Sour Romance » Bill Skarsgard

CAPÍTULO 25

'Creo que me gusta'

Elena

Mi vista se fue hacia las escaleras donde vi a Sara bajar con rapidez y detrás de ella un sonriente Evan, en el tiempo que llevaba conociendo a mi hermano, la última vez que lo vi sonreír así fue cuando nos abrazamos por primera vez.

—Elena —dijo Sara al parecer algo sorprendida y quedandose quieta junto a Evan.

—¿Hoy vendrían? —nos pregunto mi hermano a lo que Bill se cruzo de brazos.

—Te deje un mensaje —le respondió mientras él asentia esperando que la tensión acabará —Desde ayer —volvió a decir Bill haciendo que Evan suspirara fuertemente.

Lo mire con el ceño fruncido ya que nunca lo había visto de esa manera, y los pocos segundos, al igual que Bill, volvieron a su serio comportamiento.

—Vamos a la sala —dijo Evan mientras caminaba junto con Bill —¿Vienes? —me pregunto.

—Necesito unos minutos con Sara —le respondí por lo que él solo se fue.

Con un ademán hice que fuéramos hacia el patio de la casa, donde nos sentamos juntas en uno de los sillones.

—¿Te quedaste aquí? —le pregunté mostrándose algo tímida.

—Desde el día del disparo. Evan dijo que no saliera por esa noche por seguridad, pero los demás días fue por mi cuenta, me cae bien —respondió con sinceridad.

Tan solo escucharla me daba pánico, y no era por sospechar que se gustaban, hubiera sido magnífico si tan solo estuviéramos en otra situación, pero no era así. Aleje a mi madre de esto solo para tener paz, para que alguien que quiero no saliera herido, con mi hermano y Bill ya me bastaban, y ver que Sara se estaba involucrando me hacía temblar.

—¿Te cae bien? ¿O te gusta? —añadí con molestia a lo que Sara solo me observó con el ceño fruncido.

—Se que no esta bien saber que tu mejor amiga y tu hermano pueden tener algo pero...

—¿Pero? Sara, mi hermano tiene treinta y dos, y tu diecinueve, estas en la universidad, sabes en que esta metido, resiviste un roce de una bala apenas ingresaste aquí...

—Si estamos comparando quien de las dos se enamoró del equivocado, tu saldrías perdiendo, Elena. —me dijo de repente con dureza, oprimiendo mi pecho —Pero aún con tanto peligro, Bill te hace feliz, lo sé porque veo esa felicidad, tu acabas de mirar la mía, solo quiero que me apoyes.

—Me bastaba con sobrellevar los peligros de Bill y mi hermano, pero no voy a poder condenarte a esto también —le dije aun con el nudo en mi garganta.

—Tú no me condenaste a nada, Elena. Yo quise esto, son mis decisiones, todo lo que pasé ahora es por mi, no por nadie más. —añadió mientras trataba de darme calma con una pequeña sonrisa.

—¿Te gusta? —le pregunté siguiéndole el juego.

—Creo que si —rio con timidez, mirando hacia el suelo —Pero no te enfades más, estuve aquí pero no falte a clases, lo juro, queria ir a verte a tu habitación pero creo que estabas dormida porque no me abriste.

—De eso venía a hablar —murmure a lo que ella me miro con confusión.

—¿Qué pasó?