kagome Higurashi desea verlo. ─ pedí, sabía que Inuyasha era muy gruñón pero nunca se negaría a recibirme.
─ Lo siento sus ordenes fueron que nadie lo moleste. ─ comentó la mujer. ─ pero si deseas puedes dejarle un mensaje o hacer cita para mañana. ─ aconsejó, y mi hijo negó rotundamente la idea dándome una "dulce" patada.
End Kagome´s POV-
Inuyasha POV-
No sabía qué hacer no tenía ánimos para nada por lo que tan solo me acomodé sobre mi cómoda silla y recosté mi cabeza mirando al techo cerré los ojos e intenté apaciguar mi mal humor, pero resultaba algo imposible, ya había pasado demasiado tiempo ahí sin hacer nada, pero lamentablemente no me concentraba en nada. Escuché dos suaves toques en la puerta por lo que miré el reloj que marcaba las 11:00 a.m por lo que deduje que aún no sería Yura.
─ Pase.─ musité, más bien ordené, la puerta se abrió dejándome ver a una sonriente Kagura a quien deseaba patear para ver si borraba esa estúpida sonrisa. ─ ¿Qué quieres?. ─ pregunté bruscamente.
─ Señor Taisho necesito que revisemos juntos algunas modificaciones que se realizaron al proyecto del centro comercial, son muchas los detalles que han agregado y debo hacer un nuevo presupuesto y te necesito. ─ explicó sugerente.
─ Lo haremos mañana.─ exigí hoy no estaba de ánimos para pensar y de algo debería servir ser el dueño ¿no?.
─ Mañana será la reunión donde deberemos presentar las modificaciones, si desea yo puedo hacerlo sola pero no sabría que montos agregar.─ susurro suavemente sentándose en la silla frente a mí.
─ Está bien, trae los documentos.─ acepté antes de soltar un largo suspiro la mujer sonrió ampliamente y se paró rápidamente antes de abandonar la oficina.
En menos de cinco minutos ingresaba una feliz Kagura con una pila de carpetas. Se sentó nuevamente en la silla y me miró fijamente.
─ Pensé que me buscarías para que pasemos juntos noche buena, te esperé tontamente con un vestido sexy y una botella de champaña fría.─ musitó.
─ Creí que te había dicho que no cuando me lo ofreciste, lo siento si no te lo dejé claro. ─ aseguré rudamente.─ ¿tienes la lista de detalles que quieren agregar?.─ indague para terminar toda conversación de tinte personal, si no estaba de ánimos para hablar sobre lo profesional, peor estaba mi humor para tratar temas personales.
─ ¿Lo pasaste bien, en verdad no te resultó tentadora ni por un minuto mi oferta?.─ preguntó haciendo un puchero.
─ ¿Entonces quieren siete salones más en el segundo piso, reduciendo a la mitad el salón de los siete previstos para este piso?.─ indagué mirando el papel que me había facilitado la mujer.
─ Sí.─ contestó y las puertas las quieren de vidrio sin sensores de movimiento para reducir los costos.─ explicó a lo que asentí prestando total atención a las explicaciones que empezó a agregar.
Sinceramente eran muchas las modificaciones que deberían hacerse y el proyecto ni siquiera lo había realizado yo y entendía a los que contrataron que modificaran muchos pues los detalles del proyecto eran demasiado costosos e innecesarios. Miré el reloj que marcaba las 12: 05 p.m por lo que miré a Kagura que hablaba dando ideas.
─ Kagura puedes ir a almorzar continuaremos luego.─ musité
─ Vayamos juntos.─ ofreció sonriendo.─ hay un restaurante de comida Italiana a tres cuadras de aquí.─ agregó.
─ No estoy con hambre, pero gracias.─ aseguré.
─ Yo tampoco tengo mucha hambre, será mejor continuar y terminarlo.─ musitó seriamente a lo que asentí.
End Inuyasha´s POV-
Kagome´s POV-
Miré suplicante a la mujer rogando que me digiera tan solo el piso en donde podría encontrarlo, pero esta se negaba rotundamente.
─ Si no me ayudas a encontrarlo, yo lo buscaré sola, muchas gracias.─ musité decidida caminando rumbo a los ascensores.
─ Seguridad.─ gritó la joven por lo que corrí con todas mis fuerzas llegando hasta el ascensor, apretando desesperada el botón, cuando se abrió las puertas ingresé apresuradamente y antes de que se cerraran las puertas vi a dos hombres corriendo en dirección a este miré el tablero y apreté el botón 4 este era mi número de la suerte, suspire sonoramente cuando las puertas se abrieron, caminé elegantemente mirando el desolado pasillo, vi a una mujer de la limpieza y sonreí ampliamente.
─ Buenas tardes señora vengo con el almuerzo del señor Taisho, pero no recuerdo su oficina.─ musité con una gran sonrisa que la señora correspondió.
─ Niña, creo que se le ha olvidado hasta el piso.─ aclaró.
─ Si, no ando durmiendo muy bien desde que me embaracé por lo que ando poco despistada, lo siento.─ comenté abrazando mi abultado vientre sabía que eso enternecía a todas las mujeres mayores pues sabían lo que se pasaba en el embarazo y como lo esperé esta vez no fue la excepción.
─ Es el siguiente piso querida.─ comentó tiernamente a lo que sonreí agradecida. Subí por las escaleras, un piso más no me haría daño, además era muy probable encontrarme con los hombres de seguridad en el ascensor. Finalmente llegué a mi objetivo y caminé despacio observando si no había nadie, escuché el ascensor llegar por lo que desesperadamente entre en la primera puerta que alcancé a ver abriéndolo lentamente para no llamar la atención e ingresando en la habitación y cerrando la puerta lentamente y acurrucando mi cuerpo por una de las paredes al lado de la puerta
─ Inuyasha ahora si estoy con hambre, vamos juntos. ─ pidió una hermosa mujer levantándose de la silla y extendiendo sus brazos hacia arriba para despezarse, yo miré incrédula en esa dirección al escuchar el hermoso nombre de la persona que buscaba, este se encontraba muy interesado leyendo unos papeles.
─ Puedes ir ya te lo había dicho ─ aseguró "sutilmente" Inuyasha sin despejar su vista del papel.
─ No quiero ir solita, porque eres tan malito con migo ─ preguntó sentándose sobre el escritorio cruzando sus largas piernas yo tan solo quedé muda en el lugar observando la escena, después de todo parecía que no había sido buena idea venir.
─ Lo siento. ─ susurró Inuyasha. ─ pero ya te lo he dicho no me gustan tus insinuaciones, creí habértelo dejado claro la última vez. ─ comentó Inuyasha agresivamente por lo que no pude evitar sonreír abiertamente.
─ Lo hiciste y lo siento pero no puedo verte tan triste, tan solo sea intentar animarte, no mereces sufrir por amor, eres exitoso, trabajador, hermoso cualquier mujer estaría más que feliz a tu lado, y ya sabes que yo también. ─ comentó sensualmente.
─ Creo que le faltó tonto, petulante, tosco, mentiroso, malhumorado, agresivo, insistente, apasionado, sexy, divertido a su descripción. ─ afirmé sin poder evitarlo.─ y así te amo. ─ agregué mirándolo fijamente. Inuyasha levantó la cabeza y pude ver la expresión de sorpresa en su rostro y deseaba tanto besar ese hermoso rostro por lo que me acerqué lentamente quedando a unos dos pasos del escritorio donde estaba sentada "mi rival" que me miraba de arriba abajo y sin dudas el sencillo vestido azul que lleva puesto con un blazer negro no hacía competencia a su costoso traje ceñido a su perfecto cuerpo.
─ ¿Qué haces aquí?. ─ indagó Inuyasha parándose y examinándome de pies a cabezas como buscando algo y en definitiva esa no era la reacción que había esperado.
─ Si te interrumpí en algo importante mejor me voy. ─ comenté bruscamente que se creía ese tonto con su pregunta estúpida.
─ No, discúlpame princesa tan solo no te esperaba, pensé que pasó algo malo. ─ susurró nervioso.
─ Estoy bien. ─ aseguré al percatarme que tan solo estaba preocupado por lo que sonreí más relajada. ─ estamos bien. ─ corregí acariciando mi vientre por lo que Inuyasha sonrió. Y el incómodo silencio se hizo presente, Inuyasha bordeó su escritorio para caminar en mi dirección parándose en frente mío.
─ ¿Ya no me odias?. ─ indagó repentinamente el hombre sin despegar su fija mirada.
─ Inuyasha.─ susurré. ─ sé que te dije muchas cosas esa noche, deseaba lastimarte y por ello lo siento, me sentía tan triste y creía que eras el culpable de todo. ─ aseguré. ─ perdóname por todo lo que dije. ─ pedí poniendo una mano en el rostro de Inuyasha que se sentía tan suave como siempre.
Kagome. ─ susurró con esa voz ronca que amaba.
─ Shhhh…escúchame por favor. ─ pedí, él ya había dicho toda su versión ahora yo necesitaba decir la mía.─ tenía miedo, tuve mucho miedo, no creí que algo tan hermoso como que me ames me podría suceder a mí, por ello aunque dudé, esa voz de la tienda no sonaba a la tuya, aún así yo decidí creer la primera mentira para negarme la felicidad, y por ello te ruego que me perdones. ─ musité mirándolo fijamente sentía la humedad de mis lágrimas recorrer mi mejilla, él las limpió tiernamente.
─ Te perdono lo que quieras mi princesa pero vuelve con migo. ─ pidió y yo sentí como mi corazón se apretujaba, necesitaba contar toda la verdad.
─ Inuyasha, yo…me enteré que sería madre el día en que nos encontramos en el Hotel, luego de esa noche volví a casa de tu padre, me sentía muy triste, no quería volver a dejarte pero mi orgullo me obligó. ─ comente.
─ ¿Sesshomaru descubrió que tuvimos sexo, por eso te llevó a Kawaguchiko?.─ preguntó.
─ No.─ contesté en un gemido. ─ Sesshomaru él tan solo me ayudó, yo me sentía triste y…─ susurré.
─ Él te consoló.─ agregó entre dientes.
─ Sí, pero no como piensas.─ aseguré antes de abrir mi cartera y extraer de este la ecografía que me había hecho hace una semana atrás, apreté fuerte el sobre en manos y respiré hondamente para tomar coraje y se lo pasé, este miró el papel en mis manos sin entender.─ ábrelo y mira por favor.─ rogué. Este tomó el sobre y la abrió sin ninguna delicadeza, mirando fijamente la imagen.─ Es niño, tiene 17 semanas de gestación.─ expliqué.
─ ¿4 meses? tu… y Sesshomaru…─ susurró confundido mirándome con esos hermosos ojos dorado que amaba.
─ No.─ susurré, no sabía que más decir.─ es tu hijo.─ aseguré.─ nuestro hijo.─ agregué.─ cuando me enteré yo pensaba que me habías traicionado, yo sé que eso no me justifica pero tenía tanto miedo, no quería que me quitaras al niño era lo único que tenía, no iba a soportar una vida sin él.─ expliqué apresuradamente, sabía que Inuyasha estaba molesto por lo que no podía contener las lágrimas que caían libremente por mi rostro, y nublaban mi vista Inuyasha se acercó un paso por lo que yo retrocedí.
─ No llores.─ ordenó por lo que asentí limpiando torpemente mis lágrimas.─ ¿Por qué ahora me dices que el niño es mío? ¿Qué quieres ganar con eso?.─ preguntó agresivamente.
─ ¿Ganar?.─ indagué yo no quería nada, o más bien lo quería todo, lo quería a él, pero esa mirada que me dedicaba me anunciaba que eso sería imposible.─ Yo no quiero nada de ti Inuyasha, nunca esperé que me dieras nada.─ aseguré.
─ ¿Entonces por qué me lo cuentas ahora que sabes que soy rico?.─ preguntó orgulloso y eso si que me hirió esperaba y aceptaría lo que quisiera decirme, pero que yo tan solo quería su dinero era lo peor que pudiera decir, yo lo único que necesitaba era su amor.
─ Fui una tonta al pensar que me escucharías y me entenderías.─ aseguré dolida caminando rumbo a la puerta, sabía que con una persona terca era inútil hablar, tomé el pomo de la puerta para abrirla pero sus palabras detuvieron por un segundo mi huida.
─ Si y yo fui un tonto al pensar que tú eras una mujer perfecta.─ murmuró.
─ Ahora ya sabes que no lo soy.─ susurré antes de abandonar la habitación.
End Kagome´s POV-
Inuyasha POV-
La vi marcharse nuevamente por lo que no pude evitar golpear con todas mis fuerzas la pared, estaba nervioso, miré la ecografía en mis mano y no pude evitar sonreír ni siquiera sabía porque me había molestado debería estar feliz.
─ Tranquilízate Inuyasha esa mujer no merece tu amor.─ aseguró meloso Kagura abrazándome por la cintura y maldije pues me había olvidado por completo de la presencia de la mujer que había escuchado toda la discusión.
─ Suéltame Kagura.─ ordené, lo que la mujer cumplió rápidamente.─ Soy un estúpido.─ susurré odiaba ese rasgo de mi personalidad explotaba con facilidad y decía tonterías. Que importaba si ella me había mentido, Kagome estaba dispuesta a olvidar todo y empezar de nuevo y por Kami que yo también lo deseaba.
─ Suéltenme, ya me voy.─ escuché un grito de protesta de Kagome por lo que me apresuré a caminar rumbo a la puerta y al salir al exterior me encontré con los dos hombres de seguridad sujetando a Kagome por los brazos, mientras la recepcionista la regañaba.
─ ¿Qué hacen?.─ pregunté rudamente por lo que todos guardaron silencio y me miraron.
─ Etto…señor Taisho lo siento esta mujer se escabulló de mi, de seguro quería robar algo pero ya la saco.─ musitó la mujer nerviosa.
─ Suéltenla.─ ordené.
─ Ya les decía que me voy.─ se defendió Kagome inflando graciosamente los cachetes en protesta.
─ Tu no iras a ninguna parte, entra que tenemos que hablar.─ ordené.
─ Ya dijiste todo lo que tenías que decir, así que no tenemos nada más sobre que hablar.─ aseguró orgullosa, por lo que no pude evitar sonreír levemente.
─ Kagome entra por favor y hablemos, deja de portarte como una niña.─ pedí "amablemente".
─ No lo haré, déjame tranquila.─ musitó enojada.
─ Te arrastraré si es necesario.─ aseguré sabía que Kagome podía llegar a ser tan terca como yo, y eso era algo que me gustaba de hecho me excitaba competir siempre con ella.
─ Quiero verte intentarlo.─ desafió poniendo ambas manos en sus caderas por lo que no pude evitar que una carcajada abandonara mi garganta, había extrañado las riñas sin sentido, la había extrañado.
─ ¿De qué te ríes maldito patán?.─ indagó la joven molesta.
─ Nada, nada.─ aseguré limpiando las lagrimitas que abandonaban mis ojos.
─ Eres un tonto.─ aseguró girando medio cuerpo y apretando el botón para llamar el ascensor.
─ Princesa, empecemos todo de nuevo por favor, si deseas puedo esperar tu llamada de las 4 de la madrugada o inclusive poner un nuevo anuncio, tan solo deseo que seas la única mujer que me llame, la única a quien atenderé por el resto de mi vida.─ aseguré sabía que tan solo ella entendería mis palabras por lo que me preocupaba en lo más mínimo que todos escucharan, incluso Yura ya había llegado y me miraba con una gran sonrisa.
─ Inuyasha yo…─ susurró pero claramente pude escuchar su hermosa voz pronunciando mi nombre.
─ Que deseas cariño.─ pregunté abrazándola por la cintura y poniendo mi mentón sobre la coronilla de su cabeza.
─ Estoy muriendo de hambre, si me invitas a almorzar esta todo olvidado.─ aseguró girando entre mis brazos y arruinando el momento romántico y así era Kagome y así la amaba y sin dudas deseaba compartir con esa hermosa mujer el resto de mi vida pero eso se lo diría en otro momento quizás cuando ambos nos encontráramos en una situación más intima ahora tan solo era la prioridad saciar el hambre de mis dos amores.
End Inuyasha POV-
FIN

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